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Valentina Barrios / Aúllo a la luna

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Valentina Barrios
AULLO A LA LUNA
LUNÁTICA
Ciudad de México, 2016


Letra de Elia Crotte

Un poema se hace luna
y nos invita a jugar
con una niña que en loba
se ha querido transformar.

Añorando el recreo
mira por la ventana
y desea que un trabalenguas
la lleve a la luna,
sea noche o sea mañana.

Aúllo a la luna,
aúllo a la luna
aúllo a la luna,
aúllo a la luna.

Entre voces y aullidos,
entre sueños eternos, 
toma, niña, la luna, 
tómala por los cuernos.

Como un trabalenguas
que es para jugar,
en la noche se escucha
un lejano cantar.

Aúllo a la luna...

Lunática, maniática,
lunática, maniática,
lunática, maniática,
lunática, maniática
de hocico estrambótico.



Valentina Barrios / Latin Lover

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'Latin Lover'
Letra: Alejandro García (Virulo)
Interpretación: Valentina Barrios
Guitarra: Ángel García
Centro Cultural Universitario UNAM
Ciudad de México, 8 de septiembre de 2013


Valentina Barrios en concierto
Parque Bicentenario, Ciudad de México
20 de noviembre de 2016
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Alejandro García (Virulo)

LatinLover


Lo conocí en París en una tarde de verano.
Paseaba por la torre Eiffel.
Él parecía un chico latinoamericano
y muy curiosa me acerqué.

Lo convidé a un café
después que conversamos.
Así es como en París acostumbramos.

Pero él, muy confundido,
me dijo de ir a un bar,
como parecer ser que se acostumbra por allá

Sólo podía pensar, muy excitada,
en terrorismo y lucha armada.

Las copas de champán
fueron las que nos acercaron
al filo del anochecer.

Nunca he tenido amantes
latinoamericanos 
y, muy curiosa, lo besé.

Lo convidé a mi casa
para que prosigamos,
así es como en París acostumbramos.

Él me llevó a un motel
y me quiso violar,
como parece ser que se acostumbra por allá

Me dije: Oh, lalá
Va a ser profundo mi encuentro
con el Tercer Mundo.

Subiendo la escalera
de mi departamento,
el chico se empezó a excitar.

Y cuando abrí la puerta
y entramos a la casa,
estábamos desnudos ya.

Lo convidé a la alcoba
para que prosigamos,
así es como en París acostumbramos.

Pero él, salvajemente,
me convidó al sofá,
como parecer ser que se acostumbra por allá.

Nos fuimos al sofá
con nuestro rollo.
Y que viva el subdesarrollo.

Cumpliendo muy felices
con nuestro cometido
estábamos allí.los dos

Y entonces de repente
la puerta mi marido abrió
y así nos sorprendió.

Yo quise presentarlo
mientras nos levantamos.
Así es como en París acostumbramos.

Y el chico de repente
saltó por la ventana.
Parece que es costumbre latinoamericana.

Y nunca entenderé por qué lo hizo
si es que yo vivo
en un décimo piso.





Popeye / "Con esa foto les daño la vida"

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Popeye

"Con esta foto 

les daño la vida"

Reprochable reacción de 'Popeye' 

a una mujer que le gritó "asesino" 

en la calle

Una lluvia de críticas le cayó a quien fuera el lugarteniente de Pablo Escobar, después de que se conoció un video donde dos mujeres lo increpan por su pasado.

Jhon Jairo Velásquez –alias Popeye– no consigue desprenderse de su pasado y tampoco aprende a comportarse en sociedad.


Con esa impresión se quedaron miles de colombianos que han visto la postura que asumió quien fuera el lugarteniente de Pablo Escobar, después de que una mujer le gritó "asesino" en la calle.

En la escena que fue divulgada a través de las redes sociales, se ve cómo el exconvicto, que se encuentra en un automóvil grabando un documental, se baja de un carro y encara a la mujer, mientras la comienza a fotografiar.

“¿Cuántos mató? ¡Lo tratan como si fuera el héroe!”, le grita otra mujer que aparece en el lugar.

Popeye, por su parte, les lanza un par de palabras desafiantes, y una vez se sube al carro le dice a los miembros de la productora chilena: "Yo les tomo foto y con eso se le daña la vida. Eso de estar en el teléfono de Popeye, eso no es fácil... Pero no pasa nada, estoy retirado".

Una vez les cuenta que el material es para "hacer inteligencia" y ver quiénes son, uno de los hombres le pregunta:
-¿hay personas que te protegen?
-Sí claro, a esos son los que les paso la foto-, responde.

Sus palabras han despertado una mezcla de rechazo e indignación. Desde cuanto el temido exjefe de sicarios del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, directo responsable del reino del terror que se extendió por todo el Valle de Aburrá entre los años 80 y 90, recuperó su libertad no dejan de tener eco las maniobras que ha hecho para tratar de encajar en sociedad. Unas de las más sonadas son su debut como youtuber y sus aspiraciones de llegar al senado. 



Noticias de un mundo salvaje / El chino que vendía carne humana

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Noticias de un mundo salvaje

EL CHINO

QUE VENDÍA CARNE HUMANA


El caso de Zhang Yougming, un chino solitario que vendía carne humana en el mercado cuando no la daba a sus perros

AFP

Sospechoso de haber asesinado a unos veinte muchachos, de haberlos trozado, de haber vendido en el mercado de su pueblo parte de los restos como "carne de avestruz" y dado lo que quedaba a sus perros, un hombre fue detenido por la policía en el suroeste de China.
El caso fue revelado el viernes por el portal chino de informaciónGuangxi News y un cotidiano de Hong Kong, The Standard.
Zhang Yongming, de 56 años y quien ya había estado en la cárcel por homicidio, fue detenido a finales de abril en el marco de la investigación sobre la desaparición de un muchacho de 19 años, anunció Guangxi News.
La policía descubrió en su domicilio, en el pueblo de Nanmen (en la provincia de Yunnan, suroeste de China), el teléfono móvil y una tarjeta de crédito de la víctima. Según las fuentes, los investigadores sospechaban que podían relacionar este caso con otros, en la medida que 17 adolescentes habían desaparecido de la localidad en los últimos años.
Entre las personas cuyo paradero se desconoce, había algunas que vivían sólo a unos metros de la casa de Zhang.
"Zhang Yongming es un monstruo caníbal", comentaron algunos aldeanos citados por el portal de internet, agregando que habían visto bolsas de plástico verde colgando delante de su casa, dentro de las cuales podía verse osamentas.
Según el cotidiano The Standard, la policía descubrió en el domicilio del sospechoso decenas de globos oculares conservados en botellas de licor. Los investigadores también encontraron restos de carne, aparentemente humana, colgando en la casa para ser secada, según el cotidiano.
La policía indicó que era posible que Zhang alimentara a sus perros con carne humana, parte de la cual vendía en el mercado presentándola como "carne de avestruz", agregó The Standard.
Contactada por la AFP, la policía local rechazó manifestarse, explicando que las informaciones serían comunicadas "en el momento oportuno".
-- Una censura vigilante --
Según Guangxi News, Zhang, un hombre solitario que no tenía contacto con sus vecinos, ya había cumplido una condena de unos 20 años por homicidio.
Pekín envió a un equipo de investigadores a la región para supervisar las investigaciones sobre la desaparición de los muchachos y dos jefe de la policía local fueron destituídos, anunció la agencia Nueva China.
Los familiares de los muchachos pensaban que éstos habían sido secuestrados y forzados a trabajar ilegalmente en fábricas de ladrillos, prácticas aún muy habituales en las regiones rurales chinas.
El gobierno exigió que este asunto fuese solucionado lo antes posible, agregó la agencia oficial.
El viernes, prácticamente ningún portal de la red internet en China daba cuenta de este caso, como tampoco había comentarios de lectores en portales de noticias.
Habitualmente, si bien la censura expurga todo contenido políticamente delicado, los internautas pueden expresarse libremente incluso sobre los sucesos más sórdidos y la prensa entrega una profusión de detalles para atraer a sus lectores.
Pero el canibalismo sigue siendo un asunto sensible en China, pues fue practicado durante el Gran Salto Adelante en los años 50, un episodio dramático de la época maoísta que provocó la hambruna y decenas de millones de muertos.
Algunos casos menos frecuentes de "canibalismo político" se registraron durante la revolución cultural (1966-76), cuando hubo cuerpos de enemigos de la revolución comunista que fueron consumidos.
Para Joseph Cheng, de la City University de Hong Kong, provincia fronteriza con Yunnan, "un caso como éste refleja el lado atrasado de la sociedad", que "perjudica la imagen de la provincia y es probablemente lo que explica el que el caso trate de ser ocultado".
Un puesto de carne en Datong, en China. Sospechoso de haber asesinado a unos veinte muchachos, de haberlos trozado, de haber vendido en el mercado de su pueblo parte de los restos como "carne de avestruz" y dado lo que quedaba a sus perros, un hombre fue detenido por la policía en el suroeste de China.




Asesinos / El caso de Mary Bella

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El caso de Mary Bell ¿Realmente culpable?

Todo lo que importa es mentir bien. 
Mary Flora Bell nació el 26 de mayo de 1957 en Newcastle, Inglaterra. Fue una niña maltratada desde su salida del vientre materno. Al nacer, Betty, su madre la alejo de sí con asco y repudio gritando: “alejen esa cosa de mí”; Betty tenía apenas dieciséis años. Nunca se supo quién fue el padre biológico de Mary; su padrastro era Billy Bell, un ladrón que insistía en que sus hijos lo llamaran “tío” para poder cobrar las pensiones del gobierno. La madre de Mary intentó matar a su hija varias veces, fingiendo que la niña sufría “accidentes”. Después se convirtió en prostituta y gustaba de utilizar a Mary para satisfacer los deseos de sus clientes.mary-bell-001
Mary era una niña muy hermosa; parecía una muñeca, aunque siempre hubo algo andrógino en sus facciones. Desde los cinco años su madre la hacía participar en juegos sexuales con otros niños y a los ocho años la vendió a un cliente para que la desflorara. Luego la usaba para ofrecerla a cliente pedófilos. Mary declararía a la policía que su madre la sujetaba, desnuda, mientras los hombres que pagaban por ella le introducían el pene en la boca, hasta eyacular. Según su testimonio, siempre terminaba vomitando el semen. Así creció Mary, en medio de una familia enferma y disfuncional.
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Durante ese tiempo, gozaba maltratando y torturando animales, como perros y gatos. El 25 de mayo de 1968, un día antes del cumpleaños número 11 de Mary, ocurrió una tragedia. Martin Brown, un pequeño niño que era vecino de las Bell, murió. Aunque la prensa dijo que se había caído mientras jugaba, lo cierto era que Martín había muerto estrangulado y que tenía varios golpes y una contusión sangrante en la cabeza.

Martin brown
Martin brown
La autora había sido la niña. Mary lo había empujado y como todavía estaba consciente, decidió estrangularlo.

Después del asesinato, Mary y su amiga Norma irrumpieron en una guardería en Scotswood, destrozando el lugar y dejando una nota responsabilizándose del asesinato de Martin Brown. La Policía de Newcastle desestimó este incidente diciendo que era sólo una broma.

