Quantcast
Channel: De otros mundos
Viewing all 13452 articles
Browse latest View live

Anaïs Nin / El aventurero húngaro

$
0
0
Balthus
Anaïs Nin
EL AVENTURERO HUNGARO
Fragmento

Hubo una vez un aventurero húngaro de sorprendente apostura, infalible encanto y gracia, dotes de consumado actor, culto, conocedor de muchos idiomas y aristocrático de aspecto. En realidad, era un genio de la intriga, del arte de librarse de las dificultades, de la ciencia de entrar y salir discretamente de todos los países.
Viajaba como un gran señor, con quince baúles que contenían la ropa más distinguida, y con dos grandes perros daneses. La autoridad que de él irradiaba le había valido el sobrenombre del Barón. Al Barón se le veía en los hoteles más lujosos, en los balnearios y en las carreras de caballos, en viajes alrededor del mundo, en excursiones a Egipto y en expediciones al desierto y Africa.
En todas partes se convertía en el centro de atracción de las mujeres. Al igual que los actores más versátiles, pasaba de un papel a otro a fin de complacer el gusto de cada una de aquéllas. Era el bailarín más elegante, el compañero de mesa más vivaz y el más decadente de los conversadores en los téte-á-tétes; sabía tripular una embarcación, montar a caballo y conducir automóviles. Conocía todas las ciudades como si hubiera vivido en ellas toda su vida. Conocía también a todo el mundo en sociedad. Era indispensable.
Cuando necesitaba dinero, se casaba con una mujer rica, la saqueaba y se marchaba a otro país. Las más de las veces, las mujeres no se rebelaban ni daban parte a la policía. Las pocas semanas o meses que habían gozado de él como marido les dejaban una sensación que pesaba más en su ánimo que el golpe de la pérdida de su dinero. Por un momento, habían sabido lo que era vivir por todo lo alto, lo que era volar por encima de las cabezas de los mediocres.
Las levantaba tan alto, las sumía de tal manera en el vertiginoso torbellino de sus encantos, que su partida tenía algo de vuelo. Parecía casi natural: ninguna compañera podía seguir su elevado vuelo de águila.
Viajó a Roma y tomó una suite en el Grand Hotel. Resultó que esa suite era contigua a la del embajador español, que se alojaba allí con su esposa y sus dos hijas. El Barón les encantó. La embajadora lo admiraba. Se hicieron tan amigos y se mostraba tan cariñoso con las niñas, que no sabían cómo entretenerse en aquel hotel, que pronto las dos adquirieron la costumbre de acudir, en cuanto se levantaban por la mañana, a visitar al Barón y despertarlo entre risas y bromas que no les estaban permitidas con sus padres, más severos.
Una de las niñas tenía alrededor de diez años, y la otra doce. Ambas eran hermosas, con grandes ojos negros aterciopelados, largas cabelleras sedosas y piel dorada. Llevaban vestidos cortos y calcetines blancos también cortos. Profiriendo chillidos, corrían al dormitorio del Barón y se echaban en la gran cama. El quería jugar con ellas, acariciarlas.
Como muchos hombres, el Barón se despertaba siempre con el pene particularmente sensible. En efecto, se hallaba muy vulnerable. No tuvo tiempo de levantarse y calmar su estado orinando. Antes de que pudiera hacerlo, las dos niñas echaron a correr por el brillante pavimento y se le lanzaron encima, encima de su prominente pene, oculto en cierta medida por la gran colcha azul.
Las chiquillas no se dieron cuenta de que se les habían subido las faldas, ni de que sus delgadas piernas de bailarinas se habían enredado entre sí y habían caído sobre el miembro del Barón, tieso bajo la colcha. Riéndose, se le subieron encima, se sentaron a horcajadas como si fuera un caballo, presionando hacia abajo, urgiéndole, con sus cuerpos, a que imprimiera movimientos a la cama. En medio de todo ello, quisieron besarle, tirarle del pelo y mantener con él conversaciones infantiles. La delicia del Barón al ser tratado así creció hasta convertirse en un agudísimo suspense.
Una de las chicas yacía boca abajo, y todo lo que el Barón tenía que hacer para procurarse placer era moverse un poco contra ella. Lo hizo como jugando, como si pretendiera empujarla fuera de la cama.
—Seguro que te caes si te empujo así. —No me caeré —replicó la niña, agarrándose a él a través de las cobijas, mientras él se movía como si fuera a hacerla rodar.
Riendo, la impulsó hacia arriba, pero ella permanecía apretada, frotando contra él sus piernecitas, sus braguitas y todo lo demás, en su esfuerzo por no deslizarse fuera. El seguía con sus movimientos mientras se reían. Entonces, la segunda niña, deseando culminar el juego, se sentó a horcajadas frente a su hermana, y el Barón pudo moverse con más fuerza, pretextando que tenía que soportar el peso de ambas. Su miembro, oculto bajo la gruesa colcha, se levantó más y más entre las piernecitas, y así fue como alcanzó el orgasmo, de una intensidad que raras veces había conocido, rindiéndose en la batalla que las chicas acababan de ganar de una forma que jamás sospecharían.
En otra ocasión, cuando acudieron a jugar con él, ocultó las manos bajo la colcha. Después, levantó la ropa con el dedo índice y las desafió a que se lo agarraran. Con gran entusiasmo, empezaron la caza del dedo, que desaparecía y reaparecía en distintas partes de la cama, cogiéndolo firmemente. Al cabo de un momento, no era el dedo, sino el pene lo que tomaban una y otra vez; tratando de liberarlo, el Barón lograba que lo agarraran cada vez con más fuerza. Desaparecía por entero bajo las cobijas, lo cogía con la mano y lo impulsaba hacia arriba para que se lo volvieran a coger.
Fingió ser un animal que pretendía agarrarlas y morderlas, y en ocasiones lo lograba muy cerca de donde se proponía hacerlo, con gran placer por parte de las chicas. También jugaron al escondite. El “animal” tenía que saltar sobre ellas desde algún rincón oculto. Se escondió en el armario y se cubrió con ropa. Una de las niñas abrió, y él pudo mirarla por debajo de su vestido. La agarró y la mordió, jugueteando, en los muslos.
Tan acalorados eran los juegos, tanta la confusión de la batalla y el abandono de las chiquillas, que muy a menudo la mano del Barón iba a parar a los lugares que él quería.








Alvaro Uribe / El Gran Colombiano o la Gran Vergüenza Nacional

$
0
0

Alvaro Uribe
EL GRAN COLOMBIANO
O LA GRAN VERGÜENZA NACIONAL

2 Jul 2013 - 11:45 pm

Cecilia Orozco Tascón

La historia de History Channel y su gran colombiano

Por: Cecilia Orozco Tascón

En junio de 2008, época en que Colombia vivía una alta tensión política institucional por la conducta intimidante del Presidente de la República con todo aquel que no casara en sus planes, la comunidad internacional se interesaba por lo que sucedía aquí.

History Channel Latinoamérica (HCHL), dirigida por un grupo de argentinos, andaba a la caza de programación atractiva para ofrecerla en su parrilla.  El periodista Hollman Morris, acosado desde las altas esferas del poder, como otros reporteros, por su independencia profesional, encontró la oportunidad de trabajar con un medio que, aparentemente, estaba fuera del alcance de la estigmatización oficial. Viajó a Caracas a reunirse con uno de los ejecutivos de ese canal, Miguel Brailovsky, y de allí surgió un contrato para la realización de cinco programas. A partir de ese momento, Morris anduvo con sus productores por ocho países y once meses después tenía editado su cometido total. El 25 mayo de 2009 el canal lanzó, mediante profusa publicidad local, el primero de los programas titulado “Colombia, la hora de la paz”, registro de la entrega de secuestrados a quienes, gracias a Piedad Córdoba,  las Farc habían decidido liberar.  El jefe de Estado, más preocupado por la difusión de esas imágenes que por la salud de los recién liberados, criticó con acidez a Morris del que aseguró que “una cosa es la libertad de prensa y otra, utilizar el carnet de periodista para convertirse en publicista del terrorismo”.  HCHL alcanzó a emitir la segunda entrega pero, sin ninguna explicación, suspendió las tres restantes que se apolillan en sus archivos hasta el día de hoy. El contacto de Morris con HCHL murió de infarto fulminante.
Menos de un año más tarde, el 17 de marzo de 2010, la Presidencia lanzaba, en una ceremonia con 200 invitados, un contenido televisivo que se había ideado la negociante HCHL. La oficina de prensa de la Casa de Nariño escribió: “El presidente Álvaro Uribe Vélez encabezará el lanzamiento de la serie ‘Unidos por la historia’, y del himno del Bicentenario de la Independencia producidos por el canal The History Channel, con el apoyo del gobierno”. Y añadió que “el Jefe de Estado estará acompañado por el gerente general del canal, Eduardo Ruiz”. Parráfos adelante, registró también, como huella indeleble, otra fecha clave que con un poco de sentido común, podría recordar la abrupta decisión de eliminar la serie Morris:   “esta producción… apoyada por Colombia es Pasión y por el Ministerio de Relaciones Exteriores” (fue rodada en Bogotá) por un equipo de cinco personas que viajó desde Buenos Aires, del 14 al 22 de junio de 2009, con apoyo de la marca país”,  apenas un mes después de que los programas de Morris fueran cancelados.
La Alta Consejera  Presidencial para el Bicentenario María Cecilia Donado, pronunció un  discurso durante el  solemne evento para “agradecer, de corazón, a nuestros buenos amigos de History Channel Latinoamérica y a sus vicepresidentes Miguel Brailovsky  y Eduardo Ruiz … por su energía y trabajo” y calificó a ese medio de “aliado muy importante” de la Casa de Nariño. Cinco fotografías dan cuenta del encuentro en que el presidente le rinde homenaje a HCHL por su “gran devoción” y Ruiz, uno de los vicepresidentes del canal, le devuelve la atención con la entrega “de una placa de reconocimiento y agradecimiento”.  ¡Oh casualidad! Tres años después, HCHL recrea un concurso dizque para elegir al ‘Gran colombiano’. ¿Ganador? ¡Álvaro Uribe!, por encima hasta de Simón Bolívar quien está en la lista de preseleccionados a pesar de haber nacido en Venezuela. Claro, no nos contaron que se merecía el confuso título, no el mejor hombre de nuestra vida republicana, sino quien hubiera mejorado los balances comerciales de HCHL, de Brailovslky y de Ruiz.

El Espectador

El excompañero de Uribe que quiere revocarlo del Gran Colombiano

Por: KienyKe
Publicado 9:01 am, junio 29, 2013

Guillermo Aníbal Gärtner Tobón había escuchado un par de veces sobre el concurso del Gran Colombiano, organizado por la cadena History Channel, pero entonces no le había prestado mucha atención. En una ocasión, mientras canaleaba buscando algún programa para ver en televisión, se dio cuenta de que en una de las promociones de esta competencia se promocionaba la candidatura del general Gustavo Rojas Pinilla, expresidente colombiano cuyo mandato militar es considerado una dictadura. “Qué clase de concurso es; ¿cómo van a poner de Gran Colombiano a un dictador como fue Rojas Pinilla? ¿Es que la gente no tiene sentido de la historia?
Gärtner Tobón es abogado con especializaciones de Derecho Internacional Humanitario, Historia de América Latina, Maestría en Derecho Penal Internacional y docente universitario jubilado. El domingo, día de la elección del Gran Colombiano, ni siquiera estaba cerca al televisor. Uno de sus hijos le contó la noticia: “¿Papá, ya se dio cuenta? escogieron como gran colombiano a Álvaro Uribe”.
-No me extraña nada en absoluto- respondió.
El día siguiente inició una protesta individual que de un momento a otro cogió fuerza y ya tiene casi 22 mil seguidores. Es el promotor de la revocatoria de la “designación del señor Álvaro Uribe como el Gran Colombiano”. En conversación con KienyKe describó la bola de nieve que resultó siendo su manifestación en redes sociales, expuso sus argumentos y reveló que fue amigo del expresidente Uribe, a quien sugirió que renunciara a este reconocimiento.

¿Cómo llega usted a crear una iniciativa que parecía tan personal, en todo un movimiento de miles que rechazan la elección del expresidente Álvaro Uribe como el “Gran Colombiano”?

Fue algo muy espontaneo. No se trata de una conspiración ni de un acuerdo con algún grupo o persona.  Al día siguiente que me enteré leí en Facebook y encontré que no menos de diez personas que estaban expresando su indignación. He sido ‘cacharrero’ con las cosas de Internet y les propuse que hicieran algo para canalizar su descontento. Nadie tomaba la iniciativa y recordé que existía el sitio Change.org y decidí abrir la iniciativa en términos respetuosos. De un momento a otro el asunto se creció y ya me tocaba asumir la responsabilidad como iniciador de esta cosa, sin tener una pretensión de nada.

¿Con qué argumentos invita usted a la gente a que siga su iniciativa?

Diciendo que Álvaro Uribe es un personaje súb-judice (sujeto a cuestionamiento judicial), sobre el cual pesan fundadas sospechas de su compromiso por acciones y por omisiones en el fenómeno del paramilitarismo y la parapolítica en Colombia, y que para muchos colombianos Álvaro Uribe es la personificación de serias vulneraciones a los derechos humanos. Yo ahí no estoy haciendo condena ni cosa parecida, sino constatando un hecho social que existe dentro de la opinión y hace que sea un inconveniente designar a una persona que aparece comprometida en hechos políticos, que son objeto de investigación.

Comentaba usted que fue amigo del expresidente Uribe, incluso lo llama usted “Álvaro”. ¿Conocerlo de antes lo motivó a este rechazo?

Quiero ser claro. No se trata de enfrentarme personalmente con él (Uribe). Sino representar una voz de inconformidad fundada en hechos que son constatables. No se trata de una animadversión de parte mía contra Álvaro, porque yo lo conozco personalmente, estudiamos en la universidad de Antioquia, fuimos compañeros en la Sociedad Económica de Amigos del País. Él iba por su lado y yo por mi lado, por decirlo así. Fuimos condiscípulos en la Universidad; yo iba un poco más adelante que él. Tuvimos oportunidad de compartir en varias oportunidades. El papá de Álvaro, don Alberto, visitaba el edificio en Medellín donde tenía el apartamento mi papá. En más de una ocasión nos encontramos allí. Era una amistad no cifrada en organizaciones propiamente políticas.
Después en Antioquia tuve una participación en la creación del comité de derechos humanos, que presidió Héctor Abad Gómez. Por mis intervenciones tuve que desplazarme de Antioquia, eso a inicios de los 80. La última vez que me encontré con Álvaro fue en el aeropuerto de Pereira, cuando él estaba en campaña presidencial. Él iba para Bogotá, yo también, pero en vuelos diferentes. Nos saludamos muy cordialmente y listo.

Guillermo Aníbal Gartner, Alvaro Uribe, Kienyke

¿Cómo describe a Uribe?

No quiero hacer una personificación de que él fuera el malo de la película, pero indiscutiblemente es una persona muy inteligente y muy arrogante. Es una característica del hombre.

Mencionaba usted al general Rojas Pinilla al inicio de la entrevista. ¿Encuentra comparación entre el militar y Uribe Vélez?

No. Pero sí una consideración de carácter emocional. Yo la época de Rojas Pinilla vivía en Calarcá, y estudiaba en escuela pública. En quinto de primaria rayamos unas fotos de Rojas Pinilla en libros de historia; nos llevaron ante la alcaldía y nos conminaron que nos enviarían seis meses a una correccional por haber vulnerado la majestad del gobernante… Fue por eso que critiqué a Rojas en esta elección del “Gran Colombiano”, pero que vaya yo a encontrar una especie de paralelo práctico entre ellos: no. Las condiciones son diferentes a las de hace 50 años.

¿Entonces cree que Álvaro Uribe no debió ser considerado como candidato a “el Gran Colombiano”?

Yo considero que Álvaro mismo debería renunciar a ello, siendo consciente de la situación de él frente al país, en relación a lo que ha ocurrido en las dos últimas décadas, desde que fue gobernador de Antioquia. Por  razones de ética elemental él debería decir: eso adjudíquelo a otra persona.
Ojalá Álvaro conozca esta situación, con mi propio nombre. Y que muchas saludes le manda el amigo Guillermo. Él podría decir que cuando me conoció yo era un revolucionario reconocido en la Universidad; que sea la oportunidad para que nos demos la mano y que todos ayudemos a construir un país mejor. 