Nota dejada por Norma y Mary
Nota dejada por Norma y Mary


El 31 de julio, un niño de tres años llamado Brian Howe desapareció. Al ver pasar a Pat, la hermana de diez años del chico, Mary le preguntó: “¿Estas buscando a Brian?”Ella respondió: “Sí, ya debería estar en casa”. Poco después, el niño fue hallado muerto y mutilado cerca de una construcción. Tenía una letra “M” dibujada en el abdomen con cortes de navaja. Con unas tijeras habían cortado mechones de su cabello y habían cercenado sus genitales. A juzgar por los cortes parecía que se trataba de un juego ritual, por lo que la policía pensó inmediatamente en un niño o un adolescente.

Brian howe
Brian howe
La familia de Brian dijo que sospechaban de Mary Bell y su mejor amiga, Norma, pues las dos niñas los habían estado acosando preguntándoles si extrañaban a Brian, si lo querían, incluso en tono de burla. La policía arrestó a las niñas en agosto. Tras interrogarlas, supieron que Mary Bell había matado a Brian. Lo había estrangulado, lo había herido con unas tijeras para pasto y después le había impreso su marca. Primero dibujó una letra “N” (la inicial de Norma), pero después corrigió y la transformó en “M”.
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Arrestada también, el relato de su amiga Norma concluyó que Mary había actuado sola y que después de matar al niño había llamado a Norma para mostrarle su obra. Norma fue absuelta de todos los cargos. Mary declaraba haber disfrutado ambos asesinatos. Esto se mostró también cuando la policía encontró sus diarios, donde describía todo con lujo de detalles.

Una página del diario
Una página del diario
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Tras ser examinada por los psiquiatras, fue declarada psicópata, encerrada en prisión y condenada en diciembre de 1968 por el cargo de asesinato en segundo grado. Los periódicos la bautizaron como “La Niña Asesina”.Tras ser examinada por los psiquiatras, fue declarada psicópata, encerrada en prisión y condenada en diciembre de 1968 por el cargo de asesinato en segundo grado. Los periódicos la bautizaron como “La Niña Asesina”.

Titulares
Titulares


Mary obtuvo otra vez los titulares cuando en septiembre de 1979 escapó brevemente de la custodia de la prisión. Mary Bell salió en libertad en 1980, doce años después de su condena, a los 23 años. Una vez fuera de la cárcel, se le dio una nueva identidad. Conoció a un joven que la dejó embarazada. Abortó a su primer hijo.
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Mary se convirtió en madre en 1984. Lo insólito fue que de infanticida, se transformó en una madre cariñosa y llena de atenciones hacia su bebe. Tiempo después, conoció a otro hombre con el que se casó y formó un hogar.
Sin embargo, y pese a la rehabilitación y nueva identidad de Mary Bell, la sociedad no olvidó su atroz historia y los periódicos siempre descubrían donde estaba. Nadie quería a Mary Bell cerca. Pasó su vida huyendo y escondiéndose, fingiendo ser otra persona hasta que alguien la identificaba y tenía que volver a marcharse. El estigma de sus crímenes la perseguiría siempre.
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Mary con 35 años
Mary con 35 años

El 21 de mayo de 2003, Mary Bell obtuvo la victoria en la Corte, para mantener su anonimato y el de su hija por el resto de sus vidas. Pero los investigadores privados, contratados por la familia de Martin Brown, siguieron rastreándola. Tuvo que vivir escondida con el temor de que, a donde fuera, alguien podría identificar en ella a la “Niña Asesina”.

Info: www.policialocal.wordpress.com
http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2009/01/23/asesinos-en-serio-mary-bell-la-nina-asesina/VR MAS 

Paul Simon: “Me preocupa más lo que haga Trump en el planeta que en EE UU”

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Paul Simon: “Me preocupa más lo que haga Trump en el planeta que en EE UU”

El cantante, de gira por Europa, actuará mañana en Bilbao y el viernes en Madrid


FERNANDO NAVARRO
Madrid 18 NOV 2016 - 11:03 CST




A Paul Simon (Newark, EE UU, 1941) no le gusta detenerse en el pasado. Ni siquiera cuando este es tan inmediato que todavía hay medio planeta intentando asimilarlo. Han pasado tres jornadas desde que Donald Trump ganó las elecciones de Estados Unidos y el músico decidió suspender esta entrevista concertada por teléfono el día después de la victoria del líder republicano: no podía, explicó su manager, levantarse casi de la cama, se encontraba “devastado”. Sin embargo, aceptó hablar pasados dos días. Solamente se centraba en el futuro. “El debate no se puede centrar en la personalidad de Trump sino en el gran número de personas que se sienten defraudadas, olvidadas, hasta el punto de llegar a votarle”, explica con voz sosegada. “Es sorprendente lo que ha pasado pero, para recuperar la conversación nacional, debemos partir de ahí y mirar hacia delante”.
Paul Simon

Simon habla por teléfono desde un hotel de Londres, en mitad de la gira europea que le llevará mañana al Bizkaia Arena BEC de Bilbao y el viernes al Barclaycard Center de Madrid, tras 25 años sin tocar en España, para presentar Stranger to Stranger. El nuevo álbum trata temas recurrentes de su cancionero como el amor, la muerte, la espiritualidad, pero también la identidad nacional —la canción Cool Papa Bell es un homenaje a la leyenda del béisbol afroamericano que combatió en el terreno de juego la segregación en los años treinta y cuarenta— y las consecuencias de la política, que afectan a la justicia económica y el sistema educativo. Asuntos que, con la elección del multimillonario Trump, dispuesto a deportar a millones de inmigrantes indocumentados y levantar un muro en la frontera con México, cobran aún más importancia. “Temo las consecuencias de su elección. Respeto a quienes le han votado, pero solo veo en él un tipo autoritario, sin escrúpulos a la hora de mirar a su país y al mundo”, confiesa. “No estoy disgustado con mi país, sino con los resultados de la elección. Tenemos que poner atención ahora en lo que ha pasado. La pregunta es: ¿Qué nos pasa como país? Jamás hubiésemos pensado que llegaría al poder alguien como él, pero ha sucedido. No hay reglas en la Constitución para estas cosas”. 

Paul Simon

El músico nunca ha escondido sus cartas. Su apoyo al Partido Demócrata es conocido, incluso llegó a ceder su himno America para la campaña de Bernie Sanders, al que consideraba más cualificado que Hillary Clinton para hacer frente al huracán populista de Trump. “De todas formas, me preocupa más lo que va a hacer este tipo en el planeta que en mi país. Por ejemplo, él no cree en el medio ambiente. Puede causar más de una tragedia con su visión de la naturaleza”, indica.
Con la peculiar ironía que despliega en sus discos en solitario, canta en The Werewolf, la composición que abre el nuevo álbum: “La ignorancia y la arrogancia / Ese es un debate nacional”. El músico, que llegó a tocar ante medio millón de personas en su famoso concierto en Central Park con Simon & Garfunkel en 1982, asegura que “la música es terriblemente importante para toda sociedad”. “Es la mayor expresión vital de una sociedad tanto para la celebración como para describir realidades humanas”, afirma. Las letras de algunas de sus canciones más conocidas como The Sound of Silence o Bridge Over Troubled Water se han grabado a fuego en la memoria de más de una generación, pero su autor reconoce que lo que más le interesa hoy por hoy es la música: “Creo que el aspecto sonoro es más importante que el lírico. Me gusta explorar distintos sonidos. Tener una mente abierta, saber que se puede conocer música en todas partes del mundo”.
Desde el folk pastoral, el góspel, el pop, los sonidos raíces surafricanos o la electrónica, esta exploración es una constante en su carrera en solitario, con algunos fracasos sonados y propuestas de un eclecticismo de mala digestión. Pero a él solo le preocupa el presente: “Probablemente Stranger to Stranger sea mi mejor disco desde Graceland. Estoy muy orgulloso de él. De cómo queda mi voz, cómo uso mi conocimiento tanto a nivel tecnológico como filosófico”. Tras detenerse varios minutos en comentar las cualidades sonoras de su nuevo trabajo, sorprende al señalar: “En este álbum incluso hay una búsqueda de ritmos de flamenco. Me gusta mucho, pero reconozco que es muy difícil para mí. Es algo muy pasional, fascinante… Puedes verlo como el blues en el sur de Estados Unidos”.
Con serenidad lo recuerda: no quiere detenerse en el pasado, si no es para sacar conclusiones que le permitan avanzar. Y mucho menos a un pasado que responda al nombre de Simon & Garfunkel, tal vez el dúo más famoso de la historia disuelto ante la falta absoluta de entendimiento entre él y Art Garfunkel. “Compartimos muchos años juntos, pero la gente ya no me pregunta a menudo sobre ello. No tienen expectativas porque jamás ha surgido la posibilidad de una reunión o algo parecido. Toco canciones de esa época en mis conciertos y ya está. No es una pregunta que merezca ser respondida”, señala.


ICONOS DE OTRA ÉPOCA


Paul Simon, Leonard Cohen, Keith Richards y Chuck Berry.  EL PAÍS

Acaba de conocerse la muerte de Leonard Cohen, el pasado jueves, cuando Paul Simon responde a la llamada de este periódico. “Es muy triste. Casualmente nos vimos varias veces. No tuvimos una relación estrecha, pero teníamos amigos comunes”, cuenta.
Ambos participaron activamente de la renovación del folk norteamericano desde la bulliciosa Nueva York de finales de los sesenta y principios de los setenta. Simon, que entonces se estaba convirtiendo a la velocidad del rayo en un portavoz nacional con Simon & Garfunkel, reconoce que se quedó maravillado con los dos primeros álbumes de Cohen, Songs for Leonard Cohen (1967) y Songs from a Room (1969). “Era un verdadero escritor. Sus canciones eran muy bellas. Llevó la belleza a unos límites desconocidos en la canción. Era increíble cómo transmitía calma o exploraba sus temores”. Este fallecimiento le permite recordar también el de David Bowie. A sus 75 años, Simon forma parte de un grupo de creadores musicales que marcaron época y que se van apagando. Cosas del tiempo. “Es la vida”, suspira Simon.



Zeruya Shalev / “No quiero que el conflicto de Israel controle mi escritura”

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Zeruya Shaley: “No quiero que el conflicto de Israel controle mi escritura”

La escritora israelí, víctima de un atentado en 2004, publica en España 'Lo que queda de nuestras vidas', una novela sobre las complejas relaciones entre padres e hijos


MARIBEL MARÍN
Jerusalén 21 NOV 2016 - 16:35 CST








Zeruya Shalev, fotografiada el pasado mayo en Jerusalén. EDWARD KAPROV

—“¿Me pregunta por el perdón? Nunca pude sentir odio por el terrorista suicida que me dejó malherida. Solo tristeza”.
Zeruya Shalev (Galilea, 1959), la voz femenina más destacada de la literatura israelí contemporánea, era ya una figura internacional el día que fue víctima de un atentado en enero de 2004. Ocurrió en Jerusalén, a dos calles de su casa. Regresaba a pie de dejar en la guardería a uno de sus hijos cuando un policía palestino se hizo estallar contra un autobús y mató a once personas. La explosión le alcanzó el rostro, las manos y le reventó una rodilla. Durante seis meses no pudo moverse. Tampoco escribir. “Me bloqueé. Había visto a gente quemarse, casi me quemo yo… Sentí que las palabras eran muy débiles, que ya no eran relevantes. Y tuve pavor de no poder volver a escribir. Me resultaba más terrible que pensar en no caminar de nuevo porque era la esencia de mi vida”.
Han pasado doce años y Shalev, hija de crítico literario, prima y sobrina de escritores, editora y autora de Love life (2000), que solo en Alemania vendió más de un millón de copias, camina ligera y escribe como respira, sin reparar en ello. Pero su voz aún se quiebra cuando rememora el traumático episodio en una entrevista realizada durante la última edición del Festival de Escritores de Jerusalén con motivo de la publicación en España de Lo que queda de nuestras vidas (Siruela), novela en la que explora, con sensibilidad extrema, las complejas relaciones entre padres e hijos.




"Nunca pude sentir odio por el terrorista que me dejó malherida"

Hemda Horowitz, la protagonista, tiene mucho de su madre. Como ella, nació en uno de los primeros Kibutz establecidos en Israel. También como ella se sintió siempre fuera de sitio. Difícil responder a las expectativas de una comunidad agrícola siendo como era una niña creativa y soñadora. Ahora, ya cerca de los ochenta, afronta sus últimos meses de vida postrada en la cama. Casi no puede moverse, pero en su mente es libre, pasea por su infancia y acompaña por su turbulento presente a sus hijos: Dina, de 45 años, profesora, bulímica, empeñada en adoptar a un hijo pese a la oposición de su familia y siempre celosa de las atenciones de su madre a su hermano Abner, de 44, abogado de derechos humanos en crisis matrimonial.
La novela, por la que logró el premio Femina Étranger 2014, es un emotivo retrato de los lazos que unen y desunen a padres e hijos. Solo eso. Quien busque referencias al conflicto por la ocupación israelí de Palestina verá frustradas sus expectativas porque solo aparecen de forma colateral.




"Deseo que mis obras sean terapéuticas para mis lectores, no para mí"

“Nací en Israel, es parte de mi historia y la ocupación ha influenciado mi vida totalmente, pero no quiero que controle mi escritura. Me preocupa y está presente en mis libros en la medida en que afecta a mis personajes. Pero me fascinan las emociones arquetípicas —el amor, el odio, los celos…— más que la política del conflicto. Cuando leemos la Biblia vemos que en lo emocional apenas hemos cambiado en 3.000 años”.
Defensora de la solución de los dos Estados, Shalev no sintió la necesidad de escribir sobre el conflicto ni cuando superó el bloqueo postraumático. Su primo, el autor Meir Shalev, y muchos amigos escritores, la animaban: “Has tenido una experiencia terrible, sácale provecho”. Pero no quiso. “Quiero que mis libros sean terapéuticos para mis lectores, que les hagan entender mejor sus vidas pero no quiero escribir como terapia. La única obra en la que he explorado más este tema es Pain, aún no traducida al español”.




"El atentado ha hecho que la escritura me resulte mucho más gozosa"

Hija de profesores, Shalev, formada en Estudios Bíblicos, se crio en una especie de residencia para trabajadores de la Universidad. Vivió una infancia solitaria que le hizo muy dependiente de su imaginación. Eran los sesenta y no tenían coche, ni teléfono... La escritura y la lectura eran casi su único entretenimiento. La Biblia, la IliadaLa Metamorfosis de Kafka... Su padre les leía desde muy pequeños —a ella y a su hermano— pasajes de hitos literarios. Y, claro, una cosa llevó a la otra. “Nunca decidí convertirme en escritora como no decides respirar. Escribo desde que recuerdo, cuestión de genes. De hecho, no pensaba que escribir pudiera ser una profesión. Quise ser psicóloga pero desistí cuando asistí a soldados en el Ejército y acababan ellos por consolarme a mí”.
Shalev empezó a escribir con cinco años tristes poemas sobre perros y gatos atropellados, después sobre niños huérfanos por las guerras del 67, del 73... “Mi madre me afeaba: ‘¡Tu infancia no ha sido tan terrible!”.
—Y esa tristeza persiste en sus novelas.
—Sí, pero hay una gran diferencia. En mis primeros poemas no había confort, no había consolación posible, ahora siempre hay una salida para los personajes.
—¿Desde el atentado?
— El atentado cambió mi vida. Sentí la necesidad de hacer cosas positivas para equilibrar el mundo; me decidí a adoptar y he tratado de usar mi voz para tender puentes con los palestinos. Pero no, el atentado no ha afectado ni a mi estilo ni a mis temas, no ha afectado a mi escritura. Salvo en una cosa: se ha convertido en algo mucho más gozoso para mí.

David Lynch / Marion Cotillard / Cine y moda

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David Lynch / Olivier Daham
Annie Leibovitz / Marion Cotillard

CINE Y MODA


El matrimonio entre el mundo de la moda y el cine no es nada nuevo, así no es de extrañar que una gran firma como Dior apueste por este medio para promocionar su bolso de mano en su campaña Lady Dior, y lo haga a lo grande, creando una breve serie de cuatro capítulos dirigidos por cuatro directores distintos y una indiscutible protagonista, la actriz Marion Cotillard.


Lady Noire

El primer capítulo tiene por título “The lady noire affaire” y está dirigido por Olivier Dahan, un director de cine francés que ya dirigió a Marion Cotillard en La vie en rose. Cotillard se sumergirá como Lady Noire en una inquietante y seductora aventura por París al más puro estilo del cine negro .


Lady Rouge

Con Lady Rouge, Dior da un nuevo golpe de efecto a su campaña. Marion Cottillard (de nuevo encantadora) se pone ahora a las órdenes de la gran Annie Leibovitz, que sitúa a su protagonista en un viejo teatro a modo de apartamento, donde además podremos escucharla cantar“The eyes of Mars”, tema compuesto por Franz Ferdinand que Marion interpreta de forma magistral.

Lady Blue
Lady Blue es la tercera parte de esta campaña que a cada capítulo pone el listón más alto. Marion Cottillard se pone aquí a las órdenes de David Lynch para crear una historia que empieza con la actriz recitando un poema que el propio Lynch escribió inspirándose en la Torre Perla, el rascacielos que sirve de fondo en el corto. La trama tiene también las calles de Shangai como protagonista, John Galliano como director de Arte, Gong Tao como protagonista masculino y Dean Hurley ayundando a Lynch en la musicalización del film que tiene una duración de 16 minutos.



David Lynch es uno de los directores de cine más respetados de la historia del séptimo arte. Su amor por el dadaísmo queda demostrado en sus inquietantes películas, cuya total comprensión en su mayoría requiere un gran esfuerzo intelectual por parte del espectador. Su filmografía es un continuo ejercicio de talento que le han convertido en un director con un estilo propio y fácilmente reconocible que no siempre gusta a todos. De Eraserhead (una auténtica obra maestra surrealista) a su último film INLAND EMPIRE (en mayúsculas), pasando por la mítica serie de televisión Twin Peaks, Lynch no ha dejado de sorprendernos a los que adoramos su forma de hacer cine, sus ambientes oscuros e inquietantes o sus fascinantes bandas sonoras que también se han convertido en una marca de identidad y que habitualmente corren a cargo de Angelo Badalamendi.

En la página de Lady Dior se pueden ver todos los vídeos a mejor resolución así como unos más que interesantes “Behing the scenes”, “Making Off”, “The Campaing“, los fotógrafos o entrevistas con los diferentes protagonistas como la misma Marion Cottillard o John Galliano.





"Pérez Reverte o Isabel Allende, da lo mismo" / La última entrevista de Roberto Bolaño

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Roberto Bolaño "Pérez-Reverte o Isabel Allende, da lo mismo"

LA ÚLTIMA ENTREVISTA 
DE ROBERTO BOLAÑO

Por Mónica Maristain
Playboy México / 2003


El martes pasado (14/07/03) murió a los 50 años el escritor y poeta chileno Roberto Bolaño. Para muchos, ya era el mejor escritor latinoamericano de estos tiempos. Autor de culto durante buena parte de su vida, a partir del Premio Rómulo Gallegos que ganó con su novela Los detectives salvajes en 1998, su obra se empezó a convertir en objeto de devoción para más de una generación. En los últimos tiempos, además de las entusiastas bienvenidas que le brindaban medios como Libération y Le Monde y personalidades como Susan Sontag, algunos ya hasta jugaban con la idea de verlo recibir un Nobel. En la misma semana de su muerte, la periodista Mónica Maristain publicó en la edición mexicana de Playboy esta larga entrevista en la que Bolaño habla de todo: la literatura, sus años en la pobreza, su fe en los lectores, la gramática de los desesperados, el paraíso imaginario y el infierno tan temido.

Roberto Bolaño, 2003
Fotografía de Jerry Bauer

En el desvaído panorama de la literatura en lengua española, un espacio en el que todos los días aparecen jóvenes redactores más preocupados por ganar becas y puestos en los consulados que por aportar algo a la creación artística, se destaca la figura de un hombre enjuto, mochila azul en ristre, anteojos de enorme marco, cigarrillo sempiterno entre los dedos, fina ironía a bocajarro siempre que haga falta.

Roberto Bolaño, nacido en Chile en 1953, es lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo al oficio de escribir. Desde que con su monumental Los detectives salvajes, acaso la gran novela mexicana de la contemporaneidad, se hiciera famoso y se embolsara los premios Herralde (1998) y Rómulo Gallegos (1999), su influencia y su figura han ido en crecimiento constante: todo lo que dice, con su afilado humor, con su exquisita inteligencia, todo lo que escribe, con su pluma certera, de gran riesgo poético y profundo compromiso creativo, es digno de la atención de quienes lo admiran y, por supuesto, de quienes lo detestan.

El autor, que aparece como personaje en la novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, y que es homenajeado en la última novela de Jorge Volpi, El fin de la locura, es, como todo hombre genial, un divisor de opiniones, un generador de antipatías acérrimas a pesar de su carácter tierno, su voz entre atiplada y ronca, con la que responde, cortés, como todo buen chileno, que no escribirá un cuento para la revista pues su próxima novela, que tratará sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, ya va por la página 900 y todavía no la acaba.

Roberto Bolaño vive en Blanes, España, y está muy enfermo. Espera que un trasplante de hígado le dé resto para vivir con esa intensidad que alaban quienes tienen la fortuna de tratarlo en la intimidad. Dicen ellos, sus amigos, que a veces se olvida de ir a la visita médica por escribir.

A los 50 años, este hombre que recorrió Latinoamérica como mochilero, que se escapó de las fauces del pinochetismo porque uno de los policías que lo encarceló había sido su compañero en la escuela, que vivió en México (alguna vez la calle Bucareli en un tramo llevará su nombre), que conoció a los militantes del Farabundo Martí que luego se convertirían en los asesinos del poeta Roque Dalton en El Salvador, que fue vigilante en un camping catalán, vendedor de bisutería en Europa y siempre un hurtador de buenos libros porque leer no es sólo una cuestión de actitud, este hombre, decíamos, ha transformado el rumbo de la literatura latinoamericana. Y lo ha hecho sin avisar y sin pedir permiso, como lo hubiera hecho Juan García Madero, antihéroe adolescente de su gloriosa Los detectives salvajes: "Estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tía insistió y al final acabé transigiendo. Soy huérfano. Seré abogado. Eso lo dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche". El resto, en las 608 páginas restantes de una novela cuya importancia los críticos han comparado con Rayuela, de Julio Cortázar, y hasta con Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Él diría, frente a tanta hipérbole: ni modo. Así que mejor vayamos a lo que importa en esta coyuntura: a la entrevista.

¿Le dio algún valor en su vida el haber nacido disléxico?

–Ninguno. Problemas cuando jugaba al fútbol, soy zurdo. Problemas cuando me masturbaba, soy zurdo. Problemas cuando escribía, soy diestro. Como puedes ver, ningún problema importante.