Por eso las votaciones que usted ha liderado, de manera espontánea y han generado tanta respuesta…

El día siguiente a que se anunciara la selección de Álvaro Uribe inicié la votación. Fue asombroso; Al inicio, en pocas horas, superaba 500 votos. Ya eso iba teniendo una gran cantidad de adhesiones. Lo que en un principio fue iniciativa de carácter individual y personal, dejó de serlo y se convirtió en un hecho social, significativo y de peso.
He recibido muchos correos de apoyo, y solidaridad, y otros de agradecimiento que parten del supuesto de que yo tomé una vocería que ellos no habían pronunciado. Pero también se han presentado cosas desagradables, de insultos, que yo diría que reflejan que la cultura nuestra en Colombia todavía está en condiciones de polarización muy delicadas. Son cosas violentas y las puse en conocimiento de la Defensoría del Pueblo como de la dirección seccional de fiscalías. Ellos son los que tienen la competencia con sus grupos de delitos informáticos de hacer lo que les corresponde para garantizar la libre expresión en redes.

Pero de cualquier forma, ¿no le parece válido, legítimo, que una mayoría que votó haya decidido que Álvaro Uribe es el Gran Colombiano?

Yo lo que digo es que para muchos, no pocos sino para muchos colombianos, él es un súper hombre. Lo consideran el salvador, la persona que logró que los colombianos pudieran viajar por las carreteras del país sin miedo a ser secuestrados, en fin… Yo lo digo porque yo no vivo en Marte. Hay amigos conocidos que yo sé que son partidarios de primer orden de las iniciativas que tomara Álvaro en el campo de la lucha política, y que representa además las condiciones de la mentalidad de la mano fuerte, del patrón. Que Álvaro ha representado algo muy importante al ser el adalid contra las Farc, tiene explicación histórica clara, porque las Farc desde hace mucho rato se involucraron con hechos repudiables por cualquier persona que tenga el más mínimo sentido de humanidad. Y las personas que podemos cuestionar este tipo de cosas somos una minoría, pero respetable. Y somos tan colombianos como los otros, que queremos al país, que queremos llegar a niveles de diálogo, de entendimiento, que no quiere decir de homogeneidades.

La Gran Vergüenza Nacional

Por Jorge Gómez Pinilla

OPINIÓN 

Si se hiciera una elección antónima, algo así como 

La Gran Vergüenza Nacional, Álvaro Uribe sería también 

uno de los candidatos a llevarse el título.

En columna anterior dije que “en Colombia han sido los equivocados de buena fe los que en más de una ocasión, actuando como mayoría, han puesto en la presidencia a gente incapaz o indeseable”.
Tan cierto como decir que al que no quiere caldo le dan dos tazas, esos mismos equivocados de buena fe (y los de mala fe también) actuaron de nuevo la semana pasada para elegir ya no a la presidencia, sino al título de Gran Colombiano, a Álvaro Uribe Vélez.
La noticia de entrada produce indignación, y con el paso de los días se convierte en resignación, ante una circunstancia que siembra serias dudas sobre una de dos: el estado mental de los colombianos… o la legitimidad del mecanismo para la elección.
Es hasta cierto punto comprensible que hayan elegido a Uribe presidente de Colombia, e incluso que lo hubieran reelegido por sus golpes contundentes a la guerrilla de las Farc, pero resulta inaudito que, después de que abandonó la Presidencia y han salido a relucir tantísimos cuestionamientos y acusaciones contra él y contra una buena parte de la gente que lo acompañó (muchos de los cuales hoy están en prisión o huyendo de la justicia), aparezca ahora ante el mundo entero como el colombiano más importante de los dos últimos siglos.
Mejor no lo pudo decir Guillermo Aníbal Gärtner Tobón, quien fuera su amigo y compañero de estudios en la Universidad de Antioquia, y de trabajo en la Sociedad Económica de Amigos del País: “Álvaro Uribe es un personaje sub-judice (sujeto a cuestionamiento judicial), sobre el cual pesan fundadas sospechas de su compromiso por acciones y por omisiones en el fenómeno del paramilitarismo, y (…) es la personificación de serias vulneraciones a los derechos humanos”.
“¡Vergogna!”, es la sonora expresión que utilizan los italianos para describir este tipo de situaciones, que traduce vergüenza, pero a su vez es sinónimo de ignominia. Y es que, no nos llamemos a engaños: resulta desde todo punto de vista ignominioso que ante los ojos del mundo entero aparezca como el colombiano modelo un expresidente durante cuyo gobierno (para mencionar una sola ignominia) ocurrió el holocausto conocido como los ‘falsos positivos’, y que éste insista en calificar a sus autores como “héroes de la patria” y “perseguidos por la Fiscalía”.
Olvidémonos si se quiere de cuestionar la salud mental de los colombianos, considerando que fue elegido apenas por el 30 por ciento de los votantes de ese concurso; pero es pertinente cuestionar la legitimidad de la elección, si traemos a colación lo que cuenta (e investigó) Emma Flood, bloguera de El Tiempo: “El ‘golazo’ de Uribe consistió en hacer incluir su nombre con la seguridad de que él mismo ayudaría con su millón y medio de seguidores tuiteros, sus organizaciones de propaganda personal como Primero Colombia y otras afines, aprovechando el hecho de que ningún otro candidato contaría con semejante aparato publicitario”. En otras palabras, el uribismo aprovechó para influir directamente sobre el resultado, convirtiendo así el resultado en un evidente triunfo político. Diríase entonces que el que ganó fue el Gran Elector Colombiano.
Lo paradójico del asunto es que, si se hiciera una elección antónima, algo así como La Gran Vergüenza Nacional, Álvaro Uribe sería también uno de los candidatos a llevarse el título. El mismo Guillermo Aníbal Gärtner que cité arriba está promoviendo la revocatoria de la elección, y ya lleva casi 24.000 votos. Si bien es cierto que esto no actuará como mecanismo de presión (el vicepresidente de History le manifestó a Noticias Uno que por ningún motivo revocará la elección), servirá al menos para sentar un precedente ético en contra.
Es por ello que desde esta tribuna me atrevo a lanzar la idea, a ver si algún medio la acoge, consistente en hacer una encuesta ahora orientada a preguntarles a los colombianos quién podría ser La Gran Vergüenza Nacional. Es casi de Perogrullo vaticinar que el ganador sería el personaje más siniestro que ha habido en la historia de Colombia, Pablo Escobar Gaviria. 
Ahora bien, no deja de ser llamativo advertir la cercanía que se dice hubo entre este y “El Gran Colombiano” (basta recordar a quién perteneció el helicóptero que el 14 de junio de 1983 descendió en la hacienda Guacharacas), sumado al hecho de que a un primo hermano de Escobar, José Obdulio Gaviria, se le atribuye el papel de ‘cerebro gris’ del gobierno Uribe. 
No se trata en últimas de actuar con ánimo revanchista, sino de dejar en claro que la elección de Álvaro Uribe Vélez como El Gran Colombiano sí es una gran vergüenza para Colombia.





Henry Miller / Dos cartas para Anaïs Nin

$
0
0

Henry Miller
DOS CARTAS PARA ANAÏS NIN


Terriblemente, terriblemente vivo, afligido, absolutamente consciente de que te necesito. He de verte, te veo brillante y maravillosa y al mismo tiempo le he escrito a June y me siento desgarrado, pero tú lo entenderás, debes entenderlo. Anais, no te apartes de mí. me envuelves como una llama brillante. Anais, por Dios, si supieras lo que siento en este momento. Quiero conocerte mejor. Te quiero. Te quise cuando viniste a sentarte en mi cama -esa segunda tarde fue toda como una cálida neblina- y de nuevo oigo cómo pronuncias mi nombre, con ese extraño acento tuyo. Despiertas en mí tal mezcla de sentimientos que no sé cómo acercarme a ti. Ven a mí, aproxímate a mí, será de lo más hermoso, te lo prometo. No sabes cuánto me gusta tu franqueza, es casi humildad. Sería incapaz de oponerme a ella. Esta noche he pensado que debería estar casado con una mujer como tú. O es que el amor, al principio inspira siempre esos pensamientos?. No temo que quieras herirme. Veo que tú también posees fuerza, de distinto orden, más escurridiza. No, no te romperás. Dije muchas tonterias sobre tu fragilidad. Siempre he sentido un poco de vergüenza, pero la última vez menos. Acabará desapareciendo toda.
Tienes un sentido del humor delicioso; lo adoro. Quiero verte reir siempre. Te lo mereces. He pensad
o en sitios a donde deberíamos ir juntos, sitios oscuros, aquí y allí, en París, por el simple hecho de decir "aquí vine con Anaïs", "aquí comimos, bailamos o nos emborrachamos juntos".
Ay!, verte borracha alguna vez, qué privilegio!, casi me da miedo de proponértelo
; pero Anais, cuando pienso cómo aprietas contra mí, cuán ansiosamente abres las piernas y qué humeda estás, Dios, me vuelvo loco de pensar en cómo serías cuando todo se disuelve. Ayer pensé en ti, en cómo ciñes las piernas en torno a mí, de pie, en cómo se tambalea la habitación, en cómo caigo sobre ti en la oscuridad sin saber nada. Y me estremecí y gemí de placer.
Pienso que si he de pasar todo el fin de semana sin verte, resultará intolerable. Si es preciso, iré a Versailles el domingo - lo que sea, pero he de verte. No temas tratarme con frialdad. Me bastará con estar cerca de ti, con mirarte admirado. Te quiero, eso es todo.







Quiero decir que no puedo ser absolutamente leal, no está dentro de lo que soy capaz. Me gustan las mujeres, o la vida, demasiado… No sé cual de las dos cosas. Pero ríe, Anaïs. Me encantaría oírte reír. Eres la única mujer que tiene un sentido de la alegría, una sabia tolerancia; no, es más, parece que me instas a que te traicione. Por eso te amo. Y ¿qué es lo que te lleva a hacer eso, el amor? Es hermoso amar y ser libre al mismo tiempo.
No sé lo que espero de ti, pero es algo parecido a un milagro. Te voy a exigir todo, hasta lo imposible, porque me animas a ello. Eres realmente fuerte. Me gusta incluso tu engaño, tu traición. Me parece aristocrático (¿suena inapropiada la palabra aristocrático en mi boca?).
Sí, Anaïs, pensaba en como traicionarte, pero no puedo. Te deseo. Quiero desnudarte, vulgarizarte un poco… no sé, ay, lo que me digo. Estoy un poco bebido porque tú no te encuentras aquí. Me gustaría dar una palmada y Voilà, ¡Anaïs! Quiero que seas mía, usarte, follarte, enseñarte cosas. No, no siento aprecio por ti, ¡no lo permita Dios! Tal vez quiera hasta humillarte un poco, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué no me arrodillo ante ti y te adoro? No puedo, te amo alegremente ¿Te gusta eso? Y querida Anaïs, soy tantas cosas. Ves solamente las cosas buenas ahora, o al menos eso es lo que me haces creer. Quiero tenerte al menos un día entero conmigo. Quiero ir a sitios contigo, poseerte. No sabes lo insaciable que soy, ni lo misera
ble, además de egoísta.
Me he portado bien contigo. Pero te advierto, no soy ningún ángel. Pienso principalmente que estoy un poco borracho. Me voy a la cama; resulta demasiado doloroso permanecer despierto. Soy insaciable. Te pediré que hagas lo imposible. No sé lo que es. Probablemente tú me lo dirás. Eres más rápida que yo. Me encanta tu coño, Anaïs, me vuelve loco. Y tu manera de pronunciar mi nombre. ¡Dios mío, parece irreal! Escucha, estoy muy ebrio. No soporto estar aquí solo. Te necesito. ¿Puedo pedírtelo todo? Puedo ¿Verdad? Ven enseguida y fóllame. Descarga conmigo. Rodéame con las piernas. Caliéntame.



Henry Miller / Carta de despedida a Anaïs Nin

$
0
0



Henry Miller
CARTA DE DESPEDIDA
A ANAÏS NIN


"Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible"


Qué son las despedidas si no saludos disfrazados de tristeza? Lo mismo que el deseo y el placer de verte mientras te desnudas y te envuelves en la sábanas. Nunca has sido mía. Nunca pude poseerte y amarte. Nunca me amaste o me amaste demasiado o me admiraste como la niña que toma una lente y se pone a ver cómo marchan las hormigas y cómo, en un esfuerzo inacabable y lleno de fatiga, cargan enormes migajas de pan. Qué son aquellas noches lluviosas en medio de la cama de un hotel. Qué el recuerdo de nuestros pasos por la calle, en el teatro o en la sala de conciertos. Qué son los recuerdos de los celos y de tus amantes y de June y de mis amantes.Anaïs, no creo que nadie haya sido tan feliz como lo fuimos nosotros. No creo que exista en la historia del hombre y de la mujer un hombre y una mujer como tú y como yo, con nuestra historia, nuestras circunstancias; con aquello que se desbordaba en las paredes, el ruido de la calle y la explosión de tu mirada inquieta de ojos delineados en negro; con la sinceridad de tu cuerpo frágil y tu secreto agresivo e insaciable. El recuerdo puede ser cruel cuando estás volando febrilmente a tu próximo destino, a otros brazos que te reciban expectantes y hambrientos. El recuerdo de tu diario rojo que tirabas en la humedad de la cama entre tus labios entreabiertos y mis ganas de desearte. Te deseo. Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible y ya te has ido y tal vez, en un sueño imaginativo y romántico, leerás estas palabras una y otra vez, en medio de mi ciudad con la gente pasando en medio de las calles y la sorpresa en tus ojos y la gran dama con el fuego en la mano derecha.Mi querida Anaïs, ma petite, ma jolie, infanta inquieta de sal nocturna. Te extraño cuando huyes de madrugada y te extraño cuando camino y me tomo un café en la calle; te extraño cuando June se acerca cariñosa y cuando paso por los grandes aparadores. Te extraño casi a todas horas: cuando escribo, cuando te pienso, cuando escucho las campanas que me anuncian que ya son las tres, cuando me acuerdo de las horas interminables entre humo y whisky, cuando tengo una comida que dura toda la tarde, también cuando me despido de ti cada día a la misma hora, cuando como en aquel lugar donde nos dio el aire y cuando escucho la radio. Adiós, Anaïs, adiós. Ya nos encontraremos en otras vidas y en otras vidas podré poseerte y quedarme contigo para siempre. Ya te veré en medio de la nieve y entre libros y vino. Adiós, tuyo siempre

Henry


Triunfo Arciniegas / Hospital de caridad

$
0
0
Ojos
Sâo Paulo, Brasil, 2013
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas

HOSPITAL DE CARIDAD
Bogotá, 18 de julio de 2013


La diligencia me llevó más de cuatro horas. Todo el tiempo pensé en el verso de Raúl Gómez Jattin: "Porque cuando me enfermo voy al hospital de caridad". Primero necesité dos horas para encontrar el lugar donde me atendieran. En la primera clínica me exigían que cancelara ciento veinte mil pesos y que, además, firmara un pagaré en blanco. Todo por una simple consulta. Los mandé a la mierda, por supuesto. Seguí caminando, con media cara adolorida y paralizada, con el ojo derecho en un chorro de lágrimas, hacia un hospital donde me atendieron unos veinte años atrás. No puedo silbar ni escupir. No tengo necesidad de silbar en este momento, pero el caso es que no puedo hacerlo. Escupir resulta más necesario. Escupir la realidad, por ejemplo. O escupir a la realidad, que es otra cosa.

Vi en una vitrina un chaleco con muchos bolsillos, como para viajar lleno de cosas a otro país, y lo compré, más por los bolsillos que por el chaleco mismo. Y seguí mi recorrido con ese montón de bolsillos en una bolsa negra, una de esas que se usan para sacar la basura. Extraño momento para hacer compras, lo sé. 