¿Siguió siendo Enrique Vila-Matas amigo suyo luego de la pelea que tuvo usted con los organizadores del Premio Rómulo Gallegos?

–Mi pelea con el jurado y los organizadores del premio se debió, básicamente, a que ellos pretendían que yo avalara, desde Blanes y a ciegas, una selección en la que yo no había participado. Sus métodos, que una pseudo poeta chavista me transmitió por teléfono, se parecían demasiado a los argumentos disuasorios de la Casa de las Américas cubana. Me pareció que era un error enorme que Daniel Sada o Jorge Volpi fueran eliminados a las primeras de cambio, por ejemplo. Ellos dijeron que lo que yo quería era viajar con mi mujer e hijos, algo totalmente falso. De mi indignación por esta mentira surgió la carta en donde los llamé neostalinistas y algo más, supongo. De hecho, a mí me informaron que ellos pretendían, desde el principio, premiar a otro autor, que no era Vila- Matas, precisamente, cuya novela me parece buena, y que sin duda era uno de mis candidatos.

¿Por qué no tiene aire acondicionado en su estudio?

–Porque mi lema no es Et in Arcadia ego, sino Et in Esparta ego.

¿No cree que si se hubiera emborrachado con Isabel Allende y Ángeles Mastretta otro sería su parecer acerca de sus libros?

–No lo creo. Primero, porque esas señoras evitan beber con alguien como yo. Segundo, porque yo ya no bebo. Tercero, porque ni en mis peores borracheras he perdido cierta lucidez mínima, un sentido de la prosodia y del ritmo, un cierto rechazo ante el plagio, la mediocridad o el silencio.

¿Cuál es la diferencia entre una escribidora y una escritora? 
–Una escritora es Silvina Ocampo. Una escribidora es Marcela Serrano. Los años luz que median entre una y otra.

¿Quién le hizo creer que es mejor poeta que narrador? 

–La gradación del rubor que siento cuando, por pura casualidad, abro un libro mío de poesía o uno de prosa. Me ruboriza menos el de poesía.

¿Usted es chileno, español o mexicano?

–Soy latinoamericano.

¿Qué es la patria para usted?

–Lamento darte una respuesta más bien cursi. Mi única patria son mis dos hijos, Lautaro y Alexandra. Y tal vez, pero en segundo plano, algunos instantes, algunas calles, algunos rostros o escenas o libros que están dentro de mí y que algún día olvidaré, que es lo mejor que uno puede hacer con la patria.

¿Qué es la literatura chilena?

–Probablemente las pesadillas del poeta más resentido y gris y acaso el más cobarde de los poetas chilenos: Carlos Pezoa Véliz, muerto a principios del siglo XX, y autor de sólo dos poemas memorables, pero, eso sí, verdaderamente memorables, y que nos sigue soñando y sufriendo. Es posible que Pezoa Véliz aún no haya muerto y esté agonizando y que su último minuto sea un minuto bastante largo, ¿no?, y todos estemos dentro de él. O al menos que todos los chilenos estemos dentro de él.

¿Por qué le gusta llevar siempre la contraria?

–Yo nunca llevo la contraria.

¿Usted tiene más amigos que enemigos?

–Tengo suficientes amigos y enemigos, todos gratuitos.

¿Quiénes son sus amigos entrañables?

–Mi mejor amigo fue el poeta Mario Santiago, que murió en 1998. Actualmente tres de mis mejores amigos son Ignacio Echevarría y Rodrigo Fresán y A. G. Porta.

¿Antonio Skármeta lo invitó alguna vez a su programa?

–Una secretaria suya, tal vez su mucama, me llamó una vez por teléfono. Le dije que estaba demasiado ocupado.

¿Javier Cercas compartió con usted las regalías por Soldados de Salamina?

–No, por supuesto.

¿Enrique Lihn, Jorge Teillier o Nicanor Parra?

–Nicanor Parra por encima de todos, incluidos Pablo Neruda y Vicente Huidobro y Gabriela Mistral.

¿Eugenio Montale, T. S. Eliot o Xavier Villaurrutia?

–Montale. Si en lugar de Eliot estuviera James Joyce, pues Joyce. Si en lugar de Eliot estuviera Ezra Pound, sin duda Pound.

¿John Lennon, Lady Di o Elvis Presley?

–The Pogues. O Suicide. O Bob Dylan. Pero, bueno, no nos hagamos los remilgados: Elvis forever. Elvis con una chapa de sheriff conduciendo un Mustang y atiborrándose de pastillas, y con su voz de oro.

¿Quién lee más, usted o Rodrigo Fresán?

–Depende. El Oeste es para Rodrigo. El Este para mí. Luego nos contamos los libros de nuestras correspondientes áreas y parece que lo hubiéramos leído todo.





¿Cuál es el mejor poema de Pablo Neruda según usted?

–Casi cualquiera de Residencia en la Tierra.

¿Qué le hubiera dicho a Gabriela Mistral si la hubiera conocido?

–Mamá, perdóname, he sido malo, pero el amor de una mujer hizo que me volviera bueno.

¿Y a Salvador Allende?

–Poco o nada. Los que tienen el poder (aunque sea por poco tiempo) no saben nada de literatura, sólo les interesa el poder. Y yo puedo ser el payaso de mis lectores, si me da la real gana, pero nunca de los poderosos. Suena un poco melodramático. Suena a declaración de puta honrada. Pero, en fin, así es.

¿Y a Vicente Huidobro?

–Huidobro me aburre un poco. Demasiado tralalí alalí, demasiado paracaidista que desciende cantando como un tirolés. Son mejores los paracaidistas que descienden envueltos en llamas o, ya de plano, aquellos a los que no se les abre el paracaídas.

¿Octavio Paz sigue siendo el enemigo?

–Para mí, ciertamente, no. No sé qué pensarán los poetas que durante esa época, cuando yo viví en México, escribían como sus clones. Hace mucho que no sé nada de la poesía mexicana. Releo a José Juan Tablada y a Ramón López Velarde, incluso puedo recitar, si se tercia, a Sor Juana, pero no sé nada de lo que escriben los que, como yo, se acercan a los cincuenta años.

¿No le daría ahora ese papel a Carlos Fuentes?

–Hace mucho que no leo nada de Carlos Fuentes.


Arturo Pérez-Reverte
¿Qué le produce el hecho de que Arturo Pérez Reverte sea actualmente el escritor más leído en lengua española?

–Pérez Reverte o Isabel Allende. Da lo mismo. Feuillet era el autor francés más leído de su época.

¿Y el hecho de que Arturo Pérez Reverte haya ingresado a la Real Academia?

–La Real Academia es una cueva de cráneos privilegiados. No está Juan Marsé, no está Juan Goytisolo, no está Eduardo Mendoza ni Javier Marías, no está Olvido García Valdez, no recuerdo si está Alvaro Pombo (probablemente si está se deba a una equivocación), pero está Pérez Reverte. Bueno, (Paulo) Coelho también está en la Academia brasileña.

¿Se arrepiente de haber criticado el menú que le sirvió Diamela Eltit?

–Nunca critiqué su menú. Si acaso, tendría que haber criticado su humor, un humor vegetariano o, mejor, a dieta.

¿Le duele que ella lo considere mala persona después de la crónica de aquella malograda cena?

–No, pobre Diamela, no me duele. Me duelen otras cosas.

¿Ha vertido alguna lágrima por las numerosas críticas que ha recibido por parte de sus enemigos?

–Muchísimas, cada vez que leo que alguien habla mal de mí me pongo a llorar, me arrastro por el suelo, me araño, dejo de escribir por tiempo indefinido, el apetito baja, fumo menos, hago deporte, salgo a caminar a orillas del mar, que, entre paréntesis, está a menos de treinta metros de mi casa, y les pregunto a las gaviotas, cuyos antepasados se comieron a los peces que se comieron a Ulises, ¿por qué yo, por qué yo, que ningún mal les he hecho?

¿Cuál es la opinión en torno de su obra que más valora?

–Mis libros los lee Carolina (su esposa) y después (Jorge) Herralde (el editor de Anagrama) y después procuro olvidarlos para siempre.

¿Qué cosas compró con el dinero que ganó en el Rómulo Gallegos?

–No muchas. Una maleta, según creo recordar.

De su época que vivía de los concursos literarios, ¿hubo alguno que no pudo cobrar?

–Ninguno. Los ayuntamientos españoles, en este aspecto, son de una probidad fuera de toda sospecha.

¿Era buen camarero o mejor vendedor de bisutería?

–El oficio en el que mejor me he desempeñado fue el de vigilante nocturno de un camping cerca de Barcelona. Nunca nadie robó mientras yo estuve allí. Impedí algunas peleas que hubieran podido terminar muy mal. Evité un linchamiento (aunque de buena gana, después, hubiera linchado o estrangulado yo mismo al tipo en cuestión).

¿Ha experimentado el hambre feroz, el frío que cala los huesos, el calor que deja sin aliento?

–Como dice Vittorio Gassman en una película: modestamente, sí.

¿Ha robado algún libro que luego no le gustó?

–Nunca. Lo bueno de robar libros (y no cajas fuertes) es que uno puede examinar con detenimiento su contenido antes de perpetrar el delito.

¿Ha caminado alguna vez en medio del desierto?

–Sí, y en una ocasión, además, del brazo de mi abuela. La anciana señora era incansable y yo pensé que de ésa no salíamos.

¿Ha visto peces de colores debajo del agua?

–Por supuesto. En Acapulco, sin ir más lejos, en el año 1974 o 1975.

¿Se ha quemado la piel con un cigarrillo?

–Nunca voluntariamente.

¿Ha tallado en un tronco de árbol el nombre de la persona amada?

–He cometido desmanes aún mayores, pero corramos un tupido velo.

¿Ha visto alguna vez a la mujer más hermosa del mundo?

–Sí, cuando trabajaba en una tienda, allá por el año '84. La tienda estaba vacía y entró una mujer hindú. Parecía y tal vez fuera una princesa. Me compró algunos colgantes de bisutería. Yo, por descontado, estaba a punto de desmayarme. Tenía la piel cobriza, el pelo largo, rojo, y por lo demás era perfecta. La belleza intemporal. Cuando tuve que cobrarle me sentí muy avergonzado. Ella me sonrió como si me dijera que lo entendía y que no me preocupara. Luego desapareció y nunca más he vuelto a ver a alguien así. A veces tengo la impresión de que era la mismísima diosa Kali, patrona de los ladrones y de los orfebres, sólo que Kali también era la deidad de los asesinos, y esta hindú no sólo era la mujer más hermosa de la Tierra sino que también parecía ser una buena persona, muy dulce y considerada.

¿Le gustan los perros o los gatos?

–Las perras, pero ya no tengo animales.

¿Qué cosas recuerda de su niñez?

–Todo. No tengo mala memoria.

¿Coleccionaba figuritas?

–Sí. De fútbol y de actores y actrices de Hollywood.

¿Tenía una patineta?

–Mis padres cometieron el error de regalarme un par de patines cuando vivimos en Valparaíso, que es una ciudad de cerros. El resultado fue desastroso. Cada vez que me ponía los patines era como si me quisiera suicidar.

¿Cuál es su equipo de fútbol favorito?

–Ahora ninguno. Los que bajaron a segunda y luego, consecutivamente, a tercera y a regional, hasta desaparecer. Los equipos fantasmas.