Algo perdido, entré a una farmacia y me orientaron hacia otro rumbo, un hospital cuyo nombre me reservo porque no se trata de entablar una demanda sino de rememorar los hechos. Allí estuve un par de horas, entre el dolor y la desgracia ajenas. Una mujer embarazada se desmayó a mi lado. Otro se acercó casi a rastras al pasillo de los consultorios. Una mujer casi transparente, casi un fantasma, atravesó la sala y dejó caer una bufanda que nadie recogió. Era como si me hubiera colado a una película de zombis. ¿No hay unas miserables sillas de ruedas para que toda esa gente se movilice? Y la televisión encendida en un canal colombiano con la estúpida y requeteestúpida programación de las mañanas, donde gritan y saltan y ríen en vivo como si la vida fuese una suma de trivialidades, donde encuentran acomodo telenovelas y dramatizados de tercera categoría con actores varados en plan de rebusque. ¿Por qué lo hacen? Ahora uno encuentra televisores encendidos hasta en la sopa. ¿Pero por qué en los hospitales? Supongo que para que los pacientes se idioticen y no empiecen a gritar y a romper sillas y ventanas. Dan ganas de gritar.



Los ojos del monstruo
Bellas Artes, Caracas, 2013
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Un muchacho, con el brazo fracturado, se sentó junto a mí. Más allá, un señor con la cabeza vendada, tan inmóvil y resignado como una estatua. Llegó una pareja de viejos, más cerca de los noventa que de los ochenta. El hombre, sumergido en la silla de ruedas, se quejaba como un niño, y la mujer, encorvada y con sus pocos pelos blancos en absoluto desorden, con sus ropas de pobre y las medias caídas, empujaba la silla. Habían olvidado la cédula. No sé si enviaron por ella o se dio el milagro de que los atendieran sin esta formalidad. Se acomodaron frente a mí, él todavía hundido en la silla de ruedas, por supuesto, y ella, muy callada y tranquila. En un momento le acarició la cabeza al hombre con un cuidado que me conmovió. Luego él sacó su peine y empezó a acicalarse sus pocos pelos. Lo imaginé con cincuenta años menos, enamorando muchachas.

En Colombia vivimos fascinados por la burocracia y la complicación de los trámites. Entre más enredada la cosa, más interesante nos parece. El portón de las urgencias de este hospital se mantiene asegurado con un grueso candado y hay que esperar que venga el portero. Uno puede llegar con las tripas fuera pero tiene que esperar a que el portero se digne acercarse. No hay letrero, hay que adivinar. O hacer otra cola a media cuadra, como fue el caso mío, para descubrir el secreto. Ábrete, Sésamo, pensé. Y cuando Sésamo se abre, el paciente se registra, con cédula y todo, y recibe una manilla de identificación. Luego toma un número de un dispensador y se sienta a esperar el turno. Pero resulta que este turno es tan solo para otro registro con cédula y preguntas de todo tipo, hasta religiosas. Me preguntaron si era católico o cristiano, y todavía no sé la diferencia. Es más, casi no sé qué es lo uno o lo otro. ¿Será que el tratamiento de un ojo católico es diferente al del ojo cristiano? ¿O se precisará esta información para pasar al más allá? Di mi dirección y creyeron que Pamplona es un barrio de Bogotá. Solo es el culo del mundo, señores. No lo dije, por supuesto, el dolor me obliga a comportarme como un caballero.  


Cindy Sherman
Nueva York, 2012
Fotografía de Triunfo Arciniegas 

Después del interrogatorio volví a sentarme y esperé más de una hora para que me atendiera una doctora muy joven y distante, imagino que en su año de práctica, en el consultorio 3. Me despachó en menos de cinco minutos. Más demora una peluqueada, desde luego. Pero, en fin, echando a pique se aprende. Me dijo la rubia y delicada doctora que tenía una parálisis facial periférica y anotó dos remedios. "Son baratos pero no significa que sean malos", dijo. Me sentí miserable, apretando la bolsa negra del chaleco, tal vez con cara de reciclador, de torcido recliclador, para más señas, y me di cuenta que la doctora daba por hecho que no tenía donde caerme muerto. Pero luego pensé "parálisis parcial periférica", mmm, nada parecido a un carranchín, y hasta me sentí importante. Explicó la rubia y seca doctora que no me ingresaba porque debía pagar un dinero. Aliviar el dolor era lo que más necesitaba, después de saber la naturaleza del mal, y salir corriendo de allí. Fui con la fórmula a facturación para cancelar la consulta, pero me pidieron que esperara. Media hora después seguía esperando. Me atreví a acercarme para explicar que necesitaba irme y me dijeron que esperaban el trag o algo así, una palabra que nunca había escuchado. "¿Dónde se saca?" Me señalaron una oficina y allí pedí el dichoso documento. Pero allí no lo expedían. ¿Entonces en dónde? Me dijeron que buscara al doctor que me atendió. Y fui al consultorio 3. Allí estaba la doctora, la rubia, la distante, sin ningún paciente, sin hacer nada. Le pedí el documento y dijo sin mirarme que lo enviaba en un momento. ¿Por qué demonios no lo había hecho antes? 

La bolsa negra del chaleco había desaparecido. Desanduve el camino hasta que la encontré debajo de una silla y me sentí como el niño que recupera su almohada consentida.


Diez minutos después me dieron la salida. Con un papel firmado fui a donde me habían puesto la manilla y luego un uniformado me llevó hasta el grueso candado del portón. He visto esta escena en las películas, con tipos que acaban de cumplir una condena. Abren la inmensa puerta, el pobre hombre sale y la cámara se aleja para mostrar la pavorosa soledad de la calle. El mundo es otro y él no sabe qué hacer. Ahí empieza la película.

Creo que uno debe enfermarse no más para conocer los trámites, y una vez que se convierte en experto, con toda confianza, y el alma en un hilo, acudir en serio al hospital.



Autorretrato, 2004
Triunfo Arciniegas

Salí a la calle y pedí un taxi. El primer tipo no quiso llevarme al centro, una zona congestionada a mediodía. Le dije que iba a denunciarlo y me hizo un gesto amenazante, como si quisiera abandonar el taxi para venir a golpearme: una paliza le hubiera añadido una nota patética a este día infeliz. En Bogotá los taxistas van donde les convenga, no donde el usuario necesita. Y no es la primera vez ni será la última que se me presenta esta situación. Van armados, al menos con una varilla de hierro, pero no soporto las ganas de restregarles la maldad. Alguien menos desconsiderado me llevó al fin hasta el centro, mi eterno territorio. Acudí a una farmacia de la Séptima. Allí mismo, la noche anterior me aplicaron una inyección y me aconsejaron que, según como amaneciera, consultara un doctor. "Volví", les dije, aireando el par de hojas que me dieron en el hospital, creyéndome muy cerca del alivio. De pronto, uno de los farmaceutas detalló la fórmula y se disculpó antes de rebatirla, y me dedicó la atención que no obtuve de la doctora. Esto es para la infección y lo suyo no es una infección, vecinito, esto es para esto. Una hermanita del farmaceuta había pasado por el mismo trance de retorcimiento. Pinche doctora. Decidí confiar en el farmaceuta, que al menos me atendió mejor, y terminé aplicándome la inyección que me sugirió. Es decir, toda una mañana perdida, toda una maratón para nada, toda una camisa empapada. El farmaceuta me puso el parche en el ojo derecho y me dio su teléfono para que lo llamara a cualquiera hora. Me citó para el lunes. Que se mejore, vecinito, y masque chicle todo el tiempo. Tengo el párpado cada vez más caído. Y el ojo no cierra del todo. Ya veremos qué pasa. Ya veremos, dijo el ciego. Soy un pirata y navego en mares infestados de tiburones.


Lea, además
Biografía de Triunfo Arciniegas

Gustavo Tatis / Ahí viene Raúl Gómez Jattin

$
0
0
Raúl Gómez Jattin
en Cartagena de Indias

Ahí viene Raúl Gómez Jattin

Por Gustavo Tatis Guerra
Cartagena de Indias, 9 de junio de 2013

Yo Raúl Gómez Jattin, natural de Cartagena, 
portador de la Cédula de Ciudadanía No. 6.582.5623 de Cereté,
declaro que mi última voluntad es que al morir 
sea incinerado en Cartagena. 

Cartagena, septiembre 9 de 1995

Raúl Gómez Jattin


Raúl Gómez Jattin

En Cereté cerraban las puertas y las ventanas cuando veían pasar al poeta Raúl Gómez Jattin. En aquel entonces un ser genial como Raúl, no solo era incomprendido por sus contemporáneos y por la sociedad colombiana, sino por su propia familia. Casi todos, al final, sin saber qué hacer y  cómo sobrellevar su enfermedad mental, decidieron huir  de él. Aquella alarma convertida en susurro en la resolana del verano, fue una señal de lo que vendría: “Ahí viene Raúl”.

Dieciséis años después de su muerte, las puertas y las ventanas de Cereté, se abren al espíritu y la obra poética de Raúl. Es el poeta más famoso de Cereté y de todo su departamento, y uno de los mejores de la historia literaria de Colombia. El que más allá de su muerte trágica, convoca al mundo hasta su aldea. Las peregrinaciones a la tumba de Raúl no cesan y siempre hay alguien que lleva flores y enciende una vela para recordarlo.

Era casi un niño cuando fui a visitarlo por primera vez en su casa de Mozambique que tenía un patio infinito bajo la sombra de unos mangos. El poeta acababa de salir de una clínica mental en una de sus primeras crisis de los años setenta. Y permanecía en un cuarto casi aislado de la casa, durmiendo en una hamaca. Toqué la puerta y me abrió la señora Lola Jattin, su madre, quien me dijo que era imposible ver a su hijo, porque el día anterior había recaído y había salido desnudo por las calles de Cereté. Le dije que solo quería saludarlo. La madre me preguntó mi nombre y fue a darle la razón. El poeta se levantó de la hamaca y le pidió a su madre que me dejara entrar. Aún conservaba en aquel entonces la melena de vikingo en tierra y los dientes intactos con que se reía a carcajadas de este mundo y sus estupideces. Me saludó con un abrazo gigantesco y me llevó a la cocina de su casa. Le dijo a la niña que cocinaba: “Échale dos vasitos de agua a esa sopa que él se quedará a almorzar”. Me puso las quejas de su madre que había quemado según él lo mejor de aquel patio: las hojas amarillas del mango que habían forjado una alfombra sonora al sol. Lo que siempre me impactó de él, además de su memoria de elefante para recordar nombres de poetas y dramaturgos, eran los episodios históricos. Muchos lo recuerdan aún en Cereté como profesor de historia en el Colegio Marceliano Polo. No llevaba apuntes. Dictaba su clase guiado por su memoria. En los días de reclusión en el manicomio, hizo dibujos a mano alzada que aún recuerdo. Trazos de rostros, pájaros y espirales de luz. Detrás del alma sensible y atormentada de Raúl, había un ser exquisito y sublime, con una aristocracia de espíritu y una gran devoción por los seres de su infancia que aún le sobreviven como esa bella y bondadosa mujer que es Sara Ortega de Petro, con su piel de cobre y su alma finísima.  Y la niña Isabel, su vecina de juegos de infancia, que ha visto caer en un invierno aquel mamoncillo cantado en el poema. Toda la locura de un ser maravilloso como Raúl, hoy es una escueta anécdota ante el tamaño infinito de su bella y eterna poesía. Al poco tiempo de trabajar en El Universal publiqué tres páginas del suplemento Dominical con algunos de los versos de aquel primer poemario titulado a secas Poemas, publicado en 1980. Un viernes le dije a  Raúl que me permitiera publicarlos y él aceptó. Los textos iban acompañados de unas fotos singulares de Jorge Carcioffi, en la que aparecía Raúl encaramado en los altos árboles de la orilla del río Sinú.  Los poemas se publicaron el domingo, y ya a primera hora del lunes, fuimos sorprendidos por una inesperada recaída de Raúl en la puerta de El Universal, buscándome para que le pagara treinta mil pesos por la publicación de las tres páginas. No hubo maneras de convencerlo de que él mismo me había autorizado publicar esas tres páginas tres días antes. Tuve a lo largo de quince días la persecución del poeta. Llegar al periódico se me convirtió en una verdadera pesadilla, porque Raúl había intentado agredir al portero y al recepcionista. Todo terminó una noche en que Edgardo Olier y yo salimos hambreados de la redacción a compartir un patacón y un jugo de zapote. Cuando nos sentamos a esperar que hicieran el jugo, sentí al instante unas manos enormes que me agarraron por el cuello. Era el poeta. Solo dijo: “Aquí me pagarás las tres páginas”. Le dijo al señor de los jugos que no hiciera nada para nosotros, y le explicamos con señas la situación. Raúl pidió dos jugos de milo y se comió la tártara de fritos. El señor de los jugos lo entendió cuando me vio el índice sobre la manzana de Adán: “Deje que se coma todo. Usted me cobra después en el periódico”. Era preferible deberle al señor de los jugos, que a Raúl Gómez Jattin.



Raúl Gómez Jattin


EPÍLOGO

Poco antes de morir atropellado por un bus de Zaragocilla el 22 de mayo de 1997, le pregunté a Raúl qué quería hacer con su vida en los diez años venideros. Y me dijo que deseaba comprar un pedazo de tierra en Turbaco para sembrar berenjenas.

Raúl hizo del Sinú su paisaje emocional y a él le consagró sus poemas en las que se mezclaban la naturaleza y sus criaturas y su evocación mítica de los personajes del mundo.

Iba a cumplir en nueve días sus 52 años. Intensa y perdurable es  su voz y su irradiación en la poesía de Colombia para el universo.  Allí están su libros que hipnotizan a sus lectores: “Poemas” (1981),  “Retratos” (1980-1989), “Amanecer en el valle del Sinú” (1983-1989), “Del Amor” (1982-1987), “Hijos del tiempo”(1992), “Esplendor de la mariposa” (1993), “Los poetas, amor mío...” (2000), es un verdadero tesoro.

Los campesinos de Cereté tenían meses esperando la llegada del invierno. El cadáver del poeta fue llevado de Cartagena hasta Cereté. Y sepultado en el cementerio de su pueblo, junto a los restos de sus padres. No había llegado el cadáver de Raúl a la plaza de Cereté, cuando se desgajó del cielo una lluvia incontenible. Los campesinos atribuyeron aquel milagro al corazón generoso e inusitado del poeta.





Lea, además

DE OTROS MUNDOS

Raúl Gómez Jattin / Poemas

$
0
0

Raúl Gómez Jattin
POEMAS

UN PROBABLE CONSTANTINO CAVAFIS A LOS 19 

Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
El amor entre hombres
Fumar marihuana
Y escribir poemas

Mañana se levantará pasado el mediodía
Tendrá rotos los labios
Rojos los ojos
Y otro papel enemigo

Le dolerán los labios
Y le arderán los ojos como colillas encendidas
Y ese poema tampoco expresará su llanto




DESENCUENTOS

Ah desdichados padres

Cuánto desengaño trajo a su noble vejez
el hijo menor
el más inteligente
En vez de abogado respetable
marihuano conocido
En vez del esposo amante
un solterón precavido
En vez de hijos
unos menesterosos poemas
¿Qué pecado tremendo está purgando
ese honrado par de viejos? ¿Innombrable?
Lo cierto es que el padre le habló en su niñez de libertad
De que Honoré de Balzac era un hombre notable
De la Canción de la vida profunda
Sin darse cuenta de lo que estaba cometiendo




DESLUMBRAMIENTO POR EL DESEO

Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces

Deslumbras mis ojos
y quedas en el aire



EL AGRESOR OCULTO

Me envenenó la vida
Me sustrajo de mi movimiento natural
y me entregó a las sombras
de los amores no correspondidos
Me trastocó los sueños
metiéndose como un conspirador entre sus grietas
Desempolvó recuerdos
que hablaban de partidas y de adioses
Mientras tanto mi alma
acostumbrada a la desgracia
lo veía hacer
como un condenado que presencia
el levantamiento del patíbulo




PEQUEÑA ELEGÍA

Ya para qué seguir siendo árbol
si el verano de dos años
me arrancó las hojas y las flores
Ya para qué seguir siendo árbol
si el viento no canta en mi follaje
si mis pájaros migraron a otros lugares
Ya para qué seguir siendo árbol
sin habitantes
a no ser esos ahorcados que penden
de mis ramas
como frutas podridas en otoño





Lea, además

DE OTROS MUNDOS



Raúl Gómez Jattin / Siete poemas

$
0
0
    Raúl Gómez Jattin
    SIETE POEMAS
    EL SUICIDA
      Airoso en su galope
      Levantó la mano armada
      Hasta su sien
      Y disparó:
      Suave derrumbe
      Del caballo al suelo
      Doblado sobre un muslo
      Cayó
      Y sin un solo gemido
      Se fue a galopar
      A las praderas del cielo.