¿A qué personajes de la historia universal le hubiera gustado parecerse?

–A Sherlock Holmes. Al capitán Nemo. A Julien Sorel, nuestro padre, al príncipe Mishkin, nuestro tío, a Alicia, nuestra profesora, a Houdini, que es una mezcla de Alicia, de Sorel y de Mishkin.

¿Se enamoraba de las vecinas más grandes que usted?

–Por supuesto.

¿Las compañeras de la escuela le prestaban atención?

–No creo. Al menos yo estaba convencido de que no.

¿Qué cosas debe a las mujeres de su vida?

–Muchísimo. El sentido del desafío y la apuesta alta. Y otras cosas que me callo por decoro.

¿Ellas le deben algo a usted?

–Nada.

¿Ha sufrido mucho por amor?

–La primera vez, mucho, después aprendí a tomarme las cosas con algo más de humor.

¿Y por odio?

–Aunque suene un poco pretencioso, nunca he odiado a nadie. Al menos estoy seguro de ser incapaz de un odio sostenido. Y si el odio no es sostenido, no es odio, ¿no?

¿Cómo enamoró a su esposa?

–Cocinándole arroz. En esa época yo era muy pobre y mi dieta era básicamente de arroz, así que lo aprendí a cocinar de muchas formas.

¿Cómo era el día que se hizo padre por primera vez?

–Era de noche, poco antes de las 12, yo estaba solo, y como no se podía fumar en el hospital me fumé un cigarrillo virtualmente encaramado en el artesonado de la cuarta planta. Menos mal que no me vio nadie desde la calle. Sólo la luna, habría dicho Amado Nervo. Cuando volví a entrar una enfermera me dijo que mi hijo ya había nacido. Era muy grande, casi calvo del todo, y con los ojos abiertos como preguntándose quién demonios era ese tipo que lo tenía en los brazos.

¿Lautaro será escritor?

–Yo sólo espero que sea feliz. Así que mejor que sea otra cosa. Piloto de avión, por ejemplo, o cirujano plástico, o editor.

¿Qué cosas reconoce en él como suyas?

–Por suerte se parece mucho más a su madre que a mí.

¿Le preocupan las listas de ventas de sus libros?

–En lo más mínimo.

¿Piensa alguna vez en sus lectores?

–Casi nunca.

¿Qué cosas de todas las que le han dicho sus lectores en torno de sus libros lo han conmovido?

–Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe.

¿Qué cosas lo han enojado?

–A estas alturas enojarse es perder el tiempo. Y, lamentablemente, a mi edad el tiempo cuenta.


Leopoldo María Panero
Poster de T.A.

¿Ha tenido miedo alguna vez de sus fans?

–He tenido miedo de los fans de Leopoldo María Panero, el cual, por otra parte, me parece uno de los tres mejores poetas vivos de España. En Pamplona, durante un ciclo organizado por Jesús Ferrero, Panero cerraba el ciclo y a medida que se aproximaba el día de su lectura la ciudad o el barrio donde estaba nuestro hotel se fue llenando de freaks que parecían recién escapados de un manicomio, que, por otra parte, es el mejor público al que puede aspirar cualquier poeta. El problema es que algunos no sólo parecían locos sino también asesinos y Ferrero y yo temimos que alguien, en algún momento, se levantara y dijera: yo maté a Leopoldo María Panero y después le descerrajara cuatro balazos en la cabeza al poeta, y ya de paso, uno a Ferrero y el otro a mí.

¿Qué siente cuando hay críticos como Darío Osses que considera que usted es el escritor latinoamericano con más futuro?

–Debe ser una broma. Yo soy el escritor latinoamericano con menos futuro. Eso sí, soy de los que tienen más pasado, que al cabo es lo único que cuenta.

¿Le despierta curiosidad el libro crítico que está preparando su compatriota Patricia Espinoza?

–Ninguna. Espinoza me parece una crítica muy buena, independientemente de cómo vaya a quedar yo en su libro, que supongo que no muy bien, pero el trabajo de Espinoza es necesario en Chile. De hecho, la necesidad de una, llamémosla así, nueva crítica, es algo que empieza a ser urgente en toda Latinoamérica.

¿Y el de la argentina Celina Mazoni?

–A Celina la conozco personalmente y la quiero mucho. A ella le dediqué uno de los cuentos de Putas asesinas.

¿Qué cosas lo aburren?

–El discurso vacío de la izquierda. El discurso vacío de la derecha ya lo doy por sentado.

¿Qué cosas lo divierten?

–Ver jugar a mi hija Alexandra. Desayunar en un bar al lado del mar y comerme un croissant leyendo el periódico. La literatura de Borges. La literatura de Bioy. La literatura de Bustos Domecq. Hacer el amor.

¿Escribe a mano?

–La poesía, sí. Lo demás, en una vieja computadora de 1993.

Cierre los ojos, ¿cuál de todos los paisajes de la Latinoamérica que usted recorrió le viene primero a la memoria?

–Los labios de Lisa en 1974. El camión de mi padre averiado en una carretera del desierto. El pabellón de tuberculosos de un hospital de Cauquenes y mi madre que nos dice a mi hermana y a mí que aguantemos la respiración. Una excursión al Popocatépetl con Lisa, Mara y Vera y alguien más que no recuerdo, aunque sí recuerdo los labios de Lisa, su sonrisa extraordinaria.

¿Cómo es el paraíso?

–Como Venecia, espero, un lugar lleno de italianas e italianos. Un sitio que se usa y se desgasta y que sabe que nada perdura, ni el paraíso, y que eso al fin y al cabo no importa.

¿Y el infierno?

–Como Ciudad Juárez, que es nuestra maldición y nuestro espejo, el espejo desasosegado de nuestras frustraciones y de nuestra infame interpretación de la libertad y de nuestros deseos.

¿Cuándo supo que estaba gravemente enfermo?

–En el '92.

¿Qué cosas de su carácter cambió la enfermedad?

–Ninguna. Supe que no era inmortal, lo cual, a los 38 años, ya iba siendo hora de que lo supiera.

¿Qué cosas desea hacer antes de morir?

–Ninguna en especial. Bueno, preferiría no morirme, claro. Pero tarde o temprano la distinguida dama llega, el problema es que a veces no es una dama ni mucho menos es distinguida, sino más bien, como dice Nicanor Parra en un poema, es una puta caliente, que es algo que hace dar diente con diente al más pintado.

¿Con quién le gustaría encontrarse en el más allá?

–No creo en el más allá. Si existiera, qué sorpresa. Me matricularía de inmediato en algún curso que estuviera dando Pascal.

¿Pensó alguna vez en suicidarse?

–Por supuesto. En alguna ocasión sobreviví precisamente porque sabía cómo suicidarme si las cosas empeoraban.

¿Creyó en algún momento que se estaba volviendo loco?

–Por supuesto, pero me salvó siempre el sentido del humor. Me contaba historias que me volvían loco de risa. O recordaba situaciones que hacían que me tirara al suelo a reírme.

La locura, la muerte y el amor, ¿de qué de estas tres cosas ha habido más en su vida?

–Espero de todo corazón que haya habido más amor.

¿Qué cosas lo hacen reír a mandíbula batiente?

–Las desgracias propias y ajenas.

¿Qué cosas lo hacen llorar?

–Lo mismo: las desgracias propias y ajenas.

¿Le gusta la música?

–Mucho.




¿Usted ve su obra como la suelen ver sus lectores y críticos: arriba de todo Los detectives salvajes y luego todo lo demás?

–La única novela de la que no me avergüenzo es Amberes, tal vez porque sigue siendo ininteligible. Las malas críticas que ha recibido son mis medallas ganadas en combate, no en escaramuzas con fuego simulado. El resto de mi "obra", pues bueno, no está mal, son novelas entretenidas, el tiempo dirá si algo más. Por ahora me dan dinero, se traducen, me sirven para hacer amigos que son muy generosos y simpáticos, puedo vivir, y bastante bien, de la literatura, así que quejarse sería más bien gratuito y desagradecido. Pero la verdad es que no les concedo mucha importancia a mis libros. Estoy mucho más interesado en los libros de los demás.




¿No le sacaría algunas páginas a Los detectives salvajes?

–No. Para sacarle páginas tendría que releerlo y eso mi religión me lo prohíbe.

¿No le da miedo que alguien quiera hacer la versión cinematográfica de la novela?

–Ay, Mónica, yo les tengo miedo a otras cosas. Digamos: cosas más terroríficas, infinitamente más terroríficas.

¿"El ojo Silva" es un homenaje a Julio Cortázar?

–De ninguna manera.

Cuando terminó de escribir "El ojo Silva", ¿no sintió que había escrito un cuento capaz de estar a la altura, por ejemplo, de "Casa tomada"?

–Cuando terminé de escribir "El ojo Silva" dejé de llorar o algo parecido. Qué más quisiera yo que se pareciera a uno de Cortázar, aunque "Casa tomada" no es uno de mis favoritos.

¿Cuáles son los cinco libros que marcaron su vida?

–Mis cinco libros en realidad son cinco mil. Menciono éstos sólo a manera de punta de lanza o embajada aviesa: El Quijote, de Cervantes. Moby Dick, de Melville. La Obra Completa, de Borges. Rayuela, de Cortázar. La conjura de los necios, de Kennedy Toole. Pero también debería citar: Nadja, de Breton. Las cartas de Jacques Vaché. Todo Ubú, de Jarry. La vida, instrucciones de uso, de Perec. El castillo y El proceso, de Kafka. Los aforismos de Lichtenberg. El Tractatus, de Wittgenstein. La invención de Morel, de Bioy Casares. El Satiricón, de Petronio. La Historia de Roma, de Tito Livio. Los Pensamientos, de Pascal.

¿Se lleva bien con su editor?

–Bastante bien. Herralde es una persona inteligente y a menudo encantadora. Tal vez a mí me convendría más que no fuera tan encantador. Lo cierto es que ya hace ocho años que lo conozco y, al menos de mi parte, el cariño no hace más que crecer, como dice un bolero. Aunque tal vez me convendría no quererlo tanto.

¿Qué dice de los que piensan que Los detectives salvajes es la gran novela mexicana de la contemporaneidad?

–Que lo dicen por lástima, me ven decaído o desmayándome en las plazas públicas y no se les ocurre nada mejor que una mentira piadosa, que por lo demás es lo más indicado en estos casos y ni siquiera es pecado venial.




¿Es cierto que fue Juan Villoro el que le convenció para que no titulara Tormentas de mierda a su novela Nocturno de Chile?

–Entre Villoro y Herralde.

¿De quién más escucha consejos alrededor de su obra?

–Yo no escucho consejos de nadie, ni siquiera de mi médico. Yo doy consejos a diestra y siniestra, pero no escucho ninguno.

¿Cómo es Blanes?

–Un pueblo bonito. O una ciudad pequeñita, de treinta mil habitantes, bastante bonita. Fue fundada hace dos mil años, por los romanos, y luego pasaron por aquí gente de todos los lugares. No es un balneario de ricos sino de proletarios. Obreros del norte o del este. Algunos se quedan a vivir para siempre. La bahía es bellísima.

¿Extraña algo de su vida en México?

–Mi juventud y las caminatas interminables con Mario Santiago.

¿A qué escritor mexicano admira profundamente?