    GRACIAS, SEÑOR

      Gracias, señor
      Por hacerme débil
      Loco
      Infantil
      Gracias por estas cárceles
      Que me liberan
      Por el dolor que conmigo empezó
      Y no cesa
      Gracias por toda mi fragilidad tan flexible
      Como tu arco
      Señor amor.



    INTENTAS SONREÍR

      Intentas sonreír
      Y un soplo amargo asoma
      Quieres decir amor y dices lejos
      Ternura y aparecen dientes
      Cansancio y saltan los tendones
      Alguien dentro del pecho erige
      Soledades
      Clavos
      Engaños
      Fosos.

      Alguien
      Hermano de tu muerte
      Te arrebata, te apresa, te desquicia,
      Y tú, indefenso,
      Estas cartas le escribes.



    LOS POETAS, AMOR MÍO

      Los poetas, amor mío, son
      Unos hombres horribles, unos
      Monstruos de soledad, evítalos
      Siempre, comenzando por mí.
      Los poetas, amor mío, son
      Para leerlos. Mas no hagas caso
      A lo que hagan en sus vidas.



    PÁJARO

      Tengo en la cabeza
      Un pájaro celeste
      Que anida en esta prisión.
      Tengo en este pájaro
      Un ardiente corazón.
      Tengo en ese corazón
      Una frágil esperanza
      De volar hacia Dios.


      SIENTO ESCALOFRÍOS DE TI

        Siento escalofríos de ti,
        Hermana muerte,
        De verme en esta sala
        Mirando un cuadro de David
        Y súbitamente entrar en la vejez
        Sin ningún diente
        Y todas las arrugas
        Y los vientos negros
        Esparciendo mis cabellos.
        Yo te conozco, hermana
        Sé que eres una nube
        De ojos yertos
        Que busca otra de luz
        Hasta convertirse en una.
        Te conozco y sin embargo
        Encontrarte en la sala del David
        Frente a frente
        Fue un gran susto
        Hermana mía.



    RETRATO

      Si quieres saber de Raúl
      Que habita estas prisiones
      Lee estos duros versos
      Nacidos de la desolación
      Poemas amargos
      Poemas simples y soñados
      Crecidos como crece la hierba
      Entre el pavimento de las calles





Lea, además

DE OTROS MUNDOS



Mick Jagger / Setenta años

$
0
0
Mick Jagger


FELIZ CUMPLEAÑOS, 

SU SATÁNICA MAJESTAD

Los 70 años de Mick Jagger: 

entre la gloria y el fracaso


La voz eterna de los Rolling Stones cumple siete décadas sin cumplir sus grandes sueños: alcanzar el estrellato y vender discos en solitario y triunfar como actor


Por Diego A. Manrique, El País,  26 JUL 2013 - 01:19 CET



Jagger, durante el concierto de los Rolling Stones en el último festival de Glastonbury. / MATT CARDY (GETTY IMAGES)
Mick Jagger tenía 25 años cuando grabó la canción que resumiría su trayectoria profesional. You can’t always get what you want enhebra viñetas de su cotidianidad en 1968: mujeres peligrosas, manifestaciones violentas, drogas duras. Pero lo que queda en la memoria es el majestuoso estribillo, amplificado por el London Bach Choir: “No siempre puedes conseguir lo que quieres/ pero si lo intentas, a veces podrías descubrir que/ consigues justo lo que necesitas”.
Asombra la carga profética de la letra. En el año de la Revolución, Jagger adelanta las decepciones políticas, avisa que la heroína se va a cobrar un altísimo precio, sugiere ajustar a la baja nuestras expectativas. Y lo dice alguien que, en ese momento, parece tener el mundo en la palma de la mano.
En 1963, Michael Phillip Jagger había acudido a su tutor en la London School of Economics para solicitar un año sabático: “tenemos un grupo musical y me gustaría probar, con la tranquilidad de saber que me reservarían mi puesto si necesito volver”. Era buen estudiante y se le aseguró que podría reincorporarse: “Le entiendo, Mister Jagger, yo también viví mi época bohemia”.

Más que una aventura bohemia, Jagger pretendía ser un misionero, difundir la buena nueva del rhythm and blues, aquella música afroamericana que en Europa era patrimonio de minorías. Lo que nadie podía imaginar es que, siguiendo la pista de los Beatles, se lanzarían a componer unas canciones que atraparían la imaginación de su generación, a ambos lados del Telón de Acero. Cantos de frustración (Satisfaction), reclamaciones de independencia (Get off of my cloud), retratos ácidos de los adultos (Mother’s little helper), patologías del presente (Paint it black)...
De repente, ya no eran simples melenudos, aptos para ser ridiculizados. Se habían convertido en cabecillas de una masa amenazadora, vagamente conocida como La Juventud. Potencialmente, poseía peso político: Tom Driberg, una de las luminarias del Partido Laborista, se empeñó en alistar a Jagger, garantizándole un puesto en el Parlamento.
Claro que su elegibilidad quedó afectada por los sucesos de 1967. Detenido en una redada antidrogas en la casa campestre de Keith Richards, le cayeron tres meses. Salió de la cárcel gracias a un editorial de The Times, que denunciaba la malévola venganza del establishment. Jagger aprendió la lección. Consumiría porros y rayas durante las siguientes décadas pero evitaría los opiáceos y, en general, preferiría no comprar: tomaba lo que estaba disponible. Y alrededor de los Stones se disfrutaba del material de mejor calidad, cocaína farmacéutica y otras exquisiteces.

Mick Jagger según Mcourage

Sus simpatías por la revolución se enfriaron. El desastre de Altamont, en 1969, evidenció que, si la contracultura no era capaz de montar un concierto multitudinario pacífico, parecía ingenuo esperar la construcción de una maravillosa sociedad paralela. Además, Jagger comprobó que se sentía más cómodo entre la beautiful people de Londres que en una comuna hippy.
Guapo, ingenioso y seductor, Mick se hizo un hueco en la jet setinternacional. Allí intimó con lo que llaman old money: familias ricas de siempre. Y puso la oreja. Los Stones tenían graves carencias económicas: habían sido despojados por un manager-tiburón, que terminó apropiándose de sus grabaciones de los años sesenta. Se enfrentaban, además, a impuestos confiscatorios: en determinados ingresos, la Hacienda británica se quedaba hasta con el 98%. Han leído bien: noventa y ocho por ciento.


Mick Jagger y Keith Richards en el Wembley Empire Pool, septiembre de 1973. / MICHAEL PUTLAND (GETTY IMAGES)
En ese momento, Jagger hizo lo mismo que cuando ha necesitado un entrenador personal o un negro para su (frustrada) autobiografía: una rigurosa selección de candidatos. En un banco londinense de inversiones, encontró al príncipe Rupert Lowenstein, que se transformaría en asesor financiero del grupo. Inmediatamente les convirtió en exiliados fiscales: en la Costa Azul materializaron el doble Exile on Main Street. Lowenstein establecería el entramado de empresas que les permitió establecer su discográfica-editorial y explotar la demanda de directos.
De su mano, Jagger inventó el modelo de empresa que sería imitada en el futuro por todas las superestrellas, del rock o de cualquier otra música. Control de su legado discográfico, que viajaría con ellos en su peregrinar por las diferentes multinacionales. Nuevo trato con los promotores de conciertos: quedaban al servicio de los Stones, privilegio por el que recibían un mínimo porcentaje. Pactos con patrocinadores.Merchandising.
Cuesta reconocerlo, pero las maquinaciones de Jagger trenzaron la red de seguridad que permitiría a Keith Richards desarrollar su monumental leyenda de kamikaze. Según el tópico, Keith es el corazón de los Stones. Resulta menos popular el inevitable corolario: sin el cerebro de Jagger, ese corazón se habría parado hace tiempo o estaría reducido a una caricatura. No hay un rollingstone bueno y otro malo: todas las decisiones comerciales de Mick fueron ratificadas por el guitarrista.
Los pecados de Jagger son compartidos por el resto de la banda. Pensemos en la crueldad con compañeros, relegados a la sombra (el pianista Ian Stewart) o directamente despedidos (Brian Jones). O la tacañeria para reconocer colaboraciones en la composición: casi todo sale firmado por Jagger-Richards, aunque partiera de la inspiración de Ry Cooder o Mick Taylor. Sin olvidar el calvario de Ronnie Wood, quince años de asalariado antes de ser aceptado como miembro de pleno derecho.
Cara a la galería, Mick sí cometió un grave desliz. Evidenció su escepticismo respecto a la visión fundamentalista del rock. En 1975 se fue de la lengua en la revista People: “Yo solo quería hacer esto durante dos años. Imaginaba que la banda se dispersaría un día, que diríamos adiós. Continuaría componiendo y cantando pero la verdad es que preferiría estar muerto a seguir interpretando Satisfaction cuando tenga 42 años”.
Calculó mal. Ya sabemos que ha estado cantando Satisfaction al borde de los setenta años, fracasados sus esfuerzos para construirse una ocupación legítima fuera de los Stones. Como actor, no ha tenido fortuna, a pesar de estrenarse con una genuina película de culto (la turbia Performance, 1968). Tardó en entender las incertidumbres del cine, que además requiere grandes inversiones si quieres, por ejemplo, comprar los derechos de La naranja mecánica, la novela de Anthony Burgess. En 1995, montó su propia productora, Jagged Films, que no ha podido realizar los proyectos más ansiados: el retrato de un potentado tipo Rupert Murdoch, una aproximación a la industria musical que dirigiría Scorsese. Aparte, han pasado desapercibidos sus papeles más valientes, en películas como Bent (1997) o Servicio de compañía (2001).
Mick Jagger según Andy Warhol

Algo similar ocurre con sus discos en solitario, que solo llegan a un público decreciente. De hecho, su última aventura musical, el proyectoSuperHeavy (2011), pasó cual estrella fugaz. Los pocos que se enteraron pensaron que se trataba de un capricho de millonario, aunque debería haber despertado al menos curiosidad: en el grupo figuraban Damian Marley, hijo de Bob, y A. R. Rahman, celebrado compositor de Bollywood.
Aquí sale a la superficie algo que es vox populi en el negocio de la prensa musical británica. Una portada con Keith Richards sube las ventas; lo mismo con Jagger, se salda con una bajada estrepitosa. Un síntoma de la exitosa reinvención pública de Richards, desde luego, pero también del desencuentro de Mick con los medios. Si está relajado y el temario desborda lo musical, Jagger puede ser el entrevistado ideal. Sin embargo, lo habitual son los cortes al periodista, la exhibición de un cinismo blindado, la evasión como táctica preferida.
Los periodistas, se queja, pretenden remover el pasado. Y Jagger vive para el futuro. A diferencia de Richards, se esfuerza en captar música nueva, que le sirva para remozar la suya propia. El concepto nostalgia le suena a pecado: habitualmente, los Stones salen de gira con canciones frescas, aunque no sean las que el respetable quiere escuchar; ellos insisten en demostrarse a sí mismos que están creativamente vivos.


Jagger también tiene vetado todo lo que se refiere a su conducta amorosa. Que no ha sido ejemplar. Nunca ha entendido el concepto de veda, mucho menos el de lealtad: en los buenos tiempos se insinuaba a todas, incluyendo novias o mujeres de sus amigos; Bryan Ferry, Eric Clapton, hasta Richards han sufrido su afán depredador. ¿Y qué ofrece? Aseguran algunas damas que rara vez se han encontrado con un hombre semejante, que entiende las necesidades femeninas, físicas y emocionales. Sin embargo, esa sabiduría no se traslada a sus letras: de la misoginia inicial ha saltado a extravagantes declaraciones de indefensión masculina, sin olvidar la cuota de mujeres fatales.
A estas alturas ¿qué le motiva? A diferencia de los artistas negros que le inspiraron, podría jubilarse y mantener el nivel de vida de su extensa prole. Pero conserva rastros del compañerismo que le llevó a fundar el grupo: mientras Keith Richards quiera seguir pateando escenarios, ahí estará él. Sin olvidar el orgullo de reiventarse bajo los focos, de mantenerse como un atleta, de cantar Satisfaction con un mínimo de dignidad. Y recuerden: su madre murió con 87 años, su padre con 93. Genéticamente, Mick Jagger tiene cuerda para rato.



Lea, además



Carla Bruni / No me interesa el poder

$
0
0
Carla Bruni

Carla Bruni

'No me interesa el poder'

Por Daniela Mohor W
27 de julio de 2013


'No me interesa el poder': Carla Bruni
Carla Bruni, hoy con 45 años, se alejó de los escenarios durante su paso como primera dama por el Elíseo.

Charla en clave íntima con la ex primera dama francesa, quien volvió a su faceta de cantante.

Es 3 de julio, pleno verano en Europa, pero mientras la mayoría de los franceses comienza sus vacaciones, Carla Bruni trabaja en la promoción de su último disco, Little French Songs, que marca su regreso a la música desde el final del mandato de su marido, el expresidente francés Nicolás Sarkozy, a quien acompañó en el Palacio del Elíseo durante cuatro años y medio. La ex primera dama lo ha dicho en varias ocasiones: alejarse del Elíseo “fue un alivio”, porque su verdadero trabajo –asegura– es la música.
–Yo nunca tuve poder –afirma con una voz alegre y liviana, pero a la vez elegante y sobria, al otro lado del teléfono–. El poder que tuvo mi marido nunca lo usé para nada, ni abusé de él. No me interesa, no es mi profesión. No me gusta. Creo que a los seres humanos les atrae el poder, pero cuando uno lo ve de cerca se da cuenta de que es algo artificial. Yo prefiero una posición más normal, al lado del común de la gente.
Little French Songs es un disco que Bruni quiso que fuera gracioso, entretenido, como la canción que inspiró su título y que ella entona mitad en francés, mitad en un inglés marcado por un acento galo exagerado. Pero no todos entendieron ese humor. Uno de los temas, titulado Mon Raymond, ha sido leído como una clara oda a su marido. Pero más resquemor causaron los versos de Le Pingouin, una canción en la que critica a la gente desagradable y descortés. Muchos vieron ahí un retrato impertinente del presidente socialista François Hollande, algo que ella ha negado una y otra vez.
–Usted dijo que era “una canción un poco agresiva, una respuesta a cada agresión a la cual no había sabido responder” y que encontraba que, pese a ser privilegiada, la vida era “feroz”. ¿En qué la encuentra feroz?
–Para mí la ferocidad de la vida está en todas las cosas esenciales a las que nadie escapa, sea cual sea su posición social, la suerte o los privilegios que pueda tener. Somos iguales frente al amor, frente a la soledad y frente a la enfermedad, por ejemplo. Para mí, la ferocidad de la vida se ubica ahí, en las cosas del destino o del azar que pueden pulverizar nuestras vidas. Tener a alguien enfermo, tener hijos que no están bien, son tragedias a las cuales muy poca gente escapa. Varias veces me tocó atravesar esos momentos, y son realmente malos ratos de la vida.

Carla Bruni
* * *
Bruni y Sarkozy se conocieron en el 2007 en una comida organizada por un amigo común para presentarlos. Una cita a ciegas “no tan a ciegas”, como ha dicho la cantante. El flechazo fue inmediato y tres meses después, en febrero del 2008, contrajeron matrimonio en una ceremonia privada en el Elíseo. Ella tenía un hijo, pero nunca se había casado. Él contaba con dos divorcios anteriores.
Atrás quedaron los años en que la modelo desfilaba para los grandes diseñadores, se codeaba con Claudia Schiffer, Naomi Campbell y Linda Evangelista. También los tiempos en que posaba para atrevidas fotos y coleccionaba relaciones con estrellas del cine y de la música. Al casarse con el entonces presidente de Francia asumió su rol de primera dama con sobriedad. Y también empezó a tener que contestar preguntas incómodas. “Se han escrito muchas cosas de usted: que es una cantante exitosa, una femme fatale, una adúltera”, le dijo entre otras cosas la periodista estadounidense Barbara Walters, poco después de su matrimonio. Por eso, Bruni reconoce que distanciarse de lo que se dice de ella fue un gran aprendizaje durante estos años.
–Me desapegué bastante rápido de mi imagen, justamente porque no podía controlarla. Y creo que esa es la solución: disociar tranquilamente. Imagínese que está delante de un espejo y que mira su reflejo. Y que yo llego por detrás y tiro una piedra sobre el espejo. O que tiro una flor. Ni la flor ni la piedra la tocan. Solo a su reflejo.
–Usted ha dicho estar en psicoanálisis y buscar más sabiduría...
–Es que me gustaría no adquirir solo arrugas con los años (risas). Quisiera que vinieran con algo más; con sabiduría. Siento que esa es la palabra para la edad adulta. El no interesarse tanto en la apariencia física porque, francamente, yo hice de la apariencia física mi trabajo durante años, pero ahí no está la clave de la existencia.