–A muchos. De mi generación admiro a Sada, cuyo proyecto de escritura me parece el más arriesgado, a Villoro, a Carmen Boullosa, entre los más jóvenes me interesa mucho lo que hacen Alvaro Enrigue y Mauricio Montiel, o Volpi e Ignacio Padilla. Sigo leyendo a Sergio Pitol, que cada día escribe mejor. Y a Carlos Monsiváis, el cual, según me contó Villoro, motejó como Pol Pit a Taibo 2 o 3 (o 4), lo que me parece un hallazgo poético. Pol Pit, ¿es perfecto, no? Monsiváis sigue con las uñas aceradas. También me gusta mucho lo que hace Sergio González Rodríguez.

¿El mundo tiene remedio?

–El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio y ésa es nuestra suerte.

¿Usted tiene esperanzas, en qué, en quiénes?

–Mi querida Maristain, vuelve usted a empujarme a los potreros de la cursilería, que son mis potreros natales. Yo tengo esperanza en los niños. En los niños y en los guerreros. En los niños que follan como niños y en los guerreros que combaten como valientes. ¿Por qué? Me remito a la lápida de Borges, como diría el ínclito Gervasio Montenegro, de la Academia (como Pérez Reverte, fíjese usted) y no hablemos más de este asunto.

¿Qué sentimientos le despierta la palabra póstumo?

–Suena a nombre de gladiador romano. Un gladiador invicto. O al menos eso quiere creer el pobre Póstumo para darse valor.

¿Qué opina de quienes opinan que usted ganará el Premio Nobel?

–Estoy seguro, querida Maristain, de que no lo ganaré, como también estoy seguro de que algún atorrante de mi generación sí que lo ganará y ni siquiera me mencionará de pasada en su discurso de Estocolmo.

¿Cuándo ha sido más feliz?

–Yo he sido feliz casi todos los días de mi vida, al menos durante un ratito, incluso en las circunstancias más adversas.

¿Qué le hubiera gustado ser si no hubiera sido escritor?

–Me hubiera gustado ser detective de homicidios, mucho más que ser escritor. De eso estoy absolutamente seguro. Un tira de homicidios, alguien que puede volver solo, de noche, a la escena del crimen, y no asustarse de los fantasmas. Tal vez entonces sí que me hubiera vuelto loco, pero eso, siendo policía, se soluciona con un tiro en la boca.

¿Confiesa que ha vivido?

–Bueno, sigo vivo, sigo leyendo, sigo escribiendo y viendo películas, y como les dijo Arturo Prat a los suicidas de la Esmeralda, mientras yo viva, esta bandera no se arriará.




El día que Freddie Mercury detuvo el mundo

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EN ESTE VÍDEO DE APENAS DOS MINUTOS FREDDIE MERCURY PARÓ EL MUNDO


Hoy se cumplen 25 años sin el líder de Queen. En esta grabación de un concierto de Wembley están resumidos sus poderes

Juan Sanguino
24 NOV 2016 - 09:49 CST




"Nunca he visto a un hombre atrapar el mundo entero en la palma de su mano de esa forma". Así describe Peter Freestone, asistente personal de Freddie Mercury (Tanzania, 1946 – Londres, 1991) todo lo que sucedió el 12 de julio de 1986 en el estadio de Wembley, de Londres. El concierto pasaría a la historia de la música y de la cultura popular: el mundo dejó de girar durante tres horas y toda una generación asociaría para siempre al líder de Queen con esa chaqueta amarilla, ese mostacho y ese éxtasis musical casi religioso.


Lo más fascinante de aquel espectáculo es que se puede percibir cómo el cantante es perfectamente consciente de que está haciendo historia. Tanto, que ni siquiera le hizo falta una canción de verdad para despertar el fervor de 70.000 creyentes: le bastó con una improvisación de apenas 2 minutos. Hoy, más de 30 años después y en el 25º aniversario de su muerte, esa aparentemente intrascendente improvisación condensa todo lo que convirtió a Freddie Mercury en una leyenda.




Durante un minuto y 57 segundos, Mercury consigue parar el mundo de nuevo. Y eso es lo más cerca que se puede estar de la inmortalidad

Así se domina con chulería y elegancia un escenario

Era el escenario más grande construido hasta el momento, y se le quedaba pequeño. Mercury se pasea como un animal que sabe que conquista inmediatamente el terreno que pisa, y en ningún momento parece intimidado ante la responsabilidad de seducir a 70.000 personas. Resulta tan chulesco como entrañable. Sus posturas triunfales mientras improvisa, a medio camino entre la ópera y la verbena de pueblo, generaron una corriente eléctrica que consiguió que el público no sintiese que estaba repitiendo cantos tiroleses, sino que formaba parte de la historia de la música.

Siempre cantando como si fuera la última vez en su vida

"No puedo llegar tan alto, vamos a bajar otra vez", reconoce el cantante en el vídeo. Pero enseguida vuelve a elevar su voz con una magnitud que no cabía en Wembley. A pesar de que el rango vocal de Mercury llegaba a la estratosfera como pocos cantantes masculinos han logrado, daba la sensación de que su vigor no nacía de la técnica, sino de las entrañas. El público respondió entusiasmado a sus gorgoritos, porque Freddie se lo estaba tomando tan en serio como si se tratase de la última canción de su vida.

Líder de masas

El flautista de Hamelin era un aficionado al lado de Mercury. Aquella masa entregada había pagado 17 euros por la entrada, en la que sin duda es la mejor inversión de toda su vida. Y se dejaron llevar por la euforia de Queen. La indumentaria de Mercury le hace parecer un líder militar sacado de un sueño, y sostiene su característico micrófono con la actitud épica de quien ostenta un cetro. Le falta la corona, pero ya se encarga él de comportarse como si fuera el rey del mundo. El público estaba tan a sus pies que si al terminar el concierto Freddie llega a proponer invadir Polonia, esas 70000 personas le habrían seguido sin pensarlo dos veces.








Mercury se arrodilla ante Brian May en el concierto de Wembley de 1986.  GETTY


Un anfitrión divertido que invita a todo el mundo a la fiesta

Despedir el numerito con ese "que os jodan" y recibir una ovación como respuesta es algo que solo pueden permitirse las estrellas de verdad. Mercury se ha metido a Wembley entero en el bolsillo, y lo ha conseguido porque la arrogancia solo es carismática cuando nace de la positividad y no de la prepotencia. El cantante arranca su improvisación con un mini/cachi/maceta en la mano, que le haría parecer el borracho de turno de la fiesta si no fuera porque su presencia es majestuosa. Él es el primero en sorprenderse por lo receptivo que está el público, y parece querer poner a prueba la obediencia de sus fieles, pero no lo hace con superioridad (aunque la disfruta), sino invitando a todo el mundo a la fiesta.

Sí, soy estrafalario, y si no te gusta me importa un carajo

La estrambótica energía de Mercury sobre el escenario despertó multitud de comentarios acerca de su sexualidad, pero a él no podía importarle menos. Otros artistas habrían sentido pudor, pero Freddie se dejaba llevar por la teatralidad y grandilocuencia, siempre buscando sacar adelante el mayor espectáculo del mundo. Él sabía que el problema lo tenían los demás. Si un artista se pasa de prudente y pisa el freno, conseguirá pasar desapercibido, pero nunca hará historia.

Despreocupadamente atractivo

Freddie Mercury no era guapo, pero exhibía el bigote como pocos. Sus pantalones ajustados, su apego por las camisetas de tirantes y lo empapado que terminaba en cada actuación resultaba asombrosamente atractivo, precisamente gracias a que no le preocupaba lo más mínimo.

Un minuto y 58 segundos donde se para el mundo

Poco antes de su muerte, Mercury lanzó The show must go on (El espectáculo debe continuar), y se convirtió en un credo. Para él no era una frase hecha, sino una forma de vida. El espectáculo siguió, pero no le dejó atrás. Pasó sus últimos días obsesionado con seguir componiendo y grabando, sentía la necesidad de alimentar su legado. Lo cierto es que cuando murió aquel 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury ya era mucho más que un cantante: formaba parte de la vida de millones de personas. Recuperar hoy aquel espontáneo y entrañable juego entre el rey y sus súbditos hace que, durante un minuto y 57 segundos, Freddie Mercury consiga parar el mundo de nuevo. Y eso es lo más cerca que se puede estar de la inmortalidad.



25 años de la muerte de Freddie Mercury / Así vivió sus últimos días

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Freddie Mercury, 1986
25 años de la muerte de Freddie Mercury: Así vivió sus últimos días

BIOGRAFÍA


El músico trató de conferir normalidad a su vida hasta sus últimas consecuencias, trabajando a destajo


CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA
24 NOV 2016 - 09:50 CST



En febrero de 1987, Prince editaba un single mayestático -que diseccionaba algunos de los males de los años 80 con sintética clarividencia- en cuya primera línea de texto se hacía referencia, sin nombrarlo, al SIDA. Solo dos meses más tarde, aquella “gran enfermedad con un nombre pequeño” que el genio de Minneapolis empleaba para descorchar el rotundo relato de Sign O' The Times se colaba ya en el organismo de Freddie Mercury, pese a que él se empeñara en negarlo ante una prensa ávida de sensacionalismo barato. Al menos si hay que creer a Jim Hutton, quien fuera pareja del líder de Queen durante sus últimos seis años de vida, Freddie Mercury fue la primera celebridad del mundo del rock en engrosar la lista de víctimas ilustres de la enfermedad, pero nada le hizo desistir de su deseo de aparentar normalidad y seguir trabajando hasta el último aliento. Hasta el punto de que tuvo que ser el 23 de noviembre de 1991, a tan solo 24 horas de su muerte, cuando por fin emitió un comunicado público para anunciar que había contraído la fatal enfermedad.

El secretismo de Freddie Mercury se contradecía con el aspecto que mostraba en sus ya intermitentes apariciones públicas, pero se amoldaba al carácter de un músico que, en abierto contraste con su explosividad escénica, tenía aversión por las entrevistas y cualquier clase de exposición pública de su intimidad. Las pistas eran más que evidentes: la banda ya no había girado para promocionar The Miracle(Capitol, 1989) y la aparición del cuarteto para recoger el premio Brit por su contribución a la música británica, el 18 de febrero de 1990, mostraba al vocalista con un aspecto físico muy desmejorado, extremadamente delgado y pálido.
Quizá sea ese deseo por el que el trabajo de la banda siguiera su curso con normalidad el que explique por qué Queen no tramaron, en ningún momento, un álbum-testamento a la manera del último Bowie. Aunque cualquiera que prestase algo de atención al single These are The Days Of Our Lives, grabado en mayo de 1991, adelanto de Innuendo (y a su sombrío videoclip, rodado en blanco y negro), podría darse cuenta de que su letra suponía todo un epitafio vital, aunque fuera a través de un texto que el batería Roger Taylor escribió originalmente pensando en su prole, y que no tardó en mutar en último adiós a su frontman. En cualquier caso, la última canción en la que intervino Mercury fue Mother Love, luego incluida en el póstumo Made In Heaven (Hollywood, 1995), tal y como reconoció un Brian May que no tuvo reparo alguno en reclutar años mas tarde a Paul Rodgers (Free) o a Adam Lambert (concursante de American Idol) para reactivar la marca Queen en pleno siglo XXI. Sí, el show debía continuar, pero cabe preguntarse si a cualquier precio.