Carla Bruni
* * *
Desde su matrimonio con Sarkozy, Bruni tiene la nacionalidad francesa, pero nació en Turín en una adinerada familia que se instaló en París en los 70. Creció en un ambiente culto en el que la música predominaba. Su padre era compositor; su madre, pianista.
–Era un universo musical muy fuerte, porque mis padres trabajaban en casa. Mi padre componía en la mañana y mi madre tocaba su piano toda la tarde. La música era un miembro más de la familia.
Alrededor de los 9 años, recibió su primera guitarra. Y empezó entonces a cantar.
–Cantaba las canciones que he escuchado desde siempre: las de los Beatles, las de Brassens... Mi guitarra fue realmente el detonante. Durante mucho tiempo también compuse, sin hacer nada con esos trabajos. Fue al querer editar mi primer álbum cuando las cosas se precisaron.
La muerte de su padre, en 1996, y luego la de su hermano, quien falleció en el 2006 tras años de lucha contra el sida, fueron quiebres que la marcaron.
–¿En qué se ha apoyado durante los momentos difíciles?
–Uno se apoya en los demás y en su propia fuerza. Uno intenta enfrentar la situación. Tengo bastante fuerza, pero veo que todos nos sentimos un poco desprovistos frente a situaciones como esas.
–En ese sentido, ¿la música es un refugio?
–Un gran refugio, una solución, una respuesta, un alivio...
–¿Qué siente cuando compone?
–Algo misterioso, y creo que esa sensación es lo que más me gusta en el mundo. Cuando canto siento algo que no tiene nada que ver con la vida común y corriente. Cantar es un una especie de rezo.
Por estos días, también canta canciones de cuna. Lo hace para su hija, Giulia, quien nació en octubre del 2011, tras un embarazo que ella califica de “milagroso” por haber ocurrido a sus 43 años.
–Usted ya tenía un hijo. ¿Cómo fue la llegada de una niña?
–Siento una gran diferencia. Tengo la impresión de que los hombres son más frágiles que nosotras. Entonces, desde el nacimiento de mi hija, tengo mucha confianza en ella. Confío mucho en mi hijo también, pero a él lo protegí más. Es muy sorprendente porque los hombres son fuertes, pero tienen una fragilidad profunda, quizás un orgullo profundo.

Carla Bruni
* * *
Al salir del colegio, en París, Bruni entró a estudiar arquitectura, carrera que abandonó rápidamente para dedicarse al modelaje. Ganó fortunas, recorrió el mundo y entró a la liga de las supermodelos de los 90.
–Usted fue independiente desde muy joven, ¿se le hizo difícil mantener esa independencia durante la presidencia de su marido?
–La verdad es que no. Cuando uno es independiente no necesita afirmarlo. La independencia es un hecho. Y está, sobre todo, relacionada con el tener un trabajo y no depender de nadie para subsistir. Eso es indiscutible, no es algo psicológico. Yo trabajo desde que tengo 18 años, estoy acostumbrada a la independencia más profunda.
–¿Pero no siente que sacrificó parte de su espontaneidad?
–No. En la intimidad conservé exactamente el mismo carácter. Las apariciones públicas no dejan espacio para la psicología personal. Ser primera dama es una posición mucho más importante que la persona en sí, está vinculada a todo un país. En esas situaciones no hay que pensar en sí misma, solo hay que ser reservada y no llamar la atención. Pero soy muy espontánea, muy conversadora, mis amigos pueden decirlo.

Carla Bruni
* * *
Bruni ha escuchado y escucha mucha música: los cantantes franceses e italianos que poblaron su infancia, pero también pop; intérpretes como Leonard Cohen y Bob Dylan; divas del jazz como Billie Holiday y Ella Fitzgerald; y country girls como Dolly Parton.
–Me he inspirado en muchas mezclas distintas, aunque yo haga música folk, es decir, una guitarra, una voz y poco más.
Cuenta que escribe sus canciones en cuadernitos de notas, casi siempre de noche, y registra las melodías que se le ocurren en una grabadora o en su celular.
–Luego, cuando empiezo a trabajar en un álbum, trato de unir ciertos versos con algunas melodías o, si tengo letras, les busco una melodía o viceversa.
Aunque está estrenando álbum, dice tener varias canciones más en sus cuadernos de notas. Pero aún no empieza a trabajar en otro disco porque está empeñada en preparar la gira que hará por Francia y Europa a partir de octubre. El próximo año espera presentarse en Latinoamérica.
–En su opinión, ¿a cuál de sus talentos se debe su éxito?
–Creo que el éxito viene de la suerte. No tengo la impresión de tener un talento especial, o quizás tengo el talento de saber tomar una oportunidad cuando la veo. Hay tantos genios que no han sido exitosos y tantos mediocres que lo son, que no creo que sea un asunto de talento.




Su cuarto álbum
‘Little French Songs’ es el cuarto álbum de estudio de Bruni, después de ‘Comme si de rien n’était’ (2008), ‘No Promises’ (2007) y ‘Quelqu’un m’a dit’ (2002). De sus 13 canciones, 12 fueron compuestas por ella.
DANIELA MOHOR W.
El Mercurio (Chile)




Lea, además

Jerry Hall / Carla Bruni no tuvo la culpa de mi separación

$
0
0
Mick Jagger y Jerry Hall

Jerry Hall

"Carla Bruni no tuvo la culpa 

de mi separación"

Jerry Hall, exmujer de Mick Jagger, habla sin tapujos de su pasado con el líder de los Rolling Stones





La exmodelo y actriz Jerry Hall, el martes en Madrid. / GTRES
El bolso es “el mejor complemento” en el que puede invertir una mujer, y “Mick Jagger era muy bueno comprándolos”, bromeaba anoche en Madrid Jerry Hall, una de las exmujeres del vocalista y líder de los Rolling Stones. Aunque no dejan de ser un accesorio, por eso, Hall prefirió presentarse ante la prensa con los labios pintados de rojo y un vestido blanco de Versace estilo años veinte. Viajó hasta la capital para reivindicar que la ropa es divertida pero los complementos dan a una mujer un aspecto mucho más interesante. A sus 55 años, no ha dejado de fascinar por su estilo y sigue siendo un reclamo en el mundo de la moda.
A la también actriz no le importó aclarar dudas sobre su pasado. Pidió que no se culpara a Carla Bruni por el final de su matrimonio con Jagger. “La única responsable fue la modelo brasileña, Luciana Giménez, con la que tuvo un hijo cuando aún estábamos casados” explicó sin perder la sonrisa. Hall, que visitó la capital española para presentar un homenaje a los accesorios icono de la moda del centro comercial Las Rozas Village, tampoco rehuyó hacer comentarios sobre la portada de Playboy en la que apareció su hija Elizabeth, de 28 años, conocida familiarmente como Lizzie. La actriz se mostró encantada con que le tome el relevo.

Jerry Hall y Mick Jagger

Carla Bruni no tuvo la culpa de la ruptura de mi matrimonio con Mick Jagger, explicó sin perder la sonrisa
“Es muy sensata y la publicación se cuidó muchísimo. Lizzie es una señorita”, y afirmó no haberle dado ningún consejo. Hall protagonizó una portada en la misma revista en 1985, un año después de haber dado a luz a su hija. La modelo tuvo cuatro hijos con el cantante, Elizabeth, James, Georgia, y Gabriel, quienes han heredado el gusto por la moda y el arte. Los mayores, Elizabeth y James se dedican al mundo de la interpretación mientras que Georgia, afincada en Londres, estudia fotografía donde ya ha organizado alguna exposición.

The Rolling Stones, el álbum de debut de la banda británica, se editó un día como ayer hace 48 años. Desde entonces muchas mujeres han pasado por la vida de los miembros de la banda, pero ninguna ha sabido rentabilizarlo tanto como Jerry Hall. La modelo lleva una vida tranquila en Londres. La mayor parte del tiempo lo dedica a pasear, practicar yoga o a la jardinería. Actuar le divierte porque “me encanta que me digan lo que tengo que hacer”. En 2000 dio vida a la señora Robinson en la versión teatral de El graduado, papel  por el que recibió buenas críticas. Hasta ahora no se había animado a subir a las tablas. En agosto estrenará en Dublín una obra de teatro Love Letters, del dramaturgo norteamericano A.R Gurney.
La pieza representa una historia de amor muy poética sobre una pareja que nunca ha dejado de quererse y cuando se hacen mayores vuelven a encontrarse. Mientras prepara su estreno, Hall no deja de entretenerse amadrinando eventos como el de anoche, en el centro comercial Las Rozas Village, cercano a Madrid. Hall lleva un estilo de vida mucho más relajada que en su época de Studio 54, del que afirma guardar un bonito recuerdo pero del que no siente ninguna nostalgia.

Jerry Hall y Mick Jagger

 Jerry Hall: My Life in Pictures

3 Febrero, 2011
By Tamara Martin

mick-jagger-jerry-hall-
Jerry Hall and Mick Jagger in Jamaica, 1979 by Johnny Pigozzi
From a little town in Texas to being discovered by an agent in Saint Tropez and then start moving among the most exclusive elite including the likes of Andy Warhol, Grace Jones, Helmut Newton. Model and muse, from her engagement with Bryan Ferry to becoming the mother of Mick Jagger’s four children. The American model gathers now in Jerry Hall: My Life in Pictures the most representative images of her career.

jerry hall
———-
De un pequeño pueblo de Texas a ser descubierta por un agente en Saint Tropez y entonces empezar a moverse entre la elite más exclusiva incluyendo nombres como Andy Warhol, Grace Jones or Helmut Newton. Modelo y musa, de su compromiso con Bryan Ferry a convertirse en la madre de los cuatro hijos de Mick Jagger. La modelo estadounidense recoge ahora en Jerry Hall: My Life in Pictures las instantáneas más representativas de su carrera.

Jerry Hall y Mick Jagger

helmut-newton-jerry-hall-cannes
 Helmut Newton and Jerry Hall in Cannes, 1983 by David Bailey

Jerry Hall y Andy Warlhol
Nueva York, 1977


ferry


Y0U0N4C_large












Lea, además

Mick Jagger / Las relaciones sexuales con David Bowie y Carla Bruni

$
0
0
Carla Bruni

El músico Eric Clapton descubre 

los secretos de su relación 

con Carla Bruni

El cantante Eric Clapton acaba de publicar sus memorias, "Clapton. La autobiografía", en las que ofrece una crónica de su vida profesional y personal. Habla de su amor por Pattie Boyd, que le llevó a la desesperación y la heroína, de la muerte de su hijo, Connor, que se precipitó al vacío por una ventana con cuatro años y de la relación que mantuvo con Carla Bruni, la actual novia del presidente francés Nicolas Sarkozy.
Madrid, 26 de enero de 2008

Es uno de los grandes iconos de la música y acaba de publicar sus memorias, "Clapton. La autobiografía" (Global Rhythm), en las que ofrece una crónica de su vida profesional y también personal. Habla de su amor por Pattie Boyd, que le llevó a la desesperación y la heroína. Y de la muerte de su hijo, Connor, que se precipitó al vacío por una ventana.
Eric Clapton y Carla Bruni
Nueva York, 1989

Pero lo más interesante, por la actualidad del tema, llega en la página 243, dedicada a la actual novia del presidente francés, Carla Bruni. Dice que la conoció en Nueva York: "Parecía que yo le gustaba. Empezamos a salir y en poco tiempo estaba obsesionado con ella". Hasta que se la presentó a Mick Jagger e "iniciaron un amor clandestino. Carla tenía tendencia a cambiar de hombre rápido". Y termina: "Más tarde sentí gratitud y compasión hacia Mick, por librarme de una condena segura y porque sufrió en su servidumbre la misma prolongada agonía".
EL IMPARCIAL







Las relaciones sexuales 

de Mick Jagger 

con David Bowie

 y Carla Bruni

Una nueva biografía sobre el cantante revela 

sus secretos amorosos

Una nueva biografía sobre el cantante Mick Jagger escrita porChristopher Andersen revela las supuestas relaciones sexuales que el líder de los Rolling Stones tuvo en el pasado con otro icono de la música, David Bowie, y con la exmodeloCarla Bruni, publica hoy el diario The New York Daily News.
Ese rotativo neoyorquino publicó hoy un extracto de «Mick: The Wild Life and Mad Genius of Jagger», escrito por el mismo autor de otras escandalosas biografías de famosos como las deMadonnaMichael JacksonJacqueline Kennedy o la princesa Diana de Gales.
Según los extractos del libro publicado por el Daily News «Mick Jagger y David Bowie estaban fascinados el uno por el otro, como artistas y como hombres. Jagger era cuatro años mayor que Bowie, y Bowie era la nueva estrella en alza».
Las dos estrellas, según publica el diario en esos fragmentos del libro, se conocieron en 1973, en la época en que Bowie triunfaba con su personaje de Ziggy, enfundado en unas mallas y maquillado en dorado, y tenía como compañero sentimental a «Scott».
Jagger, que invitó a la pareja a un concierto, hotel y botella de champán incluidas, «era todavía tímido sobre sus preferencias sexuales, pero Bowie no ocultaba que él y su esposa (Angie) eran bisexuales y compartían novios«, dice el diario.
«A Bowie y Jagger se les veía juntos sin sus esposas: en un combate de boxeo entre Mohamed Ali y Ken Norton, saliendo de la discoteca Tramp de Londres, de los conciertos de Diana Ross o juntos en el sofá de un hotel», publica el diario sobre esa biografía del intérprete de «Dancing in the Street», precisamente un éxito de 1985 junto a Bowie.
El intérprete de «Under Pressure» (1981) «llevó a Mick a ver películas gay», según ese libro, que revela que en 1973 la sirvienta de los Bowie dijo a Angie que había «alguien en su cama. Angie subió las escaleras, abrió la puerta de la habitación lentamente, y vio a Mick Jagger y David Bowie, desnudos y juntos en la cama».
El libro menciona que no se produjo ninguna escena de celos entre los Bowie y que «Mick se quedó en silencio», además de que aunque ella se sintió triste, algún tiempo después bromeó sobre la escena y señaló «que estaban escribiendo Angie cuando les pille juntos en la cama».
También se menciona que el mismo Jagger intentó posteriormente y sin éxito, seducir a Angie Bowie, mientras que su «examante Marianne Faithfull, no tuvo dificultades y mantuvo una relación con Bowie en 1973, justo cuando parecía que la relación entre ambos (hombres) estaba en su punto más intenso».
En el libro, según dice el diario, se recoge el testimonio de la cantante Ava Cherry, que compartió cama con los dos cantantes y a los que aseguró que los «vio teniendo sexo entre ellos», que tenían una relación también emocional y «prácticamente vivieron juntos varios meses».
En esa misma obra biográfica firmada por Christopher Andersen se habla también de otras relaciones del famoso rockero, hoy de 68 años, como la que tuvo en los noventa con la entonces modelo Carla Bruni, que tenía 23 años y era la amiga de Eric Clapton.
Clapton, según el extracto publicado por el Daily News de ese libro, le pidió a Jagger «que ya había intentado sin éxito salir con su exesposa Pattie Boyd Harrison Clapton, que se mantuviera lejos de ella».
«Por favor Mick, no con ésta. Creo que estoy enamorado», pidió Clapton a Jagger, lo que al parecer no tuvo efecto en el líder de los Rolling Stones, casado entonces con la modeloJerry Hall, pues pocos días después «empezaron lo que Clapton llamó una aventura clandestina» y que sumió en la tristeza al cantante.
El libro revela que en aquellos años quien después fuera la primera dama de Francia por su matrimonio con el presidenteNicolas Sarkozy también «había tenido una aventura con el príncipe Dimitri de Yugoslavia y se paseaba con Donald Trump en Nueva York», quien entonces salía con otra modelo, Marla Maples.
Otra de las revelaciones contenidas en esa biografía es que después del nacimiento en enero de 1992 de una niña del matrimonio Jagger-Hall, el cantante se fue de vacaciones con Bruni a Tailandia, y con ella tuvo supuestamente una relación intermitente de varios años y causa, en parte, del divorcio con la texana Jerry Hall.
En el mismo libro también se desvela que Jagger supuestamente persiguió durante dos años y sin éxito aAngelina Jolie, casada en los noventa con Johnny Lee Miller, y respaldado por la madre de la artista, la fallecida Marcheline Bertrand.