Desde el 24 de noviembre de 1991, la casa de Freddie Mercury en Kensington (Londres) se convirtió en lugar de peregrinaje para fans y devotos. Y la música de Queen, tan cuestionada en su momento por gran parte de la crítica (los adustos 90, con la aflicción grunge, el eufórico pero sobrio tradicionalismo brit pop o la amenazante tensión pre-milenio del trip hop, no mezclaban nada bien con sus fuegos de artificio), comenzó a ser vista con otros ojos y a relativizarse desde la distancia. No en vano, el transformismo escénico de Lady Gaga -su propio nombre artístico lo revela- o la ampulosidad de Muse son, para bien o para mal, hijos de los vigorosos y apabullantes modos escénicos de un artista cuyo personaje se impuso a todos y cada uno de los estilos con los que flirteó, ya fuera el rock progresivo, el hard rock, la música disco o el bel canto.

Marion Cotillard / Edith Piaf / Non, je ne regrette rien

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Marion Cotillard como Edith Piaf

Marion Cotillard / Edith Piaf 
Non, je ne regrette rien


Non, rien de rien, non, je ne regrette rien

ni le bien qu'on m'a fait, ni le mal

tout ça m'est bien égal
non, rien de rien, non, je ne regrette rien
c'est payé, balayé, oublié, je me fous du passé
Avec mes souvenirs j'ai allumé le feu
mes chagrins, mes plaisirs,
je n'ai plus besoin d'eux
balayé les amours avec leurs trémolos
balayé pour toujours
je repars à zéro
Non, rien de rien, non, je ne regrette rien
ni le bien qu'on m'a fait, ni le mal
tout ça m'est bien égal
non, rien de rien, non, je ne regrette rien
car ma vie, car mes joies

aujourd'hui ça commence avec toi


Nota


"Non, je ne regrette rien" es la canción que cierra la película biográfica sobre Piaf, "La vida en rosa".


La actuación de Marion Cotillard, en el papel de Edith Piaf, es impecable, tanto que le hizo merecedora del Oscar en 2007.




Las mujeres más bellas del mundo / Marion Cotillard

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LAS MUJEREMÁS BELLADEL MUNDO

Marion Cotillard

































Marion Cotillard / Take It All

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Marion Cotillard 
Take It All

Marion Cotillard (París, 975) es una actriz y cantante francesa ganadora de los premios ÓscarBAFTACésar y Globo de Oro por su interpretación de Édith Piaf en la película La vida en rosa. Es la única mujer que ha ganado un Óscar a la mejor actriz por una película francesa. También es ambientalista y portavoz de Greenpeace.
En 2012, recibió numerosos elogios por su actuación como Stéphanie en De óxido y hueso, y fue galardonada con el Premio Globo de CristalPremio Étoile d'OrPremio Sant JordiIrish Film & Television Award y el Premio de la Mejor Actriz en el Hawaii International Film Festival, además del hecho de que recibió nominaciones para el premio Globo de Oro, para el Premio BAFTA, para el Screen Actors Guild Award, para el Premio de la Crítica Cinematográfica, para el Premio AACTA, para el Premio Lumièrey para el Premio César.

Marion Cotillard


Ella es el rostro oficial de los bolsos Lady Dior desde el 2008, y ha aparecido en más de 200 portadas de revistas de todo el mundo.1 Entre ellas, se encuentran: VogueElleMarie ClaireVarietyHarper's BazaarVanity FairMadame FigaroGlamour,WThe Hollywood Reporter y Wall Street Journal Magazine. También apareció en la portada del primer número de la revista Dior, en septiembre del 2012.

Proveniente de una familia de artistas, comenzó desde pequeña a trabajar como actriz, su madre es actriz; su padre, director; ambos profesores de arte dramático y tiene dos hermanos gemelos, Quentin, escultor y Guillaume, escritor. Su primo Laurent Cotillard, dirigió además su primera obra Y a des nounous dans le placard.
En 1994, ganó el primer premio del Conservatorio de Arte Dramático de Orleáns. Y comenzó a intervenir en series televisivas como Highlander o Extrême Limite, y más tarde en el cine con la película La Belle Verte, aunque fue con Taxi con guion de Luc Besson y dirigida por Gérard Pirès con la que se dio conocer al gran público y que le supuso su primera nominación al César a la mejor actriz revelación. Su papel en esta película le sirvió para trabajar en producciones como La Mouette o Les Jolies Choses, con la que obtuvo una nueva nominación a los Premios César, consiguiendo en 2005 ganar el César a la mejor actriz de reparto por Largo domingo de noviazgo, de Jean-Pierre Jeunet.


En 2007, interpreta a Édith Piaf en el film de Olivier Dahan La vida en rosa, ganando el Oscar a la mejor actriz en 2008.
En 2009, interpretó a Evelyn "Billy" Frechette, la novia de John Dillinger en el film Enemigos públicos, donde demuestra una gran solidez actoral. Actualmente mantiene una relación con el actor francés Guillaume Canet, desde finales de 2007. El 15 de marzode 2010 Marion recibió la Medalla de la Orden de la Artes y las Letras de Francia. El 19 de mayo de 2011 dio a luz a su primer hijo, Marcel.3 En julio de 2012, fotos de Canet saliendo de la casa de Katie Holmes en Nueva York fueron publicadas en el sitio Daily Mail. Cotillard estaba en Londres para la promoción de The Dark Knight Rises. Poco tiempo después las fotos fueron eliminadas del sitio y la pareja no dice nada sobre el asunto.4
En 2010 participa en la película Inception de Christopher Nolan, junto a Leonardo DiCaprioCillian MurphyJoseph Gordon-Levitt,Tom HardyMichael Caine entre otros.
En 2012 repite con el director Christopher Nolan en The Dark Knight Rises junto a Christian Bale y vuelve a repetir reparto conCillian MurphyJoseph Gordon-LevittTom Hardy y Michael Caine tomando el papel de Talia al Ghul/Miranda Tate. También recibió numerosos elogios por su actuación como la entrenadora de orcas sin piernas Stéphanie en De óxido y hueso y fue galardonada con el Premio Globo de Cristal, Premio Étoile d'Or, Premio Sant Jordi, Irish Film & Television Award y el Premio de la Mejor Actriz en el Hawaii International Film Festival y nominaciones recibidas para el premio Globo de OroPremio BAFTAScreen Actors Guild Award,Premio de la Crítica Cinematográfica, Premio AACTA, Premio Lumière y para el Premio César.



Aliados / Marion Cotillard consideró las escenas de sexo con Brad Pitt "incómodas"

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Aliados: Marion Cotillard consideró

 las escenas de sexo 

con Brad Pitt "incómodas"

La actriz habló sobre la película que filmaron juntos

MARTES 15 DE NOVIEMBRE DE 2016


Marion Cotillard volvió a referirse a su trabajo en la película Aliados, donde compartió escenas de sexo con Brad Pitt. "Cuando sabes lo que tu cuerpo va a hacer exactamente, puedes interpretar y ser libre para expresar emociones y sentimientos porque no tienes que pensar '¿Qué voy a hacer ahora? ¿Me pongo encima de él?, detalló en una rueda de prensa la francesa, quien en un principio fue señalada como una de las causas de la separación de Pitt y Angelina Jolie.
En ese momento, Cottillard salió rápido a desmentir los rumores y ha anunciar que estaba feliz con su pareja, Guillaume Canet, y que se encontraba en la dulce espera por segunda vez.
Sobre los momentos de intimidad con el galán, la francesa reveló que la escena en la que tiene sexo en el auto fue "incómoda". "Nos reíamos porque necesitás hacerlo y por lo extraño que es todo acabás mirándote el uno al otro y diciendo: 'Esto es muy raro'. Y luego entramos en cuestión y 'ahora me pongo encima de ti y ahora vamos a besarnos'", contó.

Mientras tanto, Pitt está tratando de volver a su rutina laboral. Primero lo hizo junto a su amiga Julia Roberts , después se dejó ver en una alfombra roja y ahora viajó a China a presentar el film Aliados, donde fue muy bien recibido por sus fans. Aunque el actor muestre su mejor sonrisa para los flashes aún le quedan varios temas pendientes para ponerle un punto final a su divorcio de Angelina Jolie. 
LA NACION



Amor, confianza e infidelidad, según Marion Cotillard

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Marion Cotillard

Amor, confianza e infidelidad, 

según Marion Cotillard

La actriz francesa y Brad Pitt asisten al estreno en Madrid de ‘Aliados’



GREGORIO BELINCHÓN
Madrid 22 NOV 2016 - 16:30 CST




Incluso entre las estrellas, hay clases. Ayer en Madrid el productor Graham King (Argo, El aviador, Ali y Oscar por Infiltrados) y la actriz Marion Cotillard (Oscar por La vida en rosa) atendieron por la tarde a la prensa como fin de la minigira europea —Londres, París y Madrid, ya que la parada en Alemania se anuló— de promoción de Aliados, de Robert Zemeckis. Unas plantas más arriba, en la suite real, descansaba Brad Pitt. A 13.000 euros la noche. El actor solo se sumó por la noche al estreno, previo a su llegada a salas este próximo viernes, en el que no hubo cámaras de televisión para que nadie pudiera preguntarle por el TEMA.



Y por el TEMA en el mundo del cine se entiende el divorcio de la pareja personal, artística y empresarial Brangelina. El imperio, resquebrajado. King dice que Aliados, la relación sentimental en mitad de la II Guerra Mundial entre un oficial canadiense, experto en inteligencia, y una espía francesa, es una película que habla sobre temas que apasionan a todo el público: “el amor, la confianza y la infidelidad”. Puro mensaje publicitario. Cotillard (París, 1975), embarazada, funciona en modo zen. Nada parece alterarle. Ni tampoco sacarle de su mensaje promocional. Pero al transmitirle la frase del productor sus ojos azules se achinan: terreno minado. “Están efectivamente en el centro de la trama, porque en mayor o menor medida el espectador puede haber vivido esas emociones”. Y hasta ahí se puede estirar.


La francesa llevaba años detrás de la producción. “Solo esperaba poder interpretarla antes de cumplir los setenta”, bromea. Desde que leyó el guion hasta que se subieron al proyecto Pitt y el director Robert Zemeckis pasaron tres años. “Que llegaran me hizo feliz, me emocionó aún más”. Porque en aquel libreto Cotillard encontró “una película de espías que se convierte en una apasionante historia de amor y vuelve a mutar y deviene en un thriller. No sabes lo que va a pasar, y como actriz es estupendo formar parte de un proyecto tan potente”.
Cotillard luce un espléndido vestuario en Aliados, nada que ver con las camisetillas de tirantes de Dos días, una noche, de los hermanos Dardenne. Porque si algo define su carrera es el eclecticismo, su capacidad para pasar sin perder frescura de un musical como Nine o una superproducción estilo Origen a los dramas que dirige su pareja, el actor y realizador Guillaume Canet (Pequeñas mentiras sin importancia, Lazos de sangre) o los filmes exacerbados en su regodeo doliente de Xavier Dolan (Solo el fin del mundo). Todos la quieren. “Sencillamente, solo me mueven los guiones”. 