Un recuento de los inesperados
amantes de Mick Jagger

Marisol Herrera de la Riva @solescitta
Viernes 26 de julio de 2013 a las 16:50
Desde la princesa Margarita hasta Angelina Jolie pasando por Carla Bruni el vocalista de los Rolling Stones presume hasta 4 mil amantes que recordamos hoy en su cumpleaños número 70.

Una de las leyendas vivas del rock and roll llega a los 70 años de edad con un impresionante historial amoroso. Que Mick Jagger fuera todo un rompecorazones no es ningún secreto, pero qué nombres integraron la lista de sus conquistas sí lo es, o al menos lo fue, hasta que el autor Christopher Andersen revelara en su última biografía “Mick: The Wild Life and Mad Genius of Jagger” (2012) las famosas mujeres y hombres que entablaron tórridos romances con el rockero.

Mick Jagger
El rockstar

El primer affair en salir a la luz el año pasado fue el del Rolling Stone, de 68 años, con David Bowie.
Según la publicación, en octubre de 1973 Angie Bowie regresaba de viaje cuando la persona que le ayudaba en su casa le recomendó no subir a su cuarto, la entonces esposa de Bowie subió y encontró a los dos cantantes desnudos en la cama.
“Ah hola”, dijo David, “¿cómo estás?”
“Estoy bien”, contestó la rubia, “¿quieres un poco de café?”. Más tarde les subió café y jugo de naranja, el amorío fue demasiado obvio pero Angie no tenía nada más que hacer.
“Aunque me importó, no tenía mucho que hacer”, de hecho la rubia bromeaba con la anécdota diciendo, “estaban escribiendo la canción de Angie cuando los caché”.
También afirmó que ella hubiera deseado estar en la cama con Mick por su “salvaje fama de amante”.
Tiempo después la corista de Bowie, Ava Cherry, quien también estableció relaciones sexuales con el dúo declaró:
“Mick y David estaban sexualmente obsesionados el uno con el otro”.

Mick Jagger
Eric Clapton y Carla Bruni

La primera dama

Jagger gustaba de fijarse en las parejas de sus amigos para convertirlas en sus nuevas conquistas. Fue el caso de Eric Clapton que en el 1991 salía con la entonces modelo, de 23 años, Carla Bruni.

“Por favor no con ésta Mick, creo que estoy enamorado”, suplicó Clapton. 

Pero con el transcurso de los días el amorío clandestino entre el chico malo y la ex primera dama de Francia fue inevitable. Éste no fue un impedimento para que el vocalista de los Rolling Stones contrajera nupcias en Balí con quien ahora es la madre de sus hijos, Jerry Hall.
La modelo británica decidió no prestar atención a los rumores de las infidelidades pero luego de un año explotó y le exigió a Jagger terminar con el affair, la respuesta no fue la esperada por lo que terminó pidiéndole perdón a su esposo y a cambio éste le regaló una mansión con vista al río Tamesis valuada en 2.6 millones de libras esterlinas.
Cuando nació su tercer hija, Georgia May Jagger, Mick escapó con Bruni a Phuket negando todo a la prensa.
“Apenas y conozco a ese hombre, a lo mejor alguien esta pretendiendo ser yo”, dijo la italiana.
Pero no fue hasta que Jerry descubrió un mensaje en código que decía: “Seré tu amante por siempre”, que se desataron una serie de escándalos que incluyeron llamadas por teléfono y un enfrentamiento en el Ritz de París, donde las dos modelos se gritaron.

Finalmente Jerry y Mick se separaron para meses más tarde recuperar su relación, momento en que Bruni decidió hacerse a un lado y tener uno que otro encuentro en viajes. 


Mick Jagger
Mick Jagger y la princesa Margarita


La princesa

La antipatía que siente la Reina Isabel II por Mick Jagger no es en balde pues además de su mala fama, su múltiples arrestos por posesión de drogas  y su intento por evasión de impuestos, su cercana amistad con la princesa Margarita no era un plus.

Aunque nunca se confirmó, era bien sabido; la inclinación de Margarita por los hombres jóvenes, las frecuentes llamadas telefónicas entre el par y la preferencia del cantante por las mujeres con poder.

En una constante la aristócrata invitaba a Jagger a fiestas y la más sonada fue aquella donde se sirvió una bandeja de brownies que contenían hachís, Margarita fue internada de inmediato por “intoxicación  alimentaria”.

Mick Jagger
Angelina Jolie & Mick Jagger

La que le sacó la vuelta

Entre tantas amantes ninguna le pareció tan atractiva como Angelina Jolie pues su personalidad reflejaba peligro y misterio.

“Me da miedo un poco, me gusta eso”, afirmó Jagger.

Se conocieron cuando la actriz participó en la grabación del video del los Rolling Stones, “Anybody Seen My Baby?", cuando Angelina estaba casada con el actor británico Jonny Lee Miller pero también tenÌa una relación extra marital  con el actor Timothy Hutton.

Jagger convenció a Jolie de escaparse con él un fin de semana a Florida sin embargo la estrella quedó poco impresionada.

El vocalista no dejó de insistir abriendo paso a un romance que duró alrededor de dos años.

Entre otros de los amores con quienes se dice el cantante estuvo involucrado se encuentran quien fuera la musa de Andy Warhol, Edie Sedgwick; la fallecida Farrah Fawcett; la ex esposa de Paul McCartney, Linda; la cantante Tina Turner y la actriz Uma Thurman.











Lizzy Jagger / Desnuda en Playboy

Georgia May Jagger / Las mujeres más bellas del mundo

$
0
0

Georgia May Jagger
LAS MUJERES MÁS BELLAS DEL MUNDO






Georgina Jagger



















Mick Jagger / El eterno desenfreno

$
0
0

Mick Jagger
CITAS


1. Mientras mi cara esté en la portada, no me importa lo que digan de mí en la página diecisiete.

2. En estos cincuenta años de carrera he aprendido que empiezas tocando rock and roll para poder tener sexo y tomar drogas, y terminas tomando drogas para poder tocar rock and roll y tener sexo.

3.  La nueva moda es hablar de las partes más privadas de tu vida, otra es arrepentirte de los excesos y criticar las drogas que alguna vez te hicieron feliz.

4. Fue muy, muy difícil dejar la universidad por la música, porque mis padres obviamente no querían que la dejara. Mi padre se puso furioso conmigo, totalmente furioso. Estoy seguro de que no se habría vuelto tan loco si me hubiera enrolado como voluntario en el ejército. Cualquier cosa menos esto.

5. Cuando cumpla 33 años, me retiro. Ese es el momento en que el que un hombre tiene que dedicarse a otras cosas. No quiero ser una estrella de rock durante toda mi vida.

6. No soy un hombre de negocios. Yo no trato con el negocio en absoluto. Ya no más. De vez en cuando, cada cuatro o cinco años, me dicen que he quedado sin dinero y me tengo que ir a hacer un poco más.

7. No creo que tenga que ser necesariamente negro, pobre y depresivo para ser un hombre de blues.

8. No soy malvado. Lo que pasa es que todo el mundo me busca cuando hay una chica en mi cuarto.

9. Keith Richards cree que los gays son maricones y las mujeres putas.

10 . Es ridículo. A nadie debería preocuparle si los Rolling Stones se separan, ¿deberían? Quiero decir, cuando Los Beatles se separaron, a mí me importó un comino. Es más, nos pareció que era una muy buena idea. Y yo no creo que el hecho de que el guitarrista de Los Smiths los haya dejado sea de interés de alguien. Pero conmigo la gente parece exigir que guarde sus recuerdos de juventud intacta en una vitrina para ellos y maldigo los sacrificios que tengo que hacer por eso.

11. Bono es un poeta, filósofo, y una noche, en uno de sus conciertos, creí haberlo visto caminar sobre el agua.

12 . Prefiero estar muerto a cantar "Satisfaction" cuando cumpla los cuarenta y cinco años.

13. No quiero limitar mi intelecto a escribir canciones como "Brown Sugar". Prefiero la religión comparada y la historia antigua.

14. Paso demasiado tiempo en Facebook.

15.  Furia y energía. De eso se trata el rock and roll.







MICK JAGGER
El eterno desenfreno 

 El vocalista de The Rolling Stones se convierte, hoy, en un rockero septuagenario. Polémico, rebelde antibeatle, eterno, el inglés está vigente, bailando y gritando como si no fuera un anciano en la gira del 50° aniversario de su legendaria banda, dejando claro que sigue siendo el bueno, el malo y el feo del rock n’ roll.

Por Nelson Luis Paz 
26 de julio de 2013

“Por favor, permíteme que me presente, soy un hombre rico y con clase”, así se introduce Mick Jagger, el eterno y controversial líder de la banda británica The Rolling Stones, quien celebra, hoy, sus 70° aniversario, convertido en el legendario abuelo del rock and roll.
Como esa frase traducida al español del primer verso de su polémica canción Sympathy for the devil, del álbum Beggars Banquet, de 1968, y en el que personifica la encarnación de satanás, el vocalista inglés sigue activo y con una manera tan singular que pareciera que tuviera un pacto con el diablo.
Inigualable en una tarima, con una electrizante y singular forma de moverse sobre el escenario, a sus 70 años nadie en el rock se mueve como Jagger. A su edad sigue de gira por todo el mundo con su par, el guitarrista Keith Richards. Presentamos a uno de los líderes de la invasión británica en los 60, como el bueno, el malo y el feo del rock n’ roll, recordando la película de Sergio Leone, que inmortalizó a Clint Eastwood.

El bueno:
Vocalista, compositor, actor, productor, Michael Phillip Jagger siempre ha sido un artista integral, que tuvo una niñez como cualquier otro inglés en la década de los 40. El primer hijo de un profesor y una ama de casa, nació en 1943 en Dartford, Inglaterra. Su habilidad en los estudios y su popularidad entre sus amigos no impidió que su amor por el rhythm & blues americano soñando con formar una banda con su amigo de toda la vida Keith Richards y con su compañero, el guitarrista Brian Jones.
Primero, Jagger debió ingresar, en 1960, a la escuela de economía de Londres, la cual dejaría en 1963. Para el inglés, sus raíces, la educación y el apoyo familiar fue lo importante para dar ese paso y poder salir “al margen” de las locuras de esa época. “Cuando se es joven y se tiene una vida familiar muy cercana, le ayuda a estar centrado para más adelante. Si usted no tiene una educación muy estable, creo que puede ser difícil”, recordó el excéntrico bailarín en una entrevista sobre su vida publicadapor el diario inglés The Telegraph.

Un encuentro en una estación de tren en Londres marcó el destino del vocalista, quien se encontró con el guitarrista Richards y allí planearon la fundación de una banda que posteriormente se convertiría en The Rolling Stones, la mejor banda de rock de la actualidad.
Su sencillo It’s all over now de 1964, encendería la llama de éxitos de la banda que junto a The Beatles y The Who se convirtieron en los íconos de varias generaciones. Después llegarían “Satisfaction” y “Paint it black”, con lo que lograrían la internacionalización.
Para muchos es un misterio saber el porqué Jagger ha permanecido por años con su banda. En sus inicios, ni él mismo esperaba pasar tanto tiempo con la agrupación que alcanzó su 50° calendario este año. “No lo sé. Nunca pensé que lo estaría haciendo durante más de dos años”, respondió Mick en 1965, durante una entrevista con el reconocido periodista inglés Michael Parkinson.

El malo:
The Rolling Stones surgieron en la época más fértil del rock inglés, y en ese tiempo se convirtieron en el “alter ego” de The Beatles, al conformar una banda que se ganó la fama de que ser mucho más “ rudos, malos y más sexys”, que los cuatro de Liverpool.
Por más malos que sean y luchando con todas las drogas existentes desde su fundación, los Rolling Stones se mantuvieron unidos. Tan unidos que este año alcanzaron su 23ª gira mundial.
Sin embargo, los vicios golpearon a los londinenses y en 1969 fueron azotados por una mala racha que acabó con uno de sus fundadores. En junio de ese año, Brian Jones dejó el grupo tras varios arrestos que le impidieron salir de gira a los Estados Unidos. Su sustituto fue el guitarrista Mick Taylor, que con 20 años ya pertenecía a unas de las mejores agrupaciones del momento.
Poco menos de un mes después de su deserción, Jones fue encontrado ahogado en su piscina. El informe de la policía señaló que el exguitarrista se encontraba bajo la influencia de varias drogas y del alcohol, por lo que se le dictaminó como “muerte accidental”. Ese fallecimiento prematuro desencadenó uno de los conciertos más importantes de los “Stones”, quienes se presentaron en Hyde Park, el 5 de julio de 1969, dos días después de la muerte de Jones.
Antes de que comenzara el concierto, Jagger, amante de la poesía y la filosofía, leyó un fragmento de “Adonais”, escrito por Percy Shelley, quien se lo dedicó a un gran amigo fallecido. Luego liberó cientos de mariposas y junto con su grupo interpretó “I’m yours and I’m hers”, una de las favoritas de Jones.
Fueron años agridulces para los británicos. Mick recuerda esa época como la más difícil y la más prolífera a la hora de componer los mejores éxitos de los “Stones”. “Realmente era sexo, drogas y rock and roll. Notablemente nuestra obra maestra ‘Exile on main street’ surgió durante esa mutilación. Éramos jóvenes, guapos y estúpidos”, apuntó Jagger. “Ahora solo somos estúpidos”, subrayó a The Telegraph.
A David Letterman también le admitió su adicción a las mujeres y sus relaciones tormentosas. “Se empieza a tocar rock n’ roll, así que puedes tener relaciones sexuales y consumir drogas, pero terminan haciendo las drogas lo que aún puede tocar rock n’ roll y tener sexo”. dijo Mick, quien tiene siete hijos con cuatro mujeres distintas. En años recientes han surgido rumores que mantuvo una relación homosexual con el astro del glam rock, David Bowie.

El feo:
La imagen que desde siempre ofreció The Rolling Stones fue del tipo chico malo y rudo. Mientras en la década de los 60 todos estaban detrás del estilo pulcro y alineado de The Beatles, Jagger y sus compañeros se mostraban sucios y rebeldes. Para 1969, el cabello largo era lo más dócil de un look que incluía maquillaje, aretes, ropa con encajes y pedrería, pantalones vaqueros y camisetas tan ajustadas que parecían pintadas.
Su estilo no pasó desapercibido en la cultura inglés, donde los padres obligaban a sus hijas a quedarse en sus casas y no asistir a los conciertos de los “Stones”. “A los padres no les agradan los Rolling Stones no quieren que sus hijos lleguen a ser como ellos; no quieren que sus hijas se casen con ellos”, publicaban los periódicos en esos años.
Pero eso no evitó que se convirtiera en un ícono de la moda, un codiciado soltero y mujeriego empedernido.
“La imagen de Mick Jagger fue vista como un ‘sex-symbol’ ya que tenía cierto erotismo, no tanto como Bowie, pero que le permitió ser aceptado por cualquier tipo de público, como mujeres y hombres”, refirió Javier González, vocalista del grupo marabino Kió.
Jagger tuvo tantas mujeres como éxitos con los “Stones” y todavía a sus 70 años desata pasiones entre las jóvenes con sus movimientos de cadera y su estilo a la hora de cantar. “Su sensualidad en sus presentaciones, en la que mostraba los labios gruesos, sacaba su lengua y su ropa pegada, que mantiene en la actualidad, atrajo la atención de muchas mujeres y de los medios de comunicación”, apuntó González.