El salvador Tim Burton






"No recuerdo casi nada de la noche que gané el Oscar"

Y eso que en 2003 estuvo a punto de abandonar la interpretación. La hija de un dramaturgo y de una actriz que realmente se ganaban la vida como profesores en el extrarradio de París estaba harta. “No fue tanto un abandono de la actuación como buscar algo diferente. Necesitaba una nueva energía, positiva, y la que tenía en aquel momento no era precisamente positiva. No quería dejarlo definitivamente, porque amo en exceso mi profesión. Decidí que tenía que hacer algo realmente diferente para variar esa energía”. Lógico, cuando tu último rodaje es Taxi 3. “Y entre lo que me mostró mi agente estaba Big Fish, de Tim Burton. Desde ese momento dejé atrás la negatividad”. ¿Alguna vez piensa en lo que pudo haberse perdido? “No, jamás”. ¿Ni cuando ganó el Oscar? “No recuerdo casi nada de aquella noche”. Este periodista la vio cantar La vie en rose en la sala de prensa con la estatuilla en la mano y bañada en una catarata de lágrimas. Entre risas, con tono pillo, Cotillard subraya: “Lo dicho, ni me acuerdo”.



Brad Pitt y Marion Cotillard / Aliados / Brisa de vieja escuela

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ALIADOS

Brisa de vieja escuela

Zemeckis ha compuesto una competente película al modo vieja escuela, pero el resultado se queda en tibia fotocopia del resplandor del clasicismo












La condición de mito es imposible de buscar, simplemente surge. Y aunque los que han llegado a alcanzarla no sean intocables, su remedo requiere al mismo tiempo una mezcla de respeto y de atrevimiento difícilmente conciliable. Es lo que le ocurre a los primeros 45 minutos de Aliados, la nueva película de Robert Zemeckis, creador de mitos propios (Regreso al futuro, Forrest Gump), pero ahora inspirado por mitos ajenos.


ALIADOS
Dirección: Robert Zemeckis.
Intérpretes: Brad Pitt, Marion Cotillard, Jared Harris, Lizzy Kaplan, August Diehl.
Género: espionaje. EE UU, 2016.
Duración: 124 minutos.

Ciudad de Casablanca, II Guerra Mundial, relato romántico de aire descreído, nazis vigilantes, resistencia aliada. Intentar a estas alturas emular el espíritu de la película de Michael Curtiz es meterse en la boca del lobo. Y más si el guión se empeña en la secuencia inolvidable, ya sea por el diálogo (brillantes en su impostura, impostores en su brillantez) o por la acción (ese polvo en el desierto, y no precisamente de arena). Sin embargo, en cuanto la película se muda a Londres y, a la hora de metraje, surge el giro dramático que todos esperábamos, el relato se eleva, derivando hacia el thriller de espionaje que, aunque no llegue a los altares de Graham Greene (el personaje de Brad Pitt, como un guiño para entendidos, está leyendo Brighton Rock), divierte durante un buen trecho del camino.
Zemeckis ha compuesto una competente película al modo vieja escuela, pero cada vez que un director de prestigio se adentra en este tipo de operaciones nostálgicas el resultado se queda en tibia fotocopia del resplandor del clasicismo. Aliados es a Zemeckis lo que El buen alemán a Steven Soderbergh: la copia imposible de un tiempo que jamás volverá.

Marcela Carvajal / Desnuda en Soho

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Marcela Carvajal

Marcela Carvajal DESNUDA EN SOHO










¿Por qué acepté salir en SoHo después de que llevan años invitándome? Lo primero que se me viene a la cabeza es que, curiosamente, ahora con más años encima me siento más segura; y lo segundo es que antes sentía que tenía que competir con viejas mil veces más buenas que yo, con cuerpos perfectos mientras que el mío no lo era: todavía no lo es y además no espero que lo sea.  ¿Entonces qué fue lo que cambió en mí para que ahora acepte? No es como alguien dijo: que yo llego tarde a todo lado.
Por un lado, descubrí que no tengo que competir con nadie, que soy diferente, y esa diferencia me hace única. Que cada mujer tiene su ‘algo’, su atractivo, su magia irrepetible.  Esa magia femenina podría decir que se llama seducción. Ojo, que sea femenina no significa que sea exclusiva de las mujeres, es única en cada ser humano.  Pero tiene características propias e indiscutibles, que son precisamente la magia, lo ilógico, lo no concreto, lo sensual, lo encubierto, lo velado, lo que invita a descubrir. Como quien dice, a mostrar sin mostrar.
Lo segundo, y tal vez lo más importante, es que entendí hace mucho tiempo que todo lo que tenga que ver con el mundo de la pantalla chica o grande, con el mundo virtual o fotográfico, no es totalmente real, le falta carne.  La palabra que significa actuar en inglés es to play y eso es exactamente lo que llevo haciendo hace un poco más de 20 años: ‘jugar’. ¿Por qué no jugar en SoHo a ser una mujer seductora, sexy, sensual? A mostrar sin mostrar, a eso no había jugado mucho.
De pronto me acordé de El mago de Oz, cuento que les encanta a mis hijas. Siempre he pensado que los actores somos como magos de Oz para nuestros seguidores. Piensan que somos lo máximo porque nos ven a través de una gran máscara, pero realmente no nos conocen.
En estas fotos, la máscara es evidente. La producción, el vestuario (no se rían), el maquillaje, los peinados, el famoso Photoshop, todo hace parte del montaje. Una imagen es vista desde la perspectiva de Alejandra Quintero, basada en películas eróticas de los setenta, como La historia de O, en la que quiero mostrar a una Marcela Carvajal urbana, un poco ‘sado’, con cadenas, para aludir a estas ‘escuelas’ donde las mujeres iban a perfeccionar el arte de dar y recibir placer. Y la perspectiva de Hernán Puentes, más romántica, como en Bilitis, una película con una fotografía perfecta, que de alguna manera busca el erotismo y la sensualidad a través de una cierta inocencia.
Como ven, esto es toda una puesta más en escena para mí, nunca la había ‘jugado’ y quería hacerlo. Ya no tenía miedo ni pena (bueno, un par de vodkas ayudaron), porque sabía que ustedes, lectores, no me iban a ver a mí: solo una imagen proyectada y producida, una en la cual yo me atrevía a mostrarme como nunca lo había hecho. 


Es excitante pensar que ustedes creen que me están viendo más, o creen que me conocen más, simplemente por el hecho de mostrar más piel. Pero esto no pasa de ser un personaje más que estoy interpretando para SoHo. Mañana, tal vez, pueda presentar una imagen muchos menos atractiva, pero por hoy aquí dejo una Marcela que jugó a seducir.











¿Qué fue de Christina Ricci?

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¿Qué fue de Christina Ricci?

La actriz que fue todo un icono de la generación X se vio sobrepasada por la fama tras trabajar con Woody Allen o Tim Burton, se retiró a vivir a Brooklyn y hoy en día vive una discreta popularidad


ALBERTO SISÍ SÁNCHEZ
9 OCT 2016 - 09:11 COT







Ricci en un fotograma de la película 'Pecker'.

Todas las niñas inadaptadas y sombrías que sentían no encajar en lo que el colegio, su familia o sus vecinas esperaban de ellas, terminaron identificándose con Miércoles Addams, la hija pequeña de La Familia Addams (película que se estrenó en las navidades de 1991). Todos menos la actriz que dio vida a tan carismático personaje, Christina Ricci (Santa Mónica, 1980) quien sufrió en carnes propias lo que es ser un ídolo infantil y triunfar antes de que llegue la menarquía.

Para más inri, Ricci no era rubia y adorable como cualquier estrella infantil estadounidense, era morena, rechoncha y sus ojos estaban demasiado separados. Cuando llegó el momento de continuar con una carrera que empezaba a los diez años, los papeles solo se hacían más grandes. Ni un paso en falso desde Amigas para Siempre hasta Casper. A partir de ahí Christina sufría una anorexia nerviosa, era arrestada por conducir bajo la influencia del alcohol y empezaba a centrarse en películas para adultos demasiado adultos.








Sufría una anorexia nerviosa, era arrestada por conducir bajo la influencia del alcohol y empezaba a centrarse en películas para adultos demasiado adultos



La Ricci buscaba dejar atrás la imagen de actriz infantil y hasta llegó a trabajar con Woody Allen en una película que no muchos recuerdan. Recordamos los diez hitos que la convierten en un icono noventero:
1- La Tormenta de Hielo y su pérdida de la virginidad
En 1997 se estrenaba esta retorcida película de Ang Lee. En ella, Christina Ricci interpreta a la hija pequeña de los Hood y vuelve a hacer de rarita inadaptada que, además, pierde su virginidad. Los que crecimos viéndola como alguien en quien reflejarnos ya estábamos pensando en esos y no otros menesteres.








'La Tormenta de Hielo'


2- La llegada a Baltimore en Pecker
Nadie en su sano juicio le dice que no a John Waters ni así tampoco lo hizo la Ricci justo cuando cumplía la mayoría de edad. Era 1998 y su voluptuosidad ya no la hacía apta para papeles tan adolescentes como los anteriores. A pesar de considerarse una película menor del director de Baltimore (¿de verdad?) el papel de Shelley como una loca y los subidones de azúcar hacen que nos acordemos.
3- Buffalo 66... ¡Boom!
Y, de repente, Christina se tiñó de rubio. Y la que fuera una niña gordita del cine ahora se tiraba a Vincent Gallo, el actor más bello de los tardonoventas. La película también la dirigía él y hubo que digerirla como una de esas películas indies que tanto hicieron por los raros.
4- Una portada en The Face
La revista más icónica de los 80 le dedicaba a la Ricci una portada en octubre de 1998 bajo el título de 'Embrujada. La mujer más mala de Hollywood'. Todavía renqueaba aquella niña gótica que le dio la fama casi una década antes.

5- El momento Tim Burton
En 1999 el director Tim Burton lanzaba Sleepy Hollow, una adaptación del clásico cuento del jinete sin cabeza y, quizá, una de las últimas películas decentes del regidor. En ella Christina interpretaba a la damisela y demostraba al mundo que volvía a estar preparada para los blockbusters.








Ricci en 'Todo lo Demás'.


6- El paso por el despacho de abogados de Ally McBeal
La abogada soltera que luchaba por su cliente, llevaba minifaldas muy cortas pero era muy eficiente tuvo en Liza Bump (el personaje de Christina Ricci al que también apodaron 'Lolita') una seria competidora en uno de los casos más recordados de la quinta temporada. Llega, incluso, a enamorar al mujeriego Richard.
7- La portada de Rolling Stone (en ropa interior)
En 1999 la versión estadounidense de la conocidísima revista llevó a Christina Ricci en plena promoción de Sleepy Hollow a su portada. En un momento en el que superaba su anorexia y dejaba los vaivenes con el peso el hecho de que apareciera en un conjunto de ropa interior añade mucho significado a esa primera.








Ricci en Pan Am.


8- La llamada de Woody
En 2003 se suma al inmuerable grupo de actrices que han trabajado con Woody Allen en Todo lo Demás. En la película aparecía junto a Jason Biggs y la crítica no fue demasiado benévola con una historia que sonaba a repetición y que supuso unos cuantos años de vacío en la carrera de Christina.

9- ¿Y ahora?
Tras el fiasco que supuso la serie Pan Am para la actriz, se refugió en su productora y continúo sacando adelante proyectos. Ahora se pasea por la Semana de la Moda de Nueva York y graba la segunda temporada de Z: The beginning of Everything, una serie autobiográfica sobre Zelda Fitzgerald que se puede ver en Amazon. Pasea a su único hijo por los parques de Brooklyn y ha aprendido a vivir, a los 36, con esa fama sobrellevable que no amenaza con acabar con nadie. 
EL PAÍS




Las mujeres más bellas del mundo / Christina Ricci

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Christina Ricci transparentando en la Vanity Fair Italiana

LAS MUJERES MÁS BELLAS DEL MUNDO
Chistina Ricci


   














































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