“Dale a Mick Jagger un escenario del tamaño de una mesa y lo hará mejor que nadie, excepto tal vez James Brown”, escribió Richards en su biografía. “Twist, giros, unas maracas... Solía dar vueltas alrededor nuestro porque no tenía más espacio. No podías mover la guitarra. Me asombra que pudiera hacer tanto en tan poco espacio”, agregó.
Amado u odiado, en la actualidad Jagger sigue siendo como el final de su canción de 1968, pegajosa por su bajo y el uso de congas como acompañante en la percusión. “Si me conoces, ten algo de cortesía, ten algo de compasión, y algo de buen gusto. Usa toda tu bien aprendida educación o destruiré tu alma”.

PANORAMA




Keith Richards y Mick Jagger

Mick Jagger, enfurecido, responde a Richards: "Keith cree que los gays son maricones y las mujeres putas"

El cantante de los Rolling Stones ataca a Keith, enfadado por las cosas que sobre él ha leído en las memorias del guitarrista. "Richards no ha escrito una canción buena de rock and roll en casi 35 años", escribe en una carta que cayó por error en manos de un periodista. Por 'Rolling Stone'

Mick Jagger, enfurecido, responde a Richards: "Keith cree que los gays son maricones y las mujeres putas"
Keith Richards y Mick Jagger

La revista americana Slate, perteneciente al grupo Washington Post, publica hoy una supuesta carta en la que Mick Jagger responde a las memorias de Keith Richards, Life, escritas por el guitarrista de los Stones y que saldrá a la venta en España el 11 de noviembre. Se trata de una carta inventada por un periodista imaginándose lo que Jagger podría responder al libro de memorias de Richards. Según se explica en una nota del editor, una mañana reciente, el periodista Bill Wyman recibió un paquete por correo postal que contenía una carta mecanografiada, con las opiniones de Jagger. El paquete incluía una nota escrita a mano en la que, según la publicación, se leía: "Bill, para la caja fuerte. M.". Cuando Jagger habla de "caja fuerte", se refiere a que Wyman es el documentalista de toda la carrera de los Stones.
La noticia explica que el destinatario del paquete no era el periodista, sino el antiguo compañero de banda de Mick y de Keith, el bajista Bill Wyman (que dejó el grupo en enero de 1993) y tiene en su poder todos los archivos de la historia del grupo. Y que, además, comparte nombre con el reportero. Supuestamente Jagger envió a Wyman la carta para que el ex bajista tuviese la versión del cantante de los Stones. Pero la carta fue a parar a Bill Wyman, el periodista.
Tras explicar la procedencia del documento, presuntamente casual, la web Slate incluye la carta, de ocho páginas, en la que Jagger se explaya, y despotrica sobre Richards, puntualizando informaciones que el guitarrista incluye en su biografía y aportando jugosas anécdotas sobre su música, su relación con las drogas y el alcohol, su amistad, su éxito, el dinero. 
Aquí os dejamos algunos extratos de la jugosísima misiva de Jagger inventada por la web:
"Para Keith los gays son 'maricones' y las mujeres 'putas"
"Yo estoy, leo aquí [en Life], pobremente dotado. […] Tampoco canto bien. No soy educado con nuestros empleados. De hecho, soy conocido por decir: 'Oh, cállate Keith', en las reuniones del grupo. No aprecio la autenticidad de la música o la importancia de lo que hacemos. […] Soy insoportable. […]". Mick Jagger se refiere aquí a los estractos que ha leído en Life. "Mis defectos están por todo el libro y culminan en 20 páginas de divagación, lanzando improperios hasta casi el final. […] No me importa. Todo esto proviene de un tipo que casi llega a los 70, y para él los gays aún son 'maricones y las mujeres 'putas".
"Keith no tiene rival"
"Lo subestimamos, de alguna manera, como él dice. […] Fue él el que me dio canciones para ponerle letras. Escribió una docena de éxitos en cinco años. […] Como compositor de rock puro (no folk o pop), creo que es único. No tiene rival en profundidad y en crecimiento. […]  Sin él, ¿yo qué hubiera sido? ¿Un don nadie?"
"Nadie le quiere despertar porque tiene una pistola"
"Las historias. El rock. Las chicas. Los accidentes de coche, los arrestos. […] A mí me llegaban las historias en un contexto diferente. Me llegaban de un asistente, un abogado, tour manager o publicista asomando su cabeza en una habitación. Keith ha desparecido. Se ha dormido. Keith se ha dormido en el backstage y no se le puede despertar para el concierto. Nadie le quiere despertar porque guarda una pistola cargada debajo de la almohada y la agarra y te apunta si se cabrea".
"Es difícil dar un concierto con un guitarrista catatónico"
"Keith ha sido arrestado con un tarro lleno de heroína y una bolsa llena de otras drogas y parafernalia. Y le han acusado de tráfico de drogas. Era su maleta para un fin de semana en Toronto. Es difícil dar un concierto con un guitarrista catatónico, pero más aún cuando está en la cárcel durante diez días". 
"Es un milagro que Marlon [hijo de Keith] sobreviviera a su infancia"
"El novio de Anita [ex pareja de Keith] se ha disparado a sí mismo, accidentalmente, en la casa de Keith con un arma que Keith había dejado por ahí. El pequeño Marlon [hijo del guitarrista], que por aquel entonces debía tener diez años, vio a Anita bajar las escaleras destrozada, cubierta en sangre. Sólo dios sabe qué hubiera pasado si hubiera sido Marlon el que jugara con la pistola. […] Es un milagro que Marlon sobreviviera a su infancia. […] Había otro hijo, que fue abandonado con su madre paranoica, inestable y adicta a la heroína y no pasó de la niñez. Keith dice que se culpa a sí mismo. Por lo menos en eso sí estamos de acuerdo". 
"¿Te puedes imaginar lo que es ir de gira con un alcohólico, un yonqui y un adicto al crack?"
"Start me up  era una canción muy antigua que rescatamos […], resultó ser nuestro último verdadero éxito. Me pasé gran parte de los 80 tratando de iniciar una nueva carrera, pero no salió... ¿Te puedes imaginar lo que es ir de gira con un alcohólico, un yonqui y un adicto al crack?”.  
“En Exile on main street no hay canciones buenas. Son sólo decentes” 
“Vayamos un disco más para atrás, a Sticky fingers, en el que yo hice Brown sugar, Mick Taylor compuso Sway […] Keith y yo hicimos el resto, como Wild horses, pero, al final, él no escribió las buenas canciones que había ahí. En Exile on main street no hay canciones buenas. Sólo son decentes".   
“Keith Richards no ha compuesto una canción relevante de rock and roll en casi 35 años” 
“Comparas Sympathy for devil con Heartbreaker. Sobre la primera Godard hizo una película. La segunda es un película para televisión... Keith Richards no ha compuesto una canción relevante de rock and roll en casi 35 años”.   
“Él sólo está tratando de llamar mi atención”
El vocalista se pregunta, irritado, por qué Keith Richards ha despotricado tanto sobre él en su recién publicada biografía. Ésta es la respuesta que encuentra frente a las críticas del guitarrista: “Lo que queda de su rencor viene por el hecho de que él sabe que me perdió hace muchos años”. 
"Keith parece no entender por qué prefiero que mi camerino esté lo más lejos posible de alguien que viaje con una pistola cargada"
"Se dice de mí que actúo como si estuviera por encima del resto de la banda y que prefiero la compañía de altas figuras de la sociedad. ¿Preferiríais tener una conversación con Warren Beatty, Andy Warhol y Ahmet Ertegun… o con Keith, su camello Tony o los maleducados ignorantes de su compañía yonqui? Keith parece no entender por qué prefiero que mi camerino esté lo más lejos posible de alguien que viaje con una pistola cargada".








Liu Bolin / El nuevo hombre invisible

$
0
0
Una de las obras más espectaculares de Liu Bolin, 'oculto' entre teléfonos móviles en una tienda de Pekín. / LIU BOLIN

El nuevo hombre invisible

Liu Bolin desaparece y aparece en sus obras

Lo consigue gracias a una mezcla de performance, pintura, escultura y fotografía

El creador chino abre a EL PAÍS su estudio de Pekín



Hasta hace ocho años, Liu Bolin (Shandong, 1973) era un escultor cualquiera. Uno entre miles. Pero, en 2005, el Gobierno chino calificó de ilegal el edificio que albergaba su estudio, situado en el barrio pequinés de Suojiacun. Un día se encontró con el característico ideogramachai (demoler) enmarcado en un círculo rojo pintado en la fachada, y las excavadoras no tardaron en llegar. Indignado, y convencido de que gritar serviría de poco “porque cuando dicen que algo es ilegal no se puede llevar la contraria”, decidió hacerse desaparecer entre las ruinas del lugar. Y su vida cambió para siempre.


“Cuando se destruye un edificio desaparece la gente, así que quise plasmar esa idea en una imagen que no necesitase explicación alguna”. Dicho y hecho: Liu se plantó delante de lo que quedaba de un cobertizo y, con la ayuda de unos compañeros, se pintó la ropa y el cuerpo de forma que los trazos y los colores coincidiesen a la perfección con los del fondo. Con una fotografía de ese instante consiguió, literalmente, hacerse invisible a plena luz del día. Y, sin pretenderlo, puso el germen de la serie que le ha hecho mundialmente famoso y que combinaperformance, pintura, escultura, y fotografía. Es Cheng shi micai (Oculto en la ciudad).


“En un primer momento, mi intención fue canalizar la rabia que sentía en una obra de arte y confrontar al público con una problemática que nos afecta especialmente a los artistas, un colectivo muy maltratado por el Gobierno. Pensé que era imposible expresar lo que sentía a través de una escultura, porque seguramente mi furia desaparecería durante el proceso de elaboración. Tenía que ser algo inmediato”. Y funcionó. “Luego descubrí que la gente corriente también sufría injusticias similares y decidí continuar con esta forma de crítica para provocar un debate sobre diferentes asuntos clave”.



Biografía invisible

1973.Nace en la provincia costera de Shandong, al noreste de China.
1995. Se gradúa en el departamento de arte de Shandong.
1998. Su primera exposición en solitario en la ciudad de Yantai, al noreste de su país.
2001. Completa sus estudios en la Academia Central de Las Bellas Artes en Pekín, <MC0>que dirige el ministro de cultura chino.
2007. El gran salto cualitativo de su producción se da este año, con ocho exposiciones en China, París y Francia.
2009. Por primera vez, se exhibe el arte de Bolin en España, en la Galería Tagomago de Barcelona.
2013. En lo que llevamos de año, este artista ha realizado ya 15 muestras.
Ahora, la fama le ha permitido abrir un nuevo estudio en Caochangdi, donde tiene como vecino a otro creador molesto para el régimen. Con Ai Weiwei comparte también filosofía. “Siento que si uno no sirve a la sociedad a la que pertenece no puede llamarse artista”. Por eso, lasdesapariciones de Liu reflejan los diferentes problemas que aquejan a la China del siglo<TH>XXI. “Estamos frente a una grave crisis social. El desarrollo ha traído consigo un deterioro de los valores, porque el dinero es lo único en lo que los chinos tienen fe. Si fuese un soldado cogería el fusil, y si fuese un obrero lucharía contra ello a martillazos. Como artista, busco una fórmula para que el público se fije en lugares tan comunes que de otra forma pasarían desapercibidos y piense en lo que realmente significan”.
De esta forma, camuflarse “con la misma técnica que utilizan los francotiradores” frente a una montaña de carbón le sirve para poner la diana en la crisis energética y medioambiental del país, y convertirse en parte de una valla en la que una de las mascotas de los Juegos Olímpicos empuña una pistola que apunta a su cabeza; eso le sirve de crítica a un sistema que beneficia solo a unos pocos privilegiados. Pero el hombre invisible también viaja, y se acuerda de las víctimas del 11-S en la zona cero de Nueva York o reivindica el papel de la cultura a nivel global convirtiéndose en esculturas clásicas de museos y en piezas de monumentos europeos.


Pero ya no está solo. Las piezas en las que está trabajando ahora van un paso más allá y hacen desaparecer a los propios afectados por las injusticias que denuncia. “Acabo de regresar de uno de los pueblos del cáncer de China, en mi provincia natal de Shandong —al norte del país—, donde la mortalidad por esta enfermedad se ha duplicado en los últimos años. Es una de las consecuencias de la contaminación, y creo que es importante que quienes sufren esta lacra, que son realmente invisibles para la sociedad y el Gobierno, sean los protagonistas de mis obras”.

Hay obras que prefiero no enseñar en China para evitar represalias”
Liu Bolin
Y cada vez serán más. Este prestidigitador no parece tener límite. Actualmente prepara su fotografía más espectacular: en la Gran Muralla hará desaparecer a 64 obreros de la clase más baja, emigrantes rurales a quienes se les niegan algunos de los derechos más fundamentales. “El monumento es un icono de China que fue construido por gente como ellos, que con sus manos dan grandeza al país sin que nadie les alabe por ello”. Pero no es fácil encontrar a gente que esté dispuesta a participar. “Creía que les preocuparía la temática, pero lo que les inquieta es el efecto que la pintura pueda tener en la piel”. La risa de Liu rompe con la seriedad de la conversación y deja al descubierto una faceta socarrona que se vislumbra en algunas de sus pinturas y esculturas diseminadas por el estudio.
“Hasta que China sea un país justo, seguiré con mi serie Oculto en la ciudad.Temas no me van a faltar”. Por eso, la actividad en su amplio estudio no para. Contesta a las preguntas de EL PAÍS mientras algunos de sus ocho colaboradores pintan a un hombre para que se convierta en parte de la Gran Muralla y otros preparan el fondo frente al que se fotografiará él tras la entrevista. Son 100 máscaras de soldador en las que han pintado, imitando la estética de los histriónicos maquillajes de la ópera china, otros tantos envases de comida que se ha demostrado peligrosa para la salud. “El deterioro del medio ambiente o de la seguridad alimentaria es solo reflejo de la decadencia en la calidad humana de la gente”.

foton
ESTUDIO DE LIU BOLIN
Sin duda, las de Liu no son las palabras que el Partido Comunista quiere escuchar. “En China cada vez tengo menos exposiciones y, aunque no he tenido problemas con el Gobierno, es cierto que hay piezas que prefiero no enseñar en ninguna parte para evitar represalias. Pero no soy el único que hace crítica, y creo que el auge del arte social es sano. Para resaltar lo positivo del país ya tenemos la propaganda de la CCTV —la televisión estatal—”.
Lógicamente, casi todas sus obras se venden exclusivamente en Europa y Estados Unidos, “donde se entiende mejor este tipo de expresión artística”. El mercado del arte chino, que ya es el mayor del mundo, no le quita el sueño. De hecho, se muestra poco satisfecho con la calidad creativa de su país. “Es difícil saber cuánto de este boom es, en realidad, una burbuja. Pero, en cualquier caso, creo que los artistas chinos hablan demasiado de dinero y demasiado poco de arte. El objetivo de un creador nunca puede ser enriquecerse rápido, y aquí sucede muy a menudo”.
El fotógrafo de su estudio le anuncia que ya está todo listo para la sesión, pero Liu le hace esperar con un gesto y sigue hablando. “Entiendo el arte como una forma de expresión con una finalidad más allá de lo puramente estético, que combine la filosofía antigua del ecosistema de cada creador con elementos de la situación actual. Tiene que ser fácil de entender para todo el mundo, pero ha de mantener un estilo propio. Como hicieron Goya o Picasso. La tradición cultural de cada lugar propicia también que haya grandes diferencias en las preferencias del público: en Estados Unidos, por ejemplo, el abstracto tiene éxito, mientras que China se decanta por lo barroco. Ahora muchos artistas chinos están tratando de quitarse el lastre cultural, y creo que es un error”.
Sus colaboradores le esperan, así que Liu se levanta. Pero invita a asistir al proceso que le hará invisible. El de hoy es un montaje relativamente sencillo, porque es la segunda vez que hace la toma. “La primera no me convenció”. Así que se viste el traje militar que ha pintado para que se funda con el fondo de máscaras de soldador y comenta cada paso. “Antes nos llevaba mucho tiempo preparar cada fotografía. Incluso tuve que pensar en técnicas para evitar necesidades fisiológicas. Ahora, con la experiencia acumulada, salvo que sea algo muy complejo solo tardamos unas horas”.

foton
El artista Liu Bolin con dos de sus colaboradores. / ZIGOR ALDAMA
Liu se embadurna la cara de un aceite que le protegerá la piel y sube a un pequeño taburete. Allí estará en posición de firmes lo que sus colaboradores tarden en prepararlo todo. Y es un proceso arduo. Primero comienzan por el traje. Se certifica con pruebas fotográficas que cada línea que pintan sobre él coincide con la del fondo. Luego se aplica la pintura en las manos, cuya posición se ha ensayado sobre varios bocetos. Desde cierta distancia, de Liu ya solo queda visible la cara. Y, finalmente, llega el momento de pasarle allí también el pincel.
Pasan las horas, pero el artista no se mueve ni un milímetro. “Muchas de las obras las hacemos al aire libre, en el lugar escogido, pero las más conceptuales las preparamos siempre en el estudio”. Liu habla entre dientes y tiene que callar para que no se agriete la capa de color. ¿Cuánto aguantará con esta serie? “Ni idea. Pero igual sigo haciendo lo mismo cuando tenga 80 años”. Su sonrisa provoca el airado suspiro de uno de los pintores, así que Liu decide cerrar ya la boca. La foto sale perfecta.




Helmut Newton / Fotos memorables I / Elsa Peretti

$
0
0
Elsa Peretti
Nueva York, 1975
Foto de Helmut Newton
Helmut Newton
ELSA PERETTI
Por Triunfo Arciniegas

Son tantas las fotos memorables de Helmut Newton. Esta foto de la modelo y diseñadora de joyas Elsa Peretti, disfrazada de conejita, fue tomada en Nueva York en 1975. La rigidez de la arquitectura y la dureza de las sombras contrastan con las curvas de la mujer. La composición es perfecta. Más que una imagen del deseo, se trata de un retrato de la soledad. El cigarrillo acentúa el desamparo y el disfraz mantiene a la mujer en el anonimato. Sabemos que se trata de Elsa Peretti pero la foto la muestra como cualquier mujer, bella y deseable, por supuesto, pero una bella más, en la azotea de un edificio de Manhattan.


Helmut Newton / Fotos memorables II / Autorretrato con esposa y modelos

$
0
0

© Helmut Newton


Helmut Newton
AUTORRETRATO CON ESPOSA Y MODELOS
Por Juan Manuel Granja


En otra imagen, titulada Autorretrato con esposa y modelos, se puede ver en primer plano el trasero de una mujer cuya desnudez frontal se encuentra reflejada en un espejo donde además se ven las piernas y los tacones de una modelo que no aparece más que allí, en el espejo. En el mismo espejo aparece Newton agachado y fijando su vista en el visor de su cámara mientras su esposa aparece al margen y mirando hacia el lugar donde se ubica tanto la modelo como el fotógrafo. En esta compleja composición, Newton arma todo un discurso alrededor de la mirada, la apariencia y el deseo. Al interpretar la imagen, se puede incluso citar a Carl Gustav Jung quien afirma que el hombre agrupa en su conciencia a varias mujeres mientras que en su inconsciente se mantiene abrazado a una sola –en este caso sería la mujer al margen del decorado en el cual se capta la fotografía de las modelos–, según este gran psicólogo con las mujeres pasa exactamente lo opuesto. Una de sus series fotográficas se titula Sexo y poder, palabras que se suman a la comprensión de sus provocadoras producciones siempre realizadas bajo un control exquisito de la luz y un atrezzo milimétricamente diseñado.




Paul Bowles / Yo no elegí vivir en Tánger

$
0
0
Paul Bowles
Paul Bowles
YO NO ELEGÍ VIVIR EN TÁNGER

Yo no elegí vivir en Tánger: fue una casualidad. Tenía la intención de que mi visita fuera breve; después me iría a otro sitio y seguiría de un lado a otro indefinidamente. Me hice perezoso y demoré la partida. Y luego, un día advertí extrañado que no solo había mucha más gente en el mundo que muy poco antes, sino que además los hoteles no eran tan buenos, ni los viajes tan cómodos, y que los lugares en general eran mucho menos bellos. A partir de entonces siempre que iba a algún otro sitio, deseaba inmediatamente volver a Tánger. Así que si ahora estoy aquí es solamente porque estaba aquí cuando comprendí hasta qué punto había empeorado el mundo y que ya no deseaba viajar. En defensa de esta ciudad, puedo decir que, hasta el momento, los aspectos negativos de la civilización contemporánea la han afectado menos que a la mayoría de las ciudades de su tamaño. Y más importante aún, saboreo la idea que por la noche, mientras duermo, la hechicería horada sus túneles invisibles en todas direcciones, desde miles de remitentes a miles de receptores desprevenidos. Se hacen conjuros, el veneno sigue su curso; las almas son despejadas de la pseudoconciencia parasitaria que acecha en los desprotegidos rincones de la mente.
           Casi todas las noches suenan los tambores. Nunca me despiertan; los oigo y los incorporo a mi sueño como las llamadas nocturnas de los muecines. Aun cuando en el sueño esté en Nueva York, el primer Allah akbar! borra el telón de fondo para trasladar lo que sea a África del Norte, y el sueño sigue.
        Ahora, desde que empecé este libro llevo meses seguidos en Tánger eligiendo, de entre el inmenso número de fragmentos de recuerdos desenterrados, los que pueden servir a mi propósito. Los utilizo para reconstruir pieza a pieza un esquema ordenado, procurando no forzar en él ninguna parte que no encaje. A mi modo de ver, esta precaución supone el esfuerzo de reservar el juicio y la resolución de destacar al mínimo las actitudes personales. Escribir una autobiografía es, en el mejor de los casos, una tarea ingrata. Es un tipo de periodismo en el cual el reportaje, en vez del informe del testigo presencial del suceso, es sólo la memoria de la ultima vez que se recordó. Borges ilustra tal situación explicando el intento de su padre de demostrarle la incertidumbre de la memoria; pone una moneda en la mesa y la llama imagen. Pone una segunda sobre la primera y la llama primer recuerdo de la imagen. La siguiente moneda es el recuerdo de aquel recuerdo, y así sucesivamente. Como esta situación es axiomática, se deduce que escribir una autobiografía no es el tipo de trabajo con que se supone que disfruta la mayoría de escritores. Y es evidente que contar lo que ocurrió no constituye forzosamente un buen relato. En mi relato, por ejemplo, no hay victorias espectaculares porque no hubo lucha. Yo aguanté y esperé. Creo que es lo que ha de hacerla mayoría de la gente; son realmente raras las ocasiones en las que existe la posibilidad de hacer más.
         Los marroquíes afirman que la plena participación en la vida exige la contemplación de la muerte. Estoy totalmente de acuerdo. Por desgracia, me es imposible concebir mi propia muerte sin situarla en la plena mise en scènemás espantosa de la vejez. Me veo desdentado, no puedo moverme, dependo por completo de alguien a quien pago para que me cuide y que en cualquier momento puede salir de la habitación y no regresar nunca. Por supuesto, esto no es en absoluto lo que los marroquíes entienden por la contemplación de la muerte; considerarían mis fantasías una forma especialmente contemplativa de temor. La terapia de una cultura es el tormento de otra.
    "Adiós - le dice el moribundo al espejo que sostienen delante de él-. No volveremos a vernos". El epigrama de Valéry me parecía una fantasía profunda cuando lo cité en El cielo protector .Ahora que no me veo como espectador sino como protagonista, me parece repugnante. Para que su breve despedida fuera correcta, el moribundo tendría que añadir tres palabras. Y tales palabras son: "¡A Dios gracias!"
                                                                 
  Paul Bowles
Memorias de un nómada




Lea, además

Paul Bowles / Mito y residente en Tánger
Mohamed Chukri / Pesadillas en Tánger
Tánger y Paul Bowles
Javier Rodríguez Marcos / Los Bowles vuelven a Málaga
Nuria Barrios / Paul Bowles y los visitantes
Juan Cruz / El último adiós a Paul Bowles



Paul Bowles / La hiena

$
0
0

Paul Bowles
LA HIENA

Una cigüeña iba cruzando el desierto en dirección al norte. Estaba sedienta y empezó a buscar agua. Cuando llegó a las montañas de Khang el Ghar, vio una charca al pie de una cañada. Descendió volando por entre las rocas y se posó a la orilla del agua. Luego avanzó y bebió. En aquel momento llegó cojeando una hiena y, viendo a la cigüeña de pie en el agua, dijo:
- ¿Vienes de muy lejos?
La cigüeña nunca había visto a una hiena. "De modo que éste es el aspecto de una hiena", pensó. Y se quedó mirándola, porque alguien le había dicho que si la hiena dejaba caer un poco de su orina sobre alguien, este alguien tendrá que seguirla hasta donde a la hiena se le antoje.
- Pronto llegará el verano -dijo la cigüeña-. Voy rumbo al norte.
Al mismo tiempo, se internó un poco más en la charca, para no estar tan cerca de la hiena. El agua era allí más profunda, y estuvo cerca de perder el equilibrio, teniendo que batir las alas para mantenerse derecha. La hiena caminó hasta el otro lado de la charca y la miró desde allí.
- Sé lo que estás pensando -dijo la hiena-. Crees eso que cuentan de mí. ¿Crees que tengo ese poder? Tal vez las hienas fuesen así hace mucho tiempo. Pero ahora somos como los demás animales. Te podría orinar des¬de aquí si quisiera. ¿Pero para qué? Si no quieres ser mi amiga, vete al centro de la charca y quédate allí.
La cigüeña miró en torno a la charca y vio que no había ningún sitio donde pudiera estar fuera del alcance de la hiena.
- Ya he terminado de beber -dijo la cigüeña.
Extendió las alas y las batió para salir de la charca. En la orilla correteó rápidamente hacia adelante y se elevó en el aire. Describió un círculo por encima de la charca, mirando a la hiena.
- De manera que a ti te llaman ogro -dijo-. El mundo está lleno de cosas extrañas.
La hiena alzó la mirada. Tenía los ojos estrechos y torcidos.
- Alá nos ha traído a todos -dijo-. Tú lo sabes. Tú eres la que sabe de Alá.
La cigüeña voló un poco más bajo.
- Eso es cierto -dijo-. Pero me sorprende oírtelo decir. Tienes muy mala reputación, como tú misma acabas de reconocer. La magia es contraria a la voluntad de Alá.
La hiena ladeó la cabeza.
- ¡Así que vas a creer esas mentiras! -exclamó.
- No he visto el interior de tu vejiga -dijo la cigüeña-. Pero, ¿cómo es que todos dicen que puedes ejercer la magia con ella?
- ¿Para qué te habrá dado Alá una cabeza, me pregunto? No has aprendido a usarla.
Pero la hiena habló en voz tan baja que la cigüeña no pudo oír lo que decía.
- Tus palabras se han perdido -dijo la cigüeña, y se dejó caer un poco más.
La hiena volvió a mirar hacia arriba.
- He dicho que no te me acerques mucho. ¡Podría alzar la pata y cubrirte de magia!
Se rió, y la cigüeña estuvo lo bastante cerca como para ver que sus dientes eran marrones.
- Sin embargo, debe existir alguna razón -empezó a decir la cigüeña.
Entonces buscó una roca elevada por encima de la hiena y se posó en ella. La hiena se sentó y se puso a mirarla con la cabeza alzada.
- ¿Por qué todos te odian? -continuó la cigüeña-. ¿Por qué te dicen ogro? ¿Qué has hecho?
La hiena entrecerró los ojos.
- Eres afortunada -le dijo a la cigüeña-. Los hombres nunca intentan matarte porque creen que eres sagrada. Te llaman santa y sabia. Y sin embargo no pareces ni santa ni sabia.
- ¿Qué quieres decir? -preguntó de pronto la cigüeña.
- Si comprendieras de veras las cosas, sabrías que la magia es como un grano de polvo en el viento, que Alá tiene poder sobre todas las cosas y nada temerías.
La cigüeña se quedó de pie un largo rato, pensando. Alzó una pata y la mantuvo doblada ante la hiena. La cañada se tornó de color rojizo según iba descendiendo el sol. Y la hiena seguía sentada tranquilamente mirando a la cigüeña en lo alto, esperando que hablase. Finalmente, la cigüeña bajó la pata, abrió el pico y dijo:
- Quieres decir que si la magia no existe, el que peca es aquel que cree que existe.
La hiena se rió.
- No he dicho nada acerca del pecado. Pero tú sí, y tú eres la sabia. No estoy en el mundo para decirle a la gente lo que está bien o lo que está mal. Vivir noche tras noche es suficiente. Todo el mundo espera verme muerta.
La cigüeña volvió a levantar la pata y se quedó pensativa. La última luz del día ascendió hasta el cielo y desapareció. Los acantilados de la cañada se perdieron en la oscuridad. Al cabo de un rato la cigüeña dijo:
- Me has dado algo en qué pensar. Eso es bueno. Pero ahora ha llegado la noche. Debo proseguir mi camino.
Abrió las alas y empezó a volar desde la roca donde se había posado. La hiena escuchaba. Oyó cómo las alas de la cigüeña batían lentamente el aire y, de pronto, el ruido del cuerpo de la cigüeña cuando chocaba contra el acantilado al otro lado de la cañada. Escaló sobre las rocas y encontró a la cigüeña.
- Te has roto un ala -dijo-. Mejor hubiera sido si te hubieras marchado mientras era de día.
- Sí -dijo la cigüeña. Se sentía desgraciada y tenía miedo.
- Ven a mi casa -dijo la hiena-. ¿Puedes caminar?
- Sí -dijo la cigüeña.
 Juntas bajaron al valle y pronto llegaron a una cueva en una de las laderas de la montaña. La hiena entró primero y advirtió:
- Inclina la cabeza.
Cuando estuvieron dentro, dijo:
- Ahora puedes levantar la cabeza. La cueva es alta aquí.
En el interior de la cueva sólo reinaba la oscuridad. La cigüeña se quedó quieta.
- ¿Dónde estás? -preguntó.
- Estoy aquí -contestó la hiena, y se rió.
- ¿Por qué te ríes? -preguntó la cigüeña.
-Estaba pensando que el mundo es extraño -le dijo la hiena-. La santa ha entrado en mi cueva porque cree en la magia.
- No te comprendo -dijo la cigüeña.
- Estás confusa. Pero, por lo menos, ahora puedes creer que no poseo magia alguna. Soy como cualquier otro ser en el mundo.
La cigüeña no contestó enseguida. Husmeó el hedor de la hiena cerca de ella. Entonces dijo con un suspiro:
- Tienes razón, claro. No hay más poder que el poder de Alá.
- Estoy contenta -dijo la hiena, respirando en su cara-. Por fin comprendes.
Rápidamente se apoderó del pescuezo de la cigüeña y lo desgarró. La cigüeña aleteó y cayó de costado.
- Alá me dio algo mejor que la magia -dijo la hiena para sí-. Me dio un cerebro.
La cigüeña yacía inmóvil. Intentó decir una vez más: "No hay más poder que el poder de Alá". Pero sólo consiguió abrir desmesuradamente su pico en la oscuridad. La hiena se volvió.
- Estarás muerta dentro de un minuto -dijo sobre su hombro-. Dentro de diez días volveré. Para entonces ya estarás a punto.
Diez días más tarde la hiena fue a la cueva y encontró a la cigüeña donde la había dejado. Las hormigas no habían estado allí.
- Bien -dijo.
Devoró cuanto quiso y salió fuera, hasta una gran roca plana encima de la entrada de la cueva. Allí, a la luz de la luna, se quedó un rato, vomitando. Comió parte del vómito y se revolcó largo tiempo en el resto, frotándoselo bien en el cuerpo. Después dio gracias a Alá por los ojos que podían ver el valle a la luz de la luna y por la nariz que podía olfatear la carroña en el viento. Se revolcó un poco más y lamió la roca. Durante unos instantes se quedó allí echada, jadeante. Después se levantó y siguió su camino, cojeando.





Lea, además

Paul Bowles / Mito y residente en Tánger
Mohamed Chukri / Pesadillas en Tánger
Tánger y Paul Bowles
Javier Rodríguez Marcos / Los Bowles vuelven a Málaga
Nuria Barrios / Paul Bowles y los visitantes
Juan Cruz / El último adiós a Paul Bowles
Paul Bowles / Yo no elegí vivir en Tánger

Cuentos



Viewing all 13452 articles
Browse latest View